“Amaneció
y ella ya no era ella. Tras años apegada a su mochila, creía que su perfil se
desdibujaría en el aire tras abandonar esa bolsa llena de la supuesta
seguridad, de la supuesta suficiencia, de la supuesta felicidad. Pero soltó
lastre y se sintió liberada.
Ya no
estaba maldita. Ya no estaba obligada a recorrer el itinerario marcado por sus
antepasados, por sus prejuicios, por toda aquella tribu que la crió con amor
pero con unas leyes que la convirtieron en alguien que se contradecía con su
esencia. Hoy era el primer día de su segunda vida. Ella misma se dio la oportunidad de
perdonarse los errores, de admitir que las cosas no siempre salen como uno
quiere, que es humana, frágil, mortal y que sólo tiene una existencia”.
Todos
tenemos derecho a cambiar. A superar las enseñanzas de la Biblia: “Que tu mano
derecha no sepa lo que hace la izquierda “¿Pero qué estupidez es esta? ¿No será
mejor llegar a un consenso con tus manos que recurrir al autoengaño?
Estamos
intoxicados por supuestos saberes que nos hieren de muerte, traspasados de
padres a hijos con la mejor intención. Una herencia envenenada. En algunos
casos, hay personas lastradas por deudas, inversiones equivocadas, por seguir
la corriente de la burbuja. Maldita burbuja que los marginó al ghetto del todo
black, a ser ciudadanos ectoplasmáticos que apenas pueden aparecer en papeles
oficiales. También ellos creían que los bancos les aconsejaban con la mejor
intención.
El
Gobierno de España quiere dar una segunda oportunidad a los empresarios que se
han visto castigados por la crisis fatal de la que no terminamos de salir. Se
han percatado que señalar, acusar con el dedo, engrosar listas negras y asfixiar
económicamente al ciudadano los conduce a ninguna parte. Si no tienen dinero,
cómo diablos van a pagar. Un poco de aire y, quizá, con un poco de suerte,
podrán generar ingresos de nuevo y respirar tranquilos.
Si
hasta los políticos se han dado cuenta de que es precisa una Ley de la segunda
oportunidad ¿Por qué tanta gente se la niega?
Todos
tenemos derecho a subsanar errores, incluso a empezar de cero. Todos tenemos
derecho a cambiar de vida sin ser juzgados. Y si nos juzgan, a que nos importe
un pimiento.
El
derecho a elegir y decidir es sinónimo de libertad. Y las oportunidades no son
otra cosa que la esperanza de mejorar. Si la justicia escasea tanto en este
mundo, al menos concedámonos la justicia poética de reconciliarnos con los que
se fueron sin decir adiós; con nuestra juventud y nuestra madurez, con nuestras
ilusiones; con nuestra inseguridad y nuestras dudas. Reconciliémonos con
nuestros deseos y concedámonos aquello que soñamos sin esperar a un mañana que
nunca llegará.
A fin
de cuentas, lo único importante en este mundo es cuidar a los que queremos y que
nos cuiden. Pero nos dispersamos en tonterías
y olvidamos lo que en verdad nos ata a la vida.
Quizá
debamos rescatar sólo lo bueno de las tradiciones de aldea: conjuros que sanan
enfermedades y esa costumbre de interesarse por el vecino, por el amigo, por
esa gran familia que se va conformando con el paso de la vida, de las horas, de
los días. Por todos nosotros, los supervivientes de esta guerra económica que
nos ha tuneado en profesionales 360 grados, dispuestos a todo con tal de ganar
algo de dinero.
Si en
el inconsciente todo acaba de pasar, volvamos atrás, expulsemos el veneno y
cosamos la herida de nuevo, piel con piel. Amanezcamos nuevos, sanados y casi
felices, como la protagonista de esta pequeña historia.
4 comentarios:
Me ha encantado
Una preciosa reflexión
Hola! Me intereso el mensaje de la imagen. Eso me llevó hasta aquí. Sólo para leer este párrafo de su intelegencia humana. 😒 Todos tenemos derecho a cambiar. A superar las enseñanzas de la Biblia: “Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda “¿Pero qué estupidez es esta? ¿No será mejor llegar a un consenso con tus manos que recurrir al autoengaño? No estoy de acuerdo con usted con lo que dice. La palabra de Dios no es ninguna estupidez . Son palabras que dan vida a quien las recibe y las pone por obra.
Qué tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda bien!! Es de mal gusto comentar e informar de esas cosas que se hacen para favorecer a otras personas, sobre todo cuando ese favorecimiento entra en la ayuda económica y/o alimentaria.
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