¡Vivo
sin vivir en mi desde que me he enterado de que el coletas ha cortado con la
novia!. ¡La ideología ha podido con la pasión y la química!. Las imputaciones
se han cargado de un plumazo a esta parejita tan mona que nos hacía creer en el
amor. No importa que tú seas de Izquierda Unida y yo Pablo Iglesias: Podemos.
Pues
no, no han podido.
En
realidad, esta es una artimaña de columnista para que se enganchen al artículo.
Los amoríos entre políticos me interesan lo mismo que la vida sexual de las
ostras. Ahora, a lo que iba. Un amigo me contaba con tristeza estos días que la
gente ya no se besa en los bares.
-¿Y
eso?
-Porque
es prácticamente imposible agenciarse un ligue de una noche.
¿La
palabra ligue me parece tan antigua como a vosotros? El hecho es que no me lo
dijo tal que así, quizá la antigua sea yo, pero sí que dio algunas claves de
cómo está el mercado. Coincide en lo que comentan todas las mujeres: la cosa
está fatal.
Las señoras que vuelven a la vida social-amorosa — quizá después de
un divorcio o de una relación larga— se encuentran completamente desubicadas,
desmotivadas, incluso aburridas pero, chicas, os contaré por qué. Salvo casos
excepcionales, un hombre de los de hoy se piensa muy mucho como entrarle a una
mujer. Se lo piensa tanto y tanto que ya ni le entra.
Esto lo sospechaba porque
en diez días que estuve en Los Ángeles ligué tanto como en diez años paseando
por las calles españolas (ligar es un decir, hay hombres que te piropean, que
se interesan por ti, que te quieren invitar a salir una noche, así sin más, si
más conocimientos). La cosa aquí carece de toda naturalidad. Antes de dar un
paso se monta una estrategia previa que puede durar meses. Pero, señores.
Señores de cuarenta largos y cincuenta: ¡Hay que espabilar! ¿Cúando darán el
paso? ¿Cuándo no les quede otra que recurrir al Cialis para mantener una
erección?
Mi
amigo me seguía narrando algo inconcebible y es que las conversaciones de
muchos adultos machos se parecen bastantes a las de algunas hembras
adolescentes:
—Acho,
le ha dado al “me gusta” en mi Facebook ¿Tú crees que querrá decir algo?. O:
“el otro día me tropecé con ella por la calle y me dijo: a ver si nos vemos; ¿Tú crees que lo dijo por decir o en realidad
quiere verme de verdad?”
Total,
que se pasan las semanas en conversaciones bizantinas, diálogos de besugos e
interpretaciones de signos.
La vida
es más sencilla que todo eso. No tengáis
miedo a entrarle a una moza guapa pero tampoco os paséis de babosos. Si
la tía te dice que no, no le busques dobles significados. Si le echas cojones y
le acaricias el pelo y ella te suelta :”¡No toques! ¿Para qué tocas?” Es que no
hay ni asomo, ni intención y lo mismo, si te pasas, te casca una colleja.
No me
apena que el coletas corte con su novia pero sí que la gente no se bese en los
bares.
Me encantaba aquella
canción de Gabinete Caligari: No hay como el sabor del amor en un bar.