jueves, noviembre 25, 2010

Ana María Matute, el bosque de las palabras




Estimados amigos de "Vivir en el filo". Que a Ana Mª Matute le hayan concedido, por fin, el Premio Cervantes es algo que nos alegra a todos. No sé como se nos ocurrió..ni a quien, ni porqué el invitarla a "Escritores en su tinta". Pero el hecho es que un año después de su participación, ganó el Premio Nacional de las Letras Españolas. Ana Mª Matute, su éxito clamoroso en la Biblioteca molinense, abrió un pequeño campo en mi vida profesional. Su dulzura, su cariño, su afición por el whiskito la hacen entrañable. Y lo sabe. Como el hada buena de los cuentos. Para mi lo ha sido...aún sin saberlo ella, claro. Pero qué importa. La Matute es un personaje que ella misma se ha confeccionado. Juega con nosotros, no quiere hablar de política, no quiere que la involucremos en lo prosaíco de los días. Milagrosamente, he encontrado el texto que escribí para presentar a Ana Mª Matute en "Escritores en su tinta". Sirva este texto también de memoria y agradecimiento a todos los grandes creadores que han pasado por Molina y a Manuel Moyano, sin el cual, yo no estaría metida en esta aventura preciosa, pequeña y juguetona, como la Matute, que es este ciclo.

Hay multitud de datos que nos pueden ofrecer una imagen nítida de quien es Ana Mª Matute. Podríamos explicar que tiene 14 novelas y siete libros de relatos e infantiles. Que escribió su primera novela con 17 años (aunque no se publicó hasta que ella superó la veintena) que ha sido semifinalista, ganadora y mencionada en el premio Nadal.

Lo primero con “Las luciérnagas”; lo segundo con una impresionante “Primera memoria”. La mención vino con “Los Abel” en 1947.

Ha sido Premio Café Gijón con “Fiesta al Noroeste”; Premio Planeta con “Pequeño Teatro”, Premio de la Crítica con “Los hijos muertos”, obra que también fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura en 1959; Premio Fastenrath de la Real Academia Española con “Los soldados lloran de noche”, Premio Lazarillo de literatura infantil por “El polizón de Ulises”; Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1965 por “ Sólo un pie descalzo”.

Estuvo nominada al Premio Nobel de Literatura, fue finalista del premio Andersen. Se dice que no ganó porque sus obras llegaron en Castellano. Desde 1996 ingresa en la Real Academia Española de la Lengua. En el año 98 lee su discurso, ocupa el asiento K, que anteriormente pertenecía a Carmen Conde, siendo la tercera mujer que accede a la Academia en 300 años.

Es miembro honorario de la Hispanic Society of America y de la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese. Hay un premio literario que lleva su nombre. Hay un fondo literario en la Universidad de Boston que lleva su nombre. Y Sus libros han sido traducidos a 23 idiomas.

Todos estos datos conforman a una escritora prolífica; con un talento único, que también ha ejercido la docencia, incluso fuera de nuestras fronteras. Pero el compendio de esta información aséptica, real y contrastada carece de luz. No ofrece la verdadera imagen de Ana Mª Matute. Porque ella es su literatura.

Esta fotografía quedaría desvaída, nebulosa, si nos olvidamos de su mundo de fantasía, presente en una de sus obras más aclamadas y leídas como es “Olvidado Rey Gudú”.

Si se nos escapa Ana María como contadora de historias y como vividora de esas experiencias –de la sutil magia que se encuentra en nuestra cotidianidad— estaremos dando una imagen tergiversada de su persona.

Y aunque el motivo de este encuentro no tiene la finalidad de retratar ni retratarnos, tan sólo el de pasar un buen rato, sí que quería trasladarles a esa Ana María, siempre niña, y traidora cuando no se siente como tal –que vive tan intensamente en el mundo de las palabras, en esa realidad al otro lado del espejo— que incluso duda de la validez de la cotidianidad frente al mundo de los sueños y la fantasía.

