viernes, diciembre 27, 2019

La gran pregunta ¿Qué es el amor?





Llegados a este punto del año y antes de que se vuelvan locos haciendo balances, una pregunta, una sola pregunta ¿Qué es para ustedes el amor? Esa es la cuestión poderosa que no nos hacemos porque estamos demasiado ocupados con muchas otras cosas en la vida y olvidamos un apartado esencial de todo ser humano. Porque amar y que te amen es lo que importa. El amor que entregas es el único legado digno de ser mencionado en las páginas de tu historia.

Los descreídos, los amantes del periodismo científico o político quizá opinen lo contrario, pero aquí está la minúscula ventana del “Punto G” para obligarles a parar un momento el carro. Para que piensen ¿De verdad sabemos amar? Y los otros ¿Nos aman, o nos poseen?
Podemos explicar qué no es el amor. El amor no son los celos y la posesividad. El amor no es que mi pareja adivine mis deseos ni que haga siempre que yo quiera. En absoluto.

El auténtico amor multiplica, no fusiona. Alrededor de los amantes surgen amigos, familia, nuevos amigos, más familia. Genera estructuras originales como un fractal raro de posibles dimensiones infinitas. El amor es acompañar al otro para que sea quien quiere ser, decía el otro día mi admirada Laura Wilkys; ayudarle a estar con quien quiera, aunque en esos planes yo no esté incluida y siempre desde la confianza. Si amas tienes un deseo inevitable de libertad para elegir estar con esa persona y la misma libertad de vuelta para que te elija. Hay que recontratar cada año, o cada mes, o cada día. Nada es permanente, nada está garantizado.

El amor no es dependencia, no es desdibujarte para ser como los demás quieren que tú seas. Si alguien te quiere, te respeta y te permite ser, explica Laura.
A veces los miedos boicotean nuestras relaciones: el miedo al abandono y el miedo a la invasión. Los miedos son inevitables, claro. Crecemos con ellos y nos condicionan. Los que tenemos miedo al abandono hemos de combatir con herramientas racionales la ansiedad de la separación con la que crecimos de niños por, quizá, un padre ausente. Los que tiene miedo a ser invadidos marcan distancias continuamente. Esa otra ansiedad les impide adentrarse de lleno en los otros, construyen un muro alrededor. Son fáciles de invadir y lo saben.

La herramienta infalible para ponerse de acuerdo en todos estos temas sentimentales que descuidamos —a veces, hasta que es demasiado tarde— es la comunicación. Así de simple.
Comunicar bien es básico para resolver conflictos y para evitarlos en todos los ámbitos de la vida.
Después de todo, no es tan raro que una periodista y comunicadora como yo escriba columnas sobre amor y erotismo ¿verdad? es lo más lógico del mundo.
Terminar el año con una buena charla o con esa otra comunicación sin palabras que son los besos y las caricias sería muy hermoso ¿No creen? Ese es mi deseo para el 2020 que amen y comuniquen de maravilla

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