domingo, febrero 22, 2015

La vida sin filtros






Queridos, llega la primavera. No hay remedio. Es imparable. Los enfermos bipolares tendrán que subir sus dosis de litio, los ansiosos y depresivos se pertrecharán de todos los remedios posibles para mantener a raya a la impostora naturaleza que nos acelera el ritmo cardíaco, la transpiración o nos sume en un mar de dudas y perennes lamentos. Lo ex novios y ex pretendientes rebrotan como las setas tras la lluvia. 

Es la llamada de la selva.

La primavera es terrible para suicidas y especialmente maravillosa para los enamorados porque somos más hembras y machos que nunca. Las hormonas que permanecen agazapadas en el crudo invierno, vuelven a reverdecer. Comienza el baile con la FEA (hormona encargada del amor a primera vista);  la dopamina (la hormona de la adicción al placer) y de —mi favorita— la dehidroepiandrosterona , o Dhea,  responsable de producir las feromonas y la elección de pareja. No sólo eso, la Dhea  nos mantiene jóvenes. De hecho, el cuerpo cuando llega a la edad adulta produce cada vez menos Dhea. Por eso yo la tomo en comprimidos cada mañana. Es un afrodisíaco natural, sirve base para producir estrógenos y testosterona. Tiene muchos efectos saludables para el organismo: provoca el aumento de la masa muscular y de la fuerza, mejora el sistema inmunitario, la memoria y las enfermedades derivadas del estrés, sube el estado de ánimo y recarga la energía. Vamos, que soy del club de la Dhea.

Es curioso que hombres y mujeres contemos en nuestro organismo con testosterona (la hormona encargada del deseo sexual) y estrógenos (esa es la que os da ese sueño tan agradable después del coito). Es curioso, porque se supone que la testosterona es vuestra hormona, la masculina, y los estrógenos, la nuestra, la femenina. Sin embargo, en nuestro torrente sanguíneo ambas viajan en mayor y menor medida según el género y así nos conforman.

Quedan por mencionar mis amigas las endorfinas. Como buena deportista, nunca me abandonan. Da igual lo saludable o aburrida que sea tu vida sexual; esta sensación de euforia no sólo procede del sexo,  sino también del baile, de los paseos por el monte, o de recorrer kilómetros en bici. Si te acostumbras a ese chute, olvídate, ya no podrás vivir sin él. Lo cual significa que harás el amor de forma habitual o, en su defecto, correrás maratones, escalarás cumbres o bailarás bachata.

Existe esa otra hormona que tantos anhelamos en esta vida de prisas e incertidumbre: la serotonina, también conocida como la hormona del amor para siempre. Esta te provoca paz, relax y sensación de seguridad. A este estado llegamos una vez transcurridos los meses de loca pasión, si es que la cosa pasa de ahí (los expertos dicen que es a partir del tercer mes cuando sucede esto).

Por eso nos gusta ver a nuestra pareja de cerca, con sus arrugas, sus redondeces, sus descolgamientos y su humanidad desnuda sin filtros ni idealismos vanos. Por eso nos enamoramos cada  más de sus defectos, inseguridades, debilidades y esos rasgos que convierten al príncipe azul por el que nos volvimos locas en un ser humano normal, cálido, cercano que camina a nuestro lado. Por eso los hombres permanecen junto a mujeres a las que ven por la mañana sin maquillar y las adoran incluso con sus patas de gallo o quizá precisamente por eso. Y no hay ojeras ni flacidez capaz de matar al auténtico amor. Porque, en el fondo, todos deseamos una vida sin filtros. Una vida donde cada cual sea como es, sin poses, sin efectos ópticos.
 


martes, febrero 17, 2015

Mazarrón acoge el jueves una mesa redonda sobre Profesión periodística y mujer en España dentro del ciclo de Liderazgo Femenino que se celebra en la localidad



  • ·      Los periodistas y responsables de comunicación Alexia Salas, Fuensanta Martínez y Alberto Aguirre participan en el debate moderado por la periodista Lola Gracia
    
  • ·        El debate se celebra en la Casa de la Cultura de Mazarrón a  las 20.00h



El ciclo de Liderazgo de Femenino que se está celebrando en Mazarrón desde el pasado mes de octubre, acoge una mesa redonda sobre "Profesión periodística y mujer" el próximo jueves 19 de febrero en la Casa de la Cultura de dicho municipio (Calle Entierro de la Sardina, 17 ) a las 20.00 horas.