Dice Ana María que la fantasía y la imaginación en la literatura son para ella algo tan vital como el comer y el dormir. Opuesta a la aridez de la actitud que tan a menudo nos rodea, la que se niega a ver la dimensión espiritual de lo material.

No les digo nada: Para Ana María, la fantasía no es un error. Es la vida la que se equivoca aunque, eso sí, una equivocación maravillosa

Esta tarde nos adentraremos de la mano de Ana Mª Matute en su bosque, que es para Matute el origen el mundo, el hábitat de innumerables vidas invisibles. Escribe la autora que “el aire del bosque entero parece sacudido, vibra, se cruza de relámpagos fugaces. Los gritos de todos los pájaros heridos, el último lamento de los ciervos inmolados, la sombra de los niños perdidos en la selva, miles y miles de gritos, todos los gritos vagabundos y los que anidan en los huevos de los árboles, parecen uno sólo, terrible y armónico a la vez. Es la antiquísima voz que se eleva desde lo más profundo de la primera historia contada. Es la historia de todas las historias que siempre quise y quiero contar”.

Con todos, Ustedes Ana Mª Matute

(Leído en la Biblioteca Salvador García Aguilar en abril de 2006, en la primera edición de “Escritores en su tinta”)

martes, noviembre 23, 2010

Reinas, medusas y tontos


Chicas, sacad el hacha de guerra, que si no nos comen. Mirad qué feos se ponen a veces.


Vivimos en una época donde parece ser que la mujer ha alcanzado sus máximas cotas de libertad, igualdad y todos los etcéteras que le queramos añadir. Nunca me he considerado feminista beligerante pero en ocasiones siento tentaciones de incendiar algún despacho que otro. Durante una temporada tuve un jefe que nunca me miraba a los ojos, ni a nada, si en el mismo espacio había otro interlocutor masculino. Hay muchísimos puestos intermedios donde cuando una va en busca de algo: ofrecer un proyecto, un concierto, una conferencia...qué se yo... no la toman en serio. Bah, un ama de casa desocupada, deben pensar. Y te torean y te aburren. Pero como oses toser, y valga la aliteración, entonces eres una bruja, una maleducada. A las mujeres se nos está prohibido todavía en nuestro país mostrar nuestra disconformidad. Si una se encuentra en el ciberespacio con un pesado y 27 correos más tardes decides decirle sin acritud que es un plasta, entonces es que quieres guerra. Ays. En esos casos, la que se aburre soy yo.
Mucha igualdad y conciliación. Todo es mentira. Mucho las mujeres al poder. Todo es mentira. Nosotras debemos ser monas, poner buena cara y a todo chitón porque si no eres peor que Medusa. Hemos de soportar jefes maleducados, gestores inútiles, supuestos amigos que sólo buscan una cosa, y sólo una, de nosotras, y encima hemos de hacernos las tontas. En este ciberespacio conozco mujeres increíbles que hacen trabajos casi gratis, o gratis, porque no tienen otra forma de empezar. Y son listas, y talentosas, y guapas. Joder, si fueran hombre se lo rifarían.
Ser mujer e intentar mantener un poco de independencia en nuestra vida es una labor ardua. Incomprendidas, solas, descolocadas y juzgadas todo el tiempo por lo que una diga o deje de decir. Por Dios...es agotador, caballeros.

Tengo algunos amigos, de los de verdad, que después de años de "convivencia", peleas y disgustos han aprendido a "aguantarme" porque son muy machistas y porque dicen que no lo pueden evitar. Pues no soy feminista, no. Odio las etiquetas, pero a partir de ahora diré y haré lo que tenga que hacer "sin poderlo evitar". Ya estoy sola, incomprendida y puteada ¿Y encima poner buena cara? What's for?
Cualquier día acabaré como este pobre.

