viernes, octubre 28, 2011

El tiempo no es

                                                         
La foto es de Alex Abellán


Prisa. Tanta prisa. Tan poco tiempo. Amigos que te reclaman. Defraudados algunos. No, no me pasa nada, sólo que tengo lío. A muchas de mis amigas también les ocurre. Hay gente condenada a estar separada. A verse siempre tras el monitor, en dos dimensiones. Con lo que me gusta a mi dar un buen achuchón a los que quiero. Es vital. Cada mañana, a pesar del sueño y los agobios por llegar al cole, abrazo a mi hijo con deleite. Me sorprenden sus ojos, sus frases. En la puerta del aula ayer me dijo: "Mamá, por favor, tienes que confiar en mi". Tiene siete años y sabe que mi pecado es la desconfianza. Cierto afán controlador. No me sale el laissez-faire. No me sale y lo intento. Otros amigos me lo reprochan. Desconfío, sí, porque alguna torta que otra me he llevado y, pese a todo, prefiero borrar lo feo, quedarme con lo bonito. Prefiero lo auténtico, aunque a veces sea rudo, a lo falso y perfecto. No me lo creo. No me creo los halagos casi de ninguna clase. No me creo el cuento de Caperucita, si no le rajan la tripa al lobo y se la llenan de piedras. Odio lo políticamente correcto, prefiero la cursilería a esas palabras que se utilizan para no llamar las cosas por su nombre. Pero estaba en la prisa y en no poder ver más a menudo a gente que quiero. Y ahí están, en dos dimensiones, en las redes sociales, o al otro lado del teléfono: "oye, llama alguna vez, petarda". Y hay momentos, los momentos burbuja, que necesito estar sola. Siempre lo he dicho, uno de mis sueños es montar una fiesta y reunir a todos, todos,todos los amigos que he querido y quiero. Será imposible, lo sé. La prisa. Los tiempos. Como decía Ezra Pound, el tiempo no es. Pues eso.

2 comentarios:

Pau dijo...

Esta vez, mira por dónde, te voy a dar la razón; pero no te preocupes, no es por lisonja sino porque coincidimos.
¿Reunir a todos?
¡Cuánto me gustaría!
Los años agrían a la gente, exacerban sus tics y la convierten en intratable; los que antes eran amigos no se soportan y algunos se encierran en su mundo. Reunirlos a todos es imposible. Un día lo intenté y nunca más. Salí trasquilado y encima me culparon.
Aprovecha ahora que puedes o lo supongo.

José Antonio del Pozo dijo...

un texto admirable, lleno de sentido y de sensibilidad, y más que te iba a decir, mas como no te gustan los halagos, no los ibas a creer.
en serio, me encantó conocer tu blog
saludos blogueros