Nacemos. Un olor nos une a nuestra madre. Nada sabemos de la
vida. A ciegas nos dejamos envolver por el calor, por el afecto gratuito y
generoso de alguien que nos protege sin pedirnos nada a cambio. Lloramos y el
perfume de la leche materna nos calma. Aún no hemos aprendido el arte de
flirtear, de conquistar a nuestro entorno para que conspire por nosotros. Para
que los otros se conviertan en una campana protectora que nos da todo porque sí.
Porque el niño demanda atención y no le importan los problemas de los mayores.
Es egoísta y reclama dedicación constante, continua. Exclusividad. Y siempre
necesitará nuevas muestras de amor. Nunca será suficiente. Los primeros meses
romperá en gritos para hacerse escuchar. Después, desarrollará el lenguaje no
verbal que los humanos llevamos impreso en los genes.
El niño tendrá metido en su bolsillo a esos adultos que les
adoran sin necesidad de demostrarles nada. No será eterno. Un día, el niño
descubrirá, de la noche a la mañana, que se acabó su reinado. Desaprenderá el
arte de flirtear, que era connatural a él, que desarrollaba de una forma
espontánea.
Hoy día se nos ha olvidado cómo flirtear. Una pena. Es un
juego maravilloso.
El flirteo porquesí,
sin expectativas, como un diálogo de seducción y simpatía. Yo flirteo continuamente.
Es como un resorte, no con todo el mundo, claro. Pero hay personas que te
gustan. Y ya está. Y quieres que sientan que son apreciados, valorados, incluso
queridos. Sin objetivos de nada. Sin fines sexuales.
Fíjense en los niños para reaprender el arte del flirteo del
que conocíamos todo cuando no levantábamos un palmo del suelo. Ellos establecen
primero una potente conexión visual. El mirarse insistentemente es una señal
inequívoca de que hemos mordido y han mordido el anzuelo. Hay algo que no
falla: la sonrisa y la carcajada. Flirtear es tan bonito que poco importan los
resultados. Es la exaltación de lo lúdico, una danza de miradas, palabras,
movimientos y olores. Y regresamos a nuestro instinto más primitivo. A ese que
dominaba nuestros primeros días en el planeta. Volvemos al olfato.
Me contaba el otro día el profesor Marcos Egea Cortines que
las mujeres elegimos al hombre en función del olor. De todos, nos quedaremos
con el que nos mejore como especie en el caso de reproducirnos. Con ellos
sucede lo mismo. Además, la mujer también se siente atraída por los ejemplares
de macho que presentan mayor grado de simetría. Da la casualidad que, según
todas las investigaciones, a mayor simetría, feromonas más potentes. Vamos, que
el mundo está muy mal repartío. Los guapos son más atractivos por todo,
incluido por el olor.
Hoy que todo es tan digital, que vivimos aislados en nuestra
pantalla-burbuja, les propongo que levanten la cabeza de su android, de su
tablet. Fíjense en el despliegue erótico y suntuoso de las flores que se abren
de par en par, engatusando a los insectos para que la naturaleza obre el
milagro de la polinización. Déjense embaucar por esta borrachera de Azahar y
que la brisa marina penetre por sus poros.
Hay que abrirse, sin
excusas.
Hoy los otros ya no colmarán nuestras necesidades a cambio
de nada ¿Y qué más da? Sean generosos, abandonen la política de la escasez
afectiva. Abandonen el circunloquio ególatra de su vida porque los otros nos
completan. Y, por el amor de Dios, abandonen el sofá, la pereza monumental que
produce arriesgar a cambiar. Si no aprendemos, no crecemos y si no crecemos ni reímos, ni
lloramos ¿Para qué demonios estamos aquí?
Hala, a la calle, a flirtear, que la vida se acaba.
7 comentarios:
Mu bello blog. Felices Pascuas!.
Geraldo
No Lola, no. En esta época en la q apenas hay tiempo para dedicarlo a esa persona q te acompaña en la vida, flirtear con aquell@s con los q compartes más tiempo (generalmente, compañer@s de trabajo)te lleva como mínimo, a q ell@s confundan tu flirteo y se creen falsas expectativas amorosas.Y en el peor de los casos, flirtear con otr@s q no son tu pareja, puede llevarte a meterte en un traje del q no puedas salir y el/la q resulte atrapad@ en un falso enamoramiento, seas tu.
Hay modos de flirtear completamente inocuos, inofensivos. Es un modo de interactuar con los demás. No es una dedicación. Es hacerlo de un modo, en lugar de otro.
Si flirteas también como escribes...gustazo!!!
El flirteo, así entendido, es,entonces,consustancial al humano, o debería serlo.Nos mueve el amor, nada más en realidad.
Eso sí,me quedo con el otro....flirteo, digo ;-)
No podría estar más de acuerdo, aunque la mayoría de la gente no lo entiende así, de bonito, de natural. Suele haber malos entendidos con esto, un rollo.
Besos.
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