Y para demostrar que os quiero, chicos, ilustro el artículo con Jack Nicholson

domingo, noviembre 21, 2010

Tiempos de la rosa



Trabajo de lunes a domingo.
Extraño los tiempos de la rosa.
Amigos, buen vino y risas.
Amores, besos y brisa.
Trabajo en el tiempo
de lo incierto.
No hay mañana
No hay tampoco
miedo.
Pero extraño los tiempos de la
rosa.
Llegarán los 40
y sigo igual.
Dame los días del sueño,
del futuro azul.

Dame los días de everything's
possible.
Amores, buen vino y tardes
de viento, con soles
soles de otoño
calentando mi cuerpo.

Llegará otro mañana
sin regresar al Caribe.
Al novio guapo de Ponce
a las tardes interminables
de teléfonos que suenan,
de timbales que suenan,
de la salsa rica en las
discotecas prohibidas.
De Carlos, caballero
de brillante corcel.
Caballero de una época
extinta.

Y no, no tengo miedo.

Pero extraño los tiempos
de la rosa.
Y extraño el fuego, el ron
y los cantos del coquí.
El café de Yauco, al campeón
de natación, las brazadas
con Lisa.
Cantar fever a escondidas.
Y la risas, tantas risas.


No hay solución para el
laberinto del tedio.
Acaso, la risa, la brisa,
el vino, la vida.
Acaso hacer el paraíso
en esta esquina.
En el hueco de mi vida.
Darme a la vida.

Inmolarme como mil
pétalos de rosa que
estallen en las manos.
¿Qué consuelo queda?

Soy una rosa hecha pedazos.
Inmolada en el tiempo
del fracaso.
Pero entregada, siempre.

Entregada a las risas, a la
brisa, al vino,
a los besos, a los vasos,
a los niños, al amigo,
a la calle, a las gentes,
a los sueños, a las fiebres,
al abrazo.
Al abrazo.

El destino
de la rosa
que estalló en
mil pedazos.

Imagen de Germán Saez

martes, noviembre 16, 2010

Flamenco material



Merche es un junco



Mayte es el oráculo de Delfos. Conoce todas tus penas


Odio que a España se la identifique con el flamenco, aunque adore el flamenco. Sobre todo el baile y la guitarra flamencas. Pero es que cuando uno dice por ahí que es de España y enseguida te sueltan eso de "olé", volvemos a lo de siempre. A la pobre imagen que ha tenido siempre España fuera de España. Pobre, por lo limitada.
Lo de Patrimonio de la humanidad me parece bien pero no entiendo lo de inmaterial ¿Acaso Sara Baras no existe? ¿La guitarra de Paco de Lucía es de caramelo? ¿El flamenco como espectáculo no genera beneficios? Lo de inmaterial no me cuadra...Igual que no me parece innmaterial --sino delicioso y, en todo caso, divino-- el potaje de acelgas que hace mi madre.
Flamenco es igual a España. Pero lo triste para la gente de fuera es que Flamenco es igual a Andalucía. Como si no se cantasen bulerías en otros sitios que fuera de esta comunidad. Ergo, España es igual a Andalucía. Una generalización que no cuadra con la realidad en absoluto. Así que si eso de que el flamenco sea considerado patrimonio inmaterial de la humanidad va a servir para que el mundo perpetúe su imagen de que España es Andalucía, pues...en mala hora.
Lo cual no quiere decir que no me guste Andalucía.
Para mí el Flamenco es Mayte Martín, es Camarón, es José Mercé; Miguel Poveda; es esa grandiosa bailaora que tuve el placer de conocer un poquito, que es Merche Esmeralda, y la película de Saura y el fantástico pianista Abdón Alcaraz.Y el Mercado de La Unión. Para mí el flamenco no es inmaterial. Es, si me apuran, muy personal. Y cuanto más personal, más puro, más fiero, más hondo. El flamenco son sus artistas. Gente de carne y hueso que conecta con lo más profundo del alma humana para arrancarnos una lagrimita, o un llanto imparable, o un suspiro. Y los artistas, por muy divinos que sean, por muy tocados que estén de duende, son personas que duermen, comen, se cepillan los dientes, les duelen o huelen los pies, sufren, aman, hacen el amor, paren y mueren...y otras cosas. Y eso los hace, si cabe, más grandes.

