lunes, junio 08, 2020

El placer de las mujeres


 

En los años 80 la uróloga y cirujana Helen O’Connell descubrió que lo que se puede apreciar a simple vista del clítoris es una minucia, a penas la punta del iceberg, como lo podría ser el glande del pene masculino. La pepitilla forma parte de una estructura hundida profundamente bajo la piel con varios componentes que encajan entre la vulva y el monte de venus que, a su vez, envuelve la uretra y la vagina. Ahí es nada. El clítoris, ese gran desconocido.

La famosa Anatomía de Grey, el manual que utilizan los cirujanos, apenas lo describe, tuvo que llegar Helen y descubrir esta macro estructura que se esconde en el vientre femenino. Al parecer, Grey no estaba demasiado interesado en la sexualidad femenina como no lo ha estado el resto de la medicina tradicional. La historia ha negado el clítoris, ese órgano cuya única función es generar placer en los cuerpos gloriosos de las mujeres felices. El propio Masters fue expulsado de la Universidad de San Luis por proclamar que las mujeres son superiores al hombre sexualmente hablando. Podemos tener orgasmos más largos y más seguidos. Es más: a la hora de disfrutar, no necesitamos a los hombres para nada. El escándalo que se formó fue considerable. Imaginaos lo que podía suponer en los años 50 mostrar el interior del conducto vaginal de la mujer en plena excitación a pantalla completa en una sala abarrotada de hombres.


Freud también contribuyó lo suyo al establecer una jerarquía entre el orgasmo vaginal y clitoridiano y considerar al segundo inmaduro o de inferior calidad. Sobre todo, porque ese orgasmo lo puede conseguir la mujer con la masturbación, sin la necesidad de ser penetrada.

La ciencia se ha encargado de demostrar que todos los orgasmos empiezan por el clítoris y si no, no hay orgasmo. Lo mismo pasa con el famoso punto G. Un pene erecto que se dirija como un cohete a dicho lugar no conseguirá nada, quizá irritación en las paredes vaginales si intenta llegar ahí sin excitación previa. El efecto del placer es indirecto, explica Helen, ya que todo el suelo pélvico y cualquier cosa que ocurre en la abertura de la vagina influyen en la respuesta orgásmica.

Conocer algo más del placer de las mujeres es positivo para todos, imagino que también para los hombres heteros. No os sintáis amenazados, queridos, no somos tan complicadas, simplemente, no estamos locas, sabemos lo que queremos y lo que no, también.

 

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