martes, noviembre 27, 2007

La pared

Érase una
blanca pared
hueca en su interior.
Una nube
de pared.
Le resbalaba
el aire, el agua,
y el sol.
Un fantasma
probó atravesarla.
Le divertía
el juego de
estar a un lado,
al otro.
La pared lo
atrapó en su hueco
sin contemplaciones.
Lamentaciones
inservibles,
La pared era sorda.
Sorda como una tapia.

Improvisado y retocado

12 comentarios:

  1. Improvisas muy bien, desde luego, y con humor. Eso está bien, aunque el pobre ente esté ahora encerrado entre unos muros de vapor.
    Un beso, Lola.

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  2. Anónimo2:55 p. m.

    Todas las paredes oyen ,pues su sordera nunca es total.Tal vez el susurro dolorido del fantasma facilite su liberación....Eso le pasó por "fantasma" creyéndose más fuerte que una pétrea pared con forma nívea-angelical.
    Nada mal para menos de dos minutos.

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  3. Pared hueca en tapia convertida,
    harta de ser tan atravesada,
    esconde un fantasma divertida,
    sorda, blanca, llena y aliviada...

    Me encanta.
    Besos

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  4. A mí también me gusta tu pared...esa pared con vida propia.

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  5. Anónimo5:08 p. m.

    Buena improvisación,
    y rápida,
    pardiez.
    que
    llevamos
    prisa

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  6. Chapeau!!! Pobre fantasma. Al final, desde los tiempos de Adán y Eva, siempre son 'ellos' los que acaban atrapados por 'ellas'. ¡Y encima, sorda! Bsss, Lola

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  7. ....Juer...con la pared...que mala leche tiene....
    Total, el fantasmita solo queria jugar un poco...
    ¿No crees que lo soltará nunca?..
    ¿Ni siquiera para Navidades?...
    Anda....se buena...habla con la pared, seguro que la puedes convencer...
    Indulto Navideño, para el fantasma...... pero que prometa...dejar de ser un tocacojones con sus jueguecitos...que la pared ya está harta...(O|=)
    Besote asturiano

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  8. El fantasmita debía ser guapetón.

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  9. Que travieso e insconciente fantasma!!
    Espero que tenga mas aventuras por todos esos rincones con vida que tiene toda casa.

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  10. Emparedado de fantasma: ligero, suave y sin calorías, y, por supuesto en contra, poco sabrosón.

    Un abrazo.

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  11. Así se inventó el emparedado (yo, a estas horas, también voy retocado...)

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