domingo, noviembre 14, 2010

Gómez Rufo en Alfaqueque



"En ocasiones la maldición es hija del odio y la maledicencia casi siempre dela envidia. La mala gente critica al rico porque tiene lo que los demás no tienen, al honesto porque es lo que los demás no son y al sabio porque sabe que los demás desearían saber, sin reparar en que el trabajo, la virtud y el estudio, en definitiva el esfuerzo, es la forja en donde crecen los resultados, una forja abnegada y constante que se alimenta de perseverancia, empeño y sudor. Pero la mala gente termina siempre construyendo verdad de la mentira a fuerza de repetirla, y cuando se extiende el rumor no hay diablillos capaces de borrar las infamias de las puntas de las lenguas"

Antonio Gómez Rufo
Las lágrimas de Henan
Contenido en la primera compilación de novelas del autor, editada por Alfaqueque y titulada "El manantial de los silencios".

Novelas como hace tiempo que no leía. Personajes bien construidos. Un narrador omnisciente que nos descubre mundos diferentes. Cada novela es diferente del anterior y cada página invita al lector a seguir. No hay lugar para el tedio. Historias de amor, de muerte, de soledad. Con un principio y con buenos finales y, sobre todo, eso tan difícil: bien contadas.

martes, noviembre 09, 2010

¿Qué hacías hace 20 años?


Como decía Serrat, hace 20 años que tengo 20 años. Así tituló un álbum precioso. Nuestro compañero, Ángel Sopena, cumple 20 años de su programa de radio "Música de contrabando". Y él nos sirve de excusa para preguntarnos ¿Qué cosas ocurrieron en 1990? ¿Qué música escuchamos? ¿Qué películas vimos? ¿Qué ropa llevábamos? ¿Qué libros leíamos?
Los 90 eran época de hombreras, de bañadores de escote alto (que perduraron años y años) de permanentes y pelos muy voluminosos, siguiendo la estela que había impuesto Tina Turner unos años antes en la portada de su Private Dancer.


1990 es el año glorioso de "Alma de Blues", de Presuntos Implicados, de la explosión tropical de Juan Luis Guerra y 4.40, de un Luis Miguel que cumplía 20 años y lo celebraba con un álbum, titulado tal que así "20 años". Un álbum magnífico. Un Luis Miguel que sus fans echamos mucho, mucho de menos. Esas canciones de Calderón, esa carita de niño malo.



Prosigamos. Madonna hizo, o le hicieron un video y una canción por la que no pasa el tiempo. El estilismo y el ritmo perfecto de Vogue. Los Depeche Mode nos invitaban a disfrutar del silencio, Whitney Houston decía aquello de I'm your baby tonigth y Cher se convertía en Sirena con su Shoop, shoop song.



El cine nos dio una buena "Hoguera de las vanidades"; Nos invitó a enamorarnos de Patrick y Demy en "Ghost" (lo mejor era Whoopie); Fue el año de "El marido de la peluquera", "Dick Tracy", "Dreams" de Akira Kurosawa, "Bailando con lobos" y "Misery". Pero sobre todo fue el año de "Pretty Woman", la subida al trono de Julia Robert



y el año de "Eduardo Manostijeras" donde servidora descubrió que tenía un alma gemela en el nostálgico y muy gótico Tim Burton, sin saber si quiera que existía lo gótico. Winona y, sobre todo, Johny Deep, inauguraron un nuevo estilo de interpretar. Un nuevo tipo de héroe.