En este foro participarán la periodista de La Verdad de Murcia y El Noticiero, Alexia Salas; la directora de comunicación y subdirectora del Colegio de Farmaceúticos de la Región de Murcia, Fuensanta Martínez Lozano y el director del periódico La Verdad de Murcia, Alberto Aguirre de Cárcer.

El ciclo, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento mazarronero y coordinado por la periodista y escritora de Lola Gracia, analiza en este ocasión la situación de la profesión periodística en nuestro país y también la de las directivas a cargo de medios de comunicación o en otras instituciones, como responsables de comunicación.

Según el  informe Proyecto de Monitoreo Global de Medios 2010 de la organización Women in Journalism, las mujeres apenas protagonizan historias de portada en los medios de comunicación tradicionales, no se recurre a ellas como fuentes expertas y tampoco sus fotografías suelen aparecer en lugares preferentes de dichos medios.

Además, por un lado, Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, (FAPE) afirma que más del 60% de los estudiantes de periodismo en España son alumnas. Sin embargo, el 59% de los trabajadores son hombres. En la dirección, la desproporción es aún mayor, con solo un 20% de representación femenina. En los consejos de administración la presencia de la mujer es incluso menor: un 10%.
Por otro, Dircom, la asociación de Directivos de Comunicación, asegura que entre sus socios hay un cincuenta por ciento de hombres y de mujeres, a partes iguales.

Los participantes





María Fuensanta Martínez Lozano nació en Murcia  en el año 1969, donde cursa todos sus estudios y se licencia en la Universidad Pública en Filosofía, Psicología y CCEE, en el año 1992. Realiza formación posgraduada en Barcelona y Madrid, especializándose en Comunicación  e Imagen y compatibilizándola con su trabajo como Asesora de Comunicación en el ámbito sanitario (empresa privada y diferentes Colegios Profesionales). Colabora con algunos medios de comunicación de la Región y a partir del año 1994  se dedica exclusivamente al ámbito farmacéutico, en el que desarrolla la primera sistematización de un modelo de comunicación para farmacéutico y oficina de farmacia, sobre el cual imparte cursos por casi todas las regiones españolas e incluso es profesora de Máster de las Universidades de Murcia, Complutense de Madrid y Alcalá de Henares. Dirige o participa directamente en  varios proyectos de comunicación pioneros a nivel nacional en colaboración con la Industria Famacéutica, colegios oficiales de farmacéuticos de  diversas autonomías españolas y algunas empresas de distribución de medicamentos. Mientras tanto es Asesora del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región de Murcia. En el año 97 es nombrada Jefa de Gabinete  en el Gobierno Regional de Murcia, concretamente en la Consejería de Educación y Cultura, cargo que compatibiliza con la docencia en el ámbito de comunicación farmacéutica.

En el año 2000 se incorpora como DIRCOM al  Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región.  Continúa impartiendo docencia en diferentes foros farmacéuticos, diseñando proyectos de comunicación y realizando diversas publicaciones.  Es responsable de la organización y difusión de algunos de los actos sociales que se han desarrollado en la Región de Murcia en los últimos tiempos, fundamentalmente de los Premios Pimientos de Oro, que ya han celebrado su  X Edición. Colaboradora con diversas ONG,s sanitarias y tertuliana habitual de la Televisión y la Radio Autonómica de la Región de Murcia. Actualmente, también ostenta el cargo de Subdirectora General del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región de Murcia.






Alexia Salas García, licenciada en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, y Máster en Igualdad de oportunidades. Periodista con 25 años de experiencia, ha publicado en medios de comunicación como 'Cinco días' y actualmente en el diario 'La Verdad' como corresponsal en el Mar Menor. Fundó el primer periódico de la Región de Murcia en tres idiomas, El Noticiero. Habitualmente escribe sobre actualidad, Turismo, Cultura y, especialmente, sobre jazz. En radio, ha informado para la Cadena Ser y para Gestiona Radio.







Alberto Aguirre de Cárcer es director de 'La Verdad' desde hace cinco años. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera profesional en ABC en 1987. Una parte importante de su trayectoria profesional como redactor estuvo vinculada a la información científica, de salud y nuevas tecnologías, una especialización que fue reconocida con diversos galardones, como los premios de periodismo del CSIC, BoehringerIngelheim y Sanofi. Alberto Aguirre fue nombrado subdirector de Información de ABC en 2006 y dos años después asumió la recién creada subdirección de fin de semana para coordinar los contenidos informativos del diario en las ediciones del sábado y domingo, incluido los suplementos D7, Empresa, ABCD de las Letras y las Artes y la guía de ocio Madrid 360.


