Una buena forma de empezar el año es alimentar la autoestima, para compensar otras partes de nuestro ser que estos días empanzinamos sin control comiendo a lo tragopavo. Eso sí, sin pasarse, que no me ocurra como a Norman Mailer de quien se dice que su ego no cabía en los USA.
Hace poco el colega y amigo Mariano Pérez tuvo a bien sacar una crítica de mi, hasta ahora, único libro "Mujer de mundo", en el periódico "El Faro", así que la voy a subir a instancias suyas...Que dice que no me dé verguenza. Que me da, porque Mariano no es generoso, no. Es de un espléndido que tira de espaldas. Para contrastar también subiré la crítica que hizo en su día el insigne crítico, profesor de Literatura y amigo, José Belmonte Serrano, en el periódico "La Verdad".
Y como no, el burrico delante, pa que no se espante. La foto de la "moi", una foto que hizo el también amigo Oscar Martínez (Blog senda de la luz). Tengo una pinta de perdonavidas que pa qué. No me gusto nada...pero qué se le va hacer. Todo sea por Óscar.
Ahí van sendas críticas
"Relatos que definen a una escritora de categoría"
Ahora que llegan las fechas navideñas, no está de más el recuperar (ya sea para regalo o consumo propio) algunos de esos títulos obra de magníficos escritores murcianos que, por desconocimiento del gran público o por la falta de una adecuada promoción a cargo de sus editoriales, no cosechan el éxito que se merecen por derecho propio. ‘Mujer de mundo’, atractiva compilación de 20 relatos que engancha ya desde su título, es uno de ellos.
Su autora, la polifacética Lola Gracia, es una experta periodista y escritora que desempeña con demostrada solvencia sus tareas como columnista de prensa, presentadora de televisión o responsable de comunicación de una gran empresa constructora nacional. Y, por si fuera poco, nos brinda cada día jirones de su talento literario en ese espléndido blog que responde al sugestivo nombre de ‘Vivir en el filo’, donde no pocos disfrutamos de sus contenidos con auténtica adicción.
‘Mujer de mundo’ abre plaza con el cuento homónimo, en donde una aristócrata de vida licenciosa, en la que es posible reconocer muchos de los rasgos que definen a nuestros famosos más ‘tomateros’, hace balance de su vacía y artificial existencia; pura fachada que termina postrándola en una fría camilla de hospital, donde espera resignada (e incluso aliviada) su muerte. Un personaje inolvidable esta Marcela Castaño de los Reales, que resume perfectamente su pensamiento vital en una de sus (más acertadas) reflexiones: “Esas pobres que consienten la infidelidad, la tiranía y la grosería del macho no tienen la menor idea del poder que guarda una fémina. No todo se reduce al sexo, pero casi todo…”. Un relato que, junto a otros como ‘Nueva York, 1958’ o esa preciosa historia de amor intemporal que es ‘Nosseck’, sitúan por momentos a Lola Gracia a la misma altura de la mediática Candace Bushnell, la deslenguada inspiradora de la popular serie de televisión ‘Sexo en Nueva York’.
En este libro hay también otras piezas tan breves que apenas llegan a la media página, como ‘El candidato’, ‘Anochecer’ o ‘Belleza y muerte’,verdaderos prodigios de síntesis, en los que Lola nos ilustra con la inclusión de términos tan poco habituales como ‘tráfago’ (conjunto de negocios, ocupaciones o faenas que ocasionan mucha fatiga o molestia, ahí queda eso). El aroma de lo navideño, tan característico de estas fechas, lo aportan otros dos relatos, ‘Navidad’, y el más desesperanzador ‘Navidad en Medellín’.
La extensa variedad temática de los cuentos no hace sino confirmar el amplio bagaje cultural y las múltiples influencias que atesora la autora, que van desde Víctor Hugo (‘Ojos secos’) o dos películas tan aterradoras como ‘La semilla del Diablo’ o ‘El Exorcista’ (desasosegante ‘All of them’) hasta la leyenda fantástica de corte becqueriano que es ‘Flame, oh flame!’. En todos ellos, del primero al último, subyace de alguna manera la presencia, en cualquiera de sus formas, del amor, “esas cuatro letras absurdas, Roma al revés…” como asegura en ‘Inútil’. Tampoco es desdeñable ‘El mariachi’, el de mayor extensión y que presenta la conocida ranchera ‘El rey’ a modo de una peculiar banda sonora que el lector intuye al fondo.
Lamentablemente, estamos ante un título que hay que solicitar prácticamente por encargo a las librerías, pero la espera bien merece la pena. ‘Mujer de mundo’ constituye, pues, la mejor evidencia de que aún existen muchos libros de escritores murcianos que merecen una mejor suerte a nivel comercial, a los que es preciso rescatar y poner en valor, y más si nos facilitan el descubrir a una autora de la magnitud de Lola Gracia.
Por Mariano Pérez Ródenas
Fluye como el agua
Lola Gracia (Murcia, 1970) es nueva en el terreno literario. Publica, pues, su primera obra, plasmada en una colección de cuentos, o, acaso, de vivencias transformadas en material creativo. Su aportación no pasa inadvertida. Hay de lo que tiene que haber (una prosa cuidada, unos personajes creíbles, un ritmo preciso en cada una de sus narraciones) y algo más. Como, por ejemplo, una frescura y un dinamismo que el lector sabe apreciar desde la primera hasta la última página. Y, además, una filosofía implícita que, no por cotidiana, resulta menos verdadera. «La vida -escribe en el último de sus relatos- es una onda que fluye como el agua.
Por José Belmonte Serrano