En 1990 tenía un suéter verde con hombreras enormes y tenía una falda plisada negra y corta que era la sensación de mi clase, la 501 (como los Levi's) de la Facultad Complutense de Madrid. Y eso que pesaba sesentaytantos kilos. Conocí a Juan, mi amigo Juan de toda la vida y caí rendida ante Madrid, aunque los primeros días fueron los más duros de mi vida. No conocía a nadie, no conocía la ciudad. Una provinciana sola en una casa de los años 40 sin reforma alguna, sin agua caliente. Y era afortunada. Mucho. Tenía 20 años, creía que todos los sueños se pueden cumplir. Hoy, casi con 40, muchas patadas en el culo más tarde, lo sigo creyendo.
La generación de 1970 desafía la crisis con valentía, optimismo y, creo, mucha realidad. Pero sin miedo. ¿Y tú? ¿Qué hacías hace 20 años?

domingo, noviembre 07, 2010

La verdad de las mentiras, según Vargas Llosa



"En efecto, las novelas mienten --no pueden hacer otra cosa-- pero ésa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse encubierta, disfrazada de lo que no es. Dicho así, esto tiene el semblante de un galimatías. Pero, en realidad, se trata de algo muy sencillo. Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos -- ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros-- quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar --tramposamente-- ese apetito nacieron las ficciones. Ellas se escriben y se len para que los seres humanos tengan vidas que no se resignan a no tener. En el embrión de toda novela bulle una inconformidad, late un deseo insatisfecho" (...) No se escriben novelas para contar la vida sino para transformarla, añadiéndole algo (...) rehacen la realidad (...) en esos sutiles o groseros agregados a la vida, en los que el novelista materializa sus secretas obsesiones, reside la originalidad de una ficción. Ella es más profunda cuanto más ampliamente exprese una necesidad general y cuantos más numerosos sean, a lo largo del espacio y del tiempo, los lectores que identifiquen, en esos contrabandos filtrados a la vida, los demonios que los desasosiegan (...)
Cuando leemos novelas no somos lo que somos habitualmente, sino también los seres hechizos entre los cuales el novelista nos traslada. El traslado es una metamorfosis: el reducto asfixiante que es nuestra vida real se abre y salimos a ser otros, a vivir vicariamente experiencias que la ficción vuelve nuestras. Sueño lúcido, fantasía encarnada, la ficción nos completa, a nosotros, seres mutilados a quienes ha sido impuesta la atroz dicotomía de tener una sola vida y los apetitos y fantasías de desear mil (...)
En el corazón de todas ellas llamea una protesta. Quien las fabuló lo hizo porque no pudo vivirlas y quien las lee (y las cree en la lectura) encuentra en sus fantasmas las caras y aventuras que necesitaba para aumentar su vida. Ésa es la verdad que expresan las mentiras de las ficciones: las mentiras que somos, las que nos consuelan y desagravian de nuestras nostalgias y frustraciones".

Extracto de "La verdad de las mentiras" de Mario Vargas Llosa.
Adorado por mi, por contar tan bellas mentiras y tan aplastantes verdades.

jueves, noviembre 04, 2010

Tea Party y etiquetas



Esta tea partie me gusta más



Todo el mundo habla del Tea Party. La resurrección de la derecha más radical. Dicen. Me molesta que el mundo se divida en derecha e izquierda ¿No hay un término medio? Servidora intervino un día en La Ventana de la SER con Gemma Nierga. Al día siguiente estaba con Cuca García de Vinuesa en Intereconomía. Y no pasa nada. No me han salido cuatro cabezas, ni tres brazos. Puedo estar de acuerdo y en desacuerdo con postulados de la izquierda y la derecha pero no me pienso definir. Así me va, claro.


Hoy día todos los medios cojean de una pata o de la otra. Conozco pocas palomas sueltas. Y en el mundo de los profesionales pasa un tanto de lo mismo.