En 2009 se convirtió en el primer periodista con funciones directivas de Vocento que, procedente de su cabecera nacional, pasa a dirigir una cabecera regional multimedia del mismo grupo. Con su llegada a la dirección de ‘La Verdad’, Aguirre de Cárcer puso en marcha el nuevo rediseño y relanzamiento del diario, así como el concepto de redacción única que ha situado a laverdad.es como el primer diario regional en usuarios únicos en internet, solo superado por La Vanguardia y el Periódico de Cataluña. Ha sido, además, profesor asociado en periodismo especializado de las Universidades Complutense, Carlos III e Internacional de Valencia y es autor del libro ‘Viaje a los Orígenes’, editado por el Centro de Astrobiología.

domingo, febrero 15, 2015

Eros y tanatos




La muerte no existe. Es sólo un cambio de estado. Nuestro cuerpo mortal se arruga, se deteriora. Podremos adquirir un aire matusalénico pero nuestro espíritu sigue ahí, rebosante de vida para lo que tenga que venir. Un día, quizá, la materialidad es incapaz de sostenerse, a pesar los esfuerzos del alma y la mente. 

Un día, nuestro cuerpo se convierte en un envoltorio perecedero que nada contiene y nuestro espíritu vuela libre.

En ese estado elevado de conciencia todo es posible. Las cortapisas, prejuicios y miedos que también acompañan a la deliciosa terrenalidad desaparecen. Es triste que para llegar a sentirnos tan plenos y poderosos, primero debamos abandonar nuestro cuerpo, atravesar una vida llena de altibajos y quizá padecer absurdas enfermedades que nos roban el precioso tiempo en el que pisamos el suelo con nuestros pies de carne y hueso

Presenciar de cerca la muerte de personas que quieres desde una edad temprana es un fenomenal entrenamiento paran relativizar todo lo que te pueda ocurrir en el transcurso de los años venideros. Podrás tener momentos de éxito y regocijo, pero sabrás que todo es temporal. Que un día todo eso se acaba. Podrás pasar calamidades y penurias, pero eres consciente de que son meras distracciones para tu objetivo final que no es otro que nacer para morir.

Cada segundo de dicha hay que atraparlo incluso con avaricia. Nunca dura demasiado. Nunca hay que dar por sentado que la felicidad se nos da hoy y para siempre. Por eso me parecen tan absurdos los juramentos de amor y los votos que se proclaman en las bodas. Ese “todos los días de mi vida” puede ser todo o nada. ¿Por qué establecer esa cadena envenenada si la vida es todo y es nada? ¿Si en un segundo puedes estar fuera de ella? ¿Por qué tenemos que mezclar el amor con la muerte? (“Hasta que la muerte nos separe”) ¿No os parece demencial juntar el idilio, la pasión y el romanticismo con las exequias y las pompas fúnebres? Más que escritores de liturgias lo que hay por el mundo es mucho cenizo pero…Si, como proclamo, la muerte no existe ¿Por qué nos aferramos a ella tanto como a la vida? ¿Por qué el eros y el tanatos andan juntos de la mano todo el tiempo? ¿Por qué al orgasmo se le denomina en francés “petite norte”?

Porque nunca se habla de la muerte física si no de otro tipo de muerte: el fin de la esperanza, el fin de la concordia, el fin del sufrimiento gracias a las deliciosas fuentes del placer.

La vida es un eterno infinito encadenado. Nos aburriremos de pasear nuestros dedos por este símbolo pero todo fin se encadena a un nuevo comienzo y así, hasta el infinito, valga la redundancia. La vida son círculos concéntricos que nos alejan o nos acercan a las personas, los eventos, los sucesos, el amor, el desamor. Podríamos describir cada hito de nuestra existencia gracias a esta vibración inaudible, intocable que es capaz de la transformación, la devastación, la construcción, la creación.
El ser humano y su poder transformador.

Nosotros somos el estanque. Alguien nos lanza una piedra, un desafío, una propuesta y esa vibración que genera nuestra respuesta es la que mueve el mundo. Y no lo dudéis, todo acto tiene una consecuencia. Todo principio tiene un fin (aunque no sea físico) y el amor nos encadena a todos mediante un lazo invisible y poderoso. No hay grilletes más sólidos que la energía amorosa que todos y cada uno atesoramos en nuestro interior.



