2008 es el año del pareado fácil. No diré más. Que el título es significativo. Circula por la red un concurso literario en el que uno debe escribir como ha transcurrido su año y ser votado por los lectores del blog. Ya llego tarde. Como a casi todo. Escribo el texto sin afán de concurso, con el objetivo de felicitar a los lectores de "Vivir en el filo", a los amigos que nunca me leen, a los que sí lo hacen y, sobre todo, a la fantástica comunidad virtual que se va gestando entre diferentes bitácoras, incluida ésta.
Como a todos, el 2007 nos ha dejado cosas buenas y no tan buenas. Momentos brillantes: el compartido con Ana Mª Matute, Zoé Valdés, Rojas Marcos o Pura Salceda. Momentos de abatimiento, con el dolor de gentes cercanas, la propia incomprensión ante hechos que acontecen; la respuesta sosa ante el fervor de uno con la tarea, o el desconcierto ante las injusticias; las propias, las ajenas, las sociales, las que cometemos a veces nosotros mismos; sin querer, queriendo, a los que más queremos. Instantes cálidos como el nacimiento de mi sobrina Martina, las cosquillas de Gonzalo, las carreras por la playa, por el monte. El apoyo de un hombre que se da entero a su familia.
Seguro que me dejo mucho. Tengo muy mala memoria. Para lo malo, sobre todo. No soy vengantiva, pero es que encima, las fechorías se me olvidan. ¿Mejor no?
Os deseo que el 2008 venga con horas de amor, entusiasmo, sorpresas agradables y ese estado, a veces desconocido, por instantes fugaces vivido; casi siempre indescriptible y nombrado hasta con escepticismo: la felicidad.
La foto es de Diego Sevilla en Flickr.