El Tea Party siempre ha existido en América. Y en España ¿Es malo? No lo sé. Probablemente me sentiría como un elefante en una cacharrería en esas reuniones de mujeres de alto copete, quizá ni siquiera me aceptarían. Pero me gusta, por ejemplo, la familia. Me gusta, por ejemplo, el respeto a la tradición aunque sin obsesionarse y siempre que este tradicionalismo no asfixie a la mujer y la convierta en prisionera de su condición. Me gusta mi país, España, me siento muy orgullosa, pero también adoro palabras en catalán como "tieta" y defiendo el derecho que tienen mis amigos catalanes a hablar en su lengua. Además de añadir que todo catalán que conozco desafía los falsos tópicos: son generosos, son amigables, son muy, muy buena gente.


Por un lado, de niña, iba a la obra social, una insitución franquista, y me enseñaron a hacer ganchillo unas hermanas buenísimas y estupendas que me trataban como a una hija mimada ¿Era malo? Creo que no. El ganchillo no me ha servido para nada pero aprendí otras cosas.


Por otro, soy hija del bienestar social. Sin la beca que me dieron jamás podría haber estudidado Periodismo en Madrid. En aquellos momentos, reinaba el PSOE en nuestro país. Así que, si soy periodista era porque tenía una fe a prueba de bomba, porque trabajaba y porque me llegaron 500 mil pesetas al año para poder costearme una parte de la estancia.


Defiendo a ultranza el derecho a la sanidad pública y creo que estos avances, no llegaron de partidos conservadores, cuyo objetivo, como su nombre indica, es conservar lo que tienen quienes los fundan. Las primeras sufragistas probablemente habrían contado con el rechazo de las mujeres del Tea Party pero eran mujeres de una buena posición social, que se podían permitir el "lujo" de estudiar, de protestar, de ir a mítines, mientras la chacha les limpiaba la casa.


Con todo esto quiero concluir que nos dejemos de tonterías. Que en este mundo no hay izquierda y derecha. Hay ricos y pobres. Hay triunfadores y fracasados. Y, sobre todo y ante todo, hay personas. Personas libres de opinar, pensar y actuar. Y personas con miedo. Con mucho miedo. La inseguridad, la inestabilidad siembran el radicalismo. Tenemos derecho a tener miedo, a buscar la protección. Ojalá no hiciera falta y ojalá se acabasen para siempre las odiosas etiquetas, siempre falsas, siempre tramposas. Servidora tiene amigos de todos los signos. Y puedo estar en desacuerdo o de acuerdo, pero siempre serán mis amigos. Y me he propuesto no juzgar a nadie. A ver si así consigo que tampoco me juzguen.


Un mundo sin prejuicios sería lo más cercano al paraíso.

