Crisis también significa oportunidad y en estos momentos de
incertidumbre total, de pesadilla y ciencia ficción, los afectos importan. Y
mucho. Las parejas encerradas en casa, atrincheradas frente al enemigo
invisible pueden salir reforzadas o hundirse sin remedio.
El coronavirus puede acelerar el proceso de destrucción o
construcción de las parejas. Las dinámicas cambian. Los que conviven hace años,
que apenas se veían de noche e intercambiaban apenas un murmullo de labores e
intendencia, se verán las caras 24 horas. Los hogares con pocos metros
cuadrados y muchas personas pueden sufrir fricciones, aunque yo los envidio un
poquillo porque cuantos más seamos en un sitio, también más posibilidad de diversión.
Si la cosa va bien, las parejas saldrán fortalecidas. Si la
cosa ya iba mal, ojo. Dicen los astrólogos que todo lo que está ocurriendo
provocará un derrumbe de estructuras tradicionales. Como soy muy positiva, creo
que el concepto de matrimonio y pareja cambiará. Nada de uniones por
conveniencia y confort. Nada de hacer el amor una vez al mes, o cada tres meses
o nunca. No. Las parejas en los tiempos del coronavirus lo harán todos los
días. ¿Por qué? Porque en estos tiempos de confinamiento ¿Qué hay mejor para
liberarse del estrés y la incertidumbre? El sexo, sobre todo el sexo bonito con
la persona que amas y que te ama en la que confías al 100%. Y porque cuando
todo esto haya pasado valoraremos lo importante, lo que quizá, en la normalidad
nos pasaba por alto; salir a la naturaleza, besar y amar, tocar, reir; las
cañas con los amigos, las confidencias con tus amigas, en algún caso la sonrisa
de tu hijo. Arrebujarse con ellos para ver una película o cocinar. Cosas
sencillas.
Llegan muchos consejos para no perder la salud física y
mental en estos días de confinamiento y lo básico es lo de siempre: la
comunicación, las demostraciones de amor, las palabras bonitas, mantener el
contacto. Si puede ser físico, genial. Si no, hay otros muchos modos.
Para todas esas parejas que tienen la suerte de convivir, llevarse
bien y que están en casa sin hijos, imaginen, las posibilidades son infinitas.
Con algo más de tiempo libre, sin prisas y presiones, disponen de todo un
universo a explorar. Pueden probar cada rincón de su hogar. Redescubrir sus
cuerpos —no olviden que aparte de los genitales, tenemos cuatro kilos de piel— atreverse
con esos juegos que siempre quedaban para después, los baños sensuales, los
masajes, y para aquellos a los que el coronavirus les pilla separados tienen la
opción del sexting (siempre con las precauciones pertinentes).
Piensen que es una suerte amanecer cada día en su cama y no
en una cama de hospital. Piensen que esto es pasajero, que será una prueba, que
servirá para destruir y construir una nueva realidad, esa realidad en la que el
sistema sanitario universal es necesario. Piensen que cada día es un regalo…disfrútenlo
y eliminen la queja de su camino.
4 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Yo soy positivo y creo que este confinamiento va a unir a muchas familias, no sólo quienes conviven bajo el mismo techo, si no también con quienes están en otro lugar.
Saludos.
Ya te digo yo que si vives con una sanitaria, res de res.
La convivencia, en situaciones como esta, sufre una dura prueba. Puede saltar por los aires o convertirse en indestructible...
Saludos.
Dicen que el mayor número de divorcios se da tras las vacaciones, imagínate ahora con esto... ¡mi madre!
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