"Pálido ámbar, volátil zureo, dedos anhelantes. Santuario de corcheas confusas. Acurrucada en la sinfonía non finita de núbil ternura, el ardor interminable es mi consuelo y mi tortura"
¿ Lo has escrito tú? no es que dude de tu "savoir faire" pero, es que es tan...tan...como ETERNO y CLASICO! no sé, parece que pertenezca a un libro de sabiduría poética consagrado, de esos que, como joyas, pasan de manos de padres a hijos...BELLÍSIMO!!
Troman. Muy bonito. Muestra una gran sensibilidad.
ResponderEliminar¿ Lo has escrito tú? no es que dude de tu "savoir faire" pero, es que es tan...tan...como ETERNO y CLASICO! no sé, parece que pertenezca a un libro de sabiduría poética consagrado, de esos que, como joyas, pasan de manos de padres a hijos...BELLÍSIMO!!
ResponderEliminarSí, nanci...jo chica, muchas gracias, Por Dios, me siento abrumada
ResponderEliminar¿Qué decir? No hay palabras. Tal sólo una que palidece en su torpeza: hermoso.
ResponderEliminar