martes, noviembre 02, 2010

Ala de cisne



Él le dijo a ella: me siento vacío sin tu piel. Ella pensaba que aún tenía que cambiar la ropa de los armarios. Ordenarse la vida. No dijo nada. Había optado en los últimos tiempos por el silencio. Se sentía a gusto dentro de sí. En su interior de soledad sonora. A veces sonaba Chet Baker. A veces, George Shearing y su orquesta. Natalie Wilson, Nat King Cole.
La primera vez que la conoció le dijo que si le gustaba la arqueología porque escuchaba música de fantasmas. Sí, por qué no. Los fantasmas eran sus amigos. Inofensivos, dulces. Le encantaba tener ese toque de ala de cisne. Era una maldición y una bendición. A veces se veían tan especiales, tan tocados por el don del drama, del verismo, de la suavidad del arte. Sí, hablaba bonito. Él tenía también ala de cisne. Inadaptados a la vida real.
Él le dijo a ella: te llevas la luz cuando te marchas. Ella le dijo a él: eres mi emoción. Inadaptados en el espacio en blanco de una habitación. Bonitas palabras. Pero tenía que ordenar su vida. Enfilar prioridades, atender lo urgente.
Pronto voy a morir. Rompió el silencio él.
-No quiero que digas eso.
-Pero es la verdad. El médico me ha dado un año, año y medio a lo sumo.
-A veces maldigo el haberte conocido, sentenció ella.
-Pues yo no.
-Te rindes muy fácilmente. A lo que te dicen los médicos. A lo que te impone la vida. Quizá tú tengas ala de cisne y yo la haya travestido en puño de boxeador. Porque no la quiero. Porque necesito ese brazo fuerte y el ala sólo me hace sensible a ti. Y me creo tu mundo de mentiras que a la postre nos perjudica.
-Voy a morir ¿No te apiadas?
-Tu estrategia, otra vez. El chantaje emocional. A lo mejor ya estás muerto. Muerto en vida. Y yo también. Creo que eso sí que es trágico. Sabes que vas a morir y ni por esas resucitas.
-Qué dura eres conmigo.
-Sucede con el cisne que se transforma en luchador de sumo.
-Anda, ven aquí.
Ella se acercó en el lecho hacia él. Se miraron muy cerca. Ella acarició su cabeza de cuatro pelos por culpa de la quimio.
-Odio esto. Tu enfermedad. Tu conformidad con la muerte ¿Por qué no luchas más? Si tanto me quieres..
-Precisamente porque te quiero, Teresa. No he de luchar, no he de hacerte pasar más dolor del estrictamente necesario.
-¿Por qué no vivimos juntos el tiempo que te queda?
-Porque soy un cisne. Un cisne de verdad. Y porque te he mentido. No me queda un año. Apenas, unas horas.
-Venga ya, eso se lo puedes contar a tu mujer.
-No existe...es un espejismo fabricado por el ala de cisne, amor.
Teresa quedó pensativa. Abrazó a su hombre que fue menguando despacio, despacio. Se hizo pequeño. Se llenó de plumajes y su cuello corto, angosto y arrugado se tornó delgado y flexible. El animal se acercó a ella. Estaba caliente, tenía pico, no había rastro de ese hombre del que se había enamorado. Una extraña repulsión la invadió. Lo empujó del lecho, lo tiró al suelo y lo echó de la casa a patadas.

Imagen de
Germán Saez

lunes, noviembre 01, 2010

El hombre sin lugar en el mundo, según Vila- Matas




"Ya desde el mismo momento de nacer, conocemos el miedo y preferimos, dadas las circunstancias, servir que ejercer ese Poder que, como demuestra la famosa Historia, nunca es de nadie. Entrar en la vida normal es entrar en la sospecha de que quienes relmente estaban destinados a vivir aquí, se han extinguido hace años, pues no hes posible imaginar que hayabn podido sobrevivir en un planeta hecho para contenernos. No somos de aquí. Y sólo la literatura parece ocuparse con seriedad de nuestro espanto. Cuando Poe escribió quel cuento de un hombre al que enterraban vivo, contó nuestra verdadera historia. De ahí el terror que aún perdura en quienes leyeron ese cuento que decía la verdad, un miedo que se convierte en un terror doble si llegamos a Kafka, el muerto en vida. Los hombres normales han mirado a Kafka siempre con extrañeza, en realidad con la misma extrañeza con la que él les miraba a ellos, consciente de que no tenía un lugar en este mundo:"Dos tareas del inicio dela vida:reducir cada vez más tu ámbito y comprobar una y otra vez que no te encuentres escondido en algún lugar fuera de él", escribió Kafka en un extos de juventud, un Kafka que siempre quiso transmitirnos que aquellos que se nos antoja una alucinación inimaginables es precisamente la realidad de cada cual. Si lo pensamos bien --nos dice Philip Roth--,veremos que en todas sus novelas Kafka traza la siguiente crónica: alguien es educado para aceptar todo aquello que le parece absolutamente injusto y fuera de lugar (además de ridículo y muy por debajo de su dignidad) es de hecho lo que realmente le está sucediendo. Dicho de otro modo, esto que está tan por debajo de nuestra dignidad resulta ser nuestro destino".

Doctor Pasavento
Enrique Vila-Matas