jueves, noviembre 05, 2009
Madre anormal
Veo a las mamis del cole de mi hijo y siento una envidia feroz. Como hablan entre ellas, cuantas cosas tienen que contarse. A mi nunca se me ocurre nada que decirles. Nada de nada ¿Les hablo de ropa? ¿De mi trabajo? ¿De mis frustraciones? ¿De mis delirios? Las veo de pascuas a ramos en cumpleaños ruidosos donde articular una frase supone darle un clujío (como decía mi padre) a las cuerdas vocales. Y nada se me ocurre. Decididamente, tengo algo anormal. Mi reino no es de este mundo ¿Entonces de cual? Me voy pa Ganímedes, allí quizá encuentre gente de mi estilo.
FOTO DE GERMÁN SÁEZ
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2 comentarios:
Ufff!! Yo para eso soy muy rarito también. No me gustan esas amistades colaterales por "culpa" de los nños.
Las vacaciones de verano también son muy propicias para eso: los niños de los vecinos de "sombrilla" a los que ves todas las mañanas, o los papás de la nena con la que juegan en la piscina... no.
Saludos, Lola.
Cómo te entiendo Lola! Yo me relacionaba a veces con el corrillo apostado en la cafetería de enfrente del cole de mis hijos, lo intentaba por ellos, porque no pensaran que su madre era la rara, por socializar un poco pero me retiré del todo el día que entre las madres, y algunos padres, hicieron un ranking de los más guapos de la clase, fue como volver a mi propia infancia, a esos recreos terroríficos en que mis tendencias sociales y mi sospechosa inclinación a poetas muy diferentes a Pemán o Amado Nervo, muy del gusto de nuestras patrióticas docentes me convirtieron en un elemento peligroso y una mala influencia para el resto del redil.
Mamen P.
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