Muerte y vida: dos caras de la misma moneda.

domingo, febrero 08, 2015

El bosque de la realidad







Los deseos son niños. Cuidados con lo que deseas. Los deseos no son gratis. Esto forma parte de la letra del maravilloso musical de Stephen Sondheim “Into the Woods”.  Me quedo con la gran alegoría de la vida que supone el bosque; con el príncipe encantador que no tenía  por qué ser sincero y con ese ama de casa que al tropezarse con el príncipe entre árboles gigantes y bruma, confiesa sinceramente: “tengo mi  pan y mi panadero pero una chica lista ¿Por qué no puede tenerlo todo?” Pues no, no puede.
El príncipe infiel pierde a la princesa. La esposa del panadero, muere y los deseos que alimentaban, días y días, los sueños de los  habitantes del reino terminan por destruirlo todo. 

Cuidado con lo que deseas.

Hace meses, mi amiga Nativel Preciado me decía: no te hagas ilusiones, hazte realidades. Y así de esta forma tan simple, estableció un conjuro para que todos mis cuentos de la lechera tengan final feliz.

Es inevitable pronunciar deseos, exclamarlos, rezarlos en silencio. Cuántas veces tenemos clarísimo aquello que soñamos y cuando comienzan a cumplirse los capítulos de nuestros proyectos más anhelados lo vemos con certeza: los sueños no son gratis. A veces, es mejor dejarse llevar, “como hoja al viento”, parafraseando a otro amigo (qué sería de mi sin ellos).Pero yo no puedo por más que lo intento.

Lo  que para el común de los mortales sería lo fácil es casi imposible para nosotros los soñadores, los inconformistas, los creadores. Los deseos son niños y nosotros somos niños eternos, nos negamos a crecer, nos negamos la realidad tozuda que nos impide avanzar. Y a fuerza de cabezazos nos abrimos camino. 

Tengo claro que cuando uno decide y elige ser libre asume una serie de riesgos. La inocencia te lanza a la vida pero  con unos cuantos años, magulladuras y planes fracasados,  es cuando asumes con responsabilidad, e incluso algo de miedo, la locura que supone en este  mundo acomodaticio, pantallizado y previsible el crear un sueño y en luchar por él.

Yo os propongo abandonar la manada e ir contracorriente. Cierto, cuesta. Los sueños no son gratis. Pero se llega más lejos sin duda alguna. Se es más auténtico y la satisfacción de permanecer genuino, ingenuo, esperanzado, no tiene precio. No hay sueldo capaz de pagar nuestro brillo en los ojos, la íntima felicidad, el regocijo de saber que has podido, contra todo pronóstico, alcanzar el reino de los gigantes, bajarte un huevo de oro y compartirlo con quien más quieres.

Cuántas veces desperdiciamos las horas en planes fatuos sin ponernos manos a la obra. Cuántas veces esperamos a mañana, a buscar un momento mejor para lanzarnos a cumplir lo que tanto anhelamos. Es verdad que los deseos no son nada. Es verdad que hay que llevar cuidado con lo que uno sueña, sobre todo si nos enfrascamos en marañas de proyectos, si nuestros zapatos se quedan atascados en el alquitrán de los miedos.

Sin querer corregir un ápice de las letras de Sondheim y Lapine, no desprecio los sueños siempre y cuando los revistamos de realidades. Cuántas veces he podido cantar en voz alta aquello de Heaven, I’m in heaven. Y lo he hecho despierta. Claro que sí. Las ilusiones  no son gratis. Las realidades toman cuerpo cuando uno da los pasos adecuados para ello, al igual que el enorme zeppeling precedió a los modernos boings. Cometeremos errores, mejoraremos los métodos, las palabras, pero nadie nos podrá acusar de permanecer en la pasividad esperando que nos caiga la breva. 

Los deseos son niños, pero los niños crecen

domingo, febrero 01, 2015

39 preguntas para enamorarte





¿Es posible enamorarte de alguien después de un interrogatorio de 45 minutos con otra persona? La respuesta es sí.  De hecho, este experimento se realizó: un hombre, una mujer, heterosexuales, entran cada uno por una puerta distinta a un laboratorio y comienza el juego.

Let’s play!

No importa que el laboratorio sea un lugar casi inhóspito y palmariamente neutral. Eso sí,  necesitamos a dos sujetos dispuestos a intercambiar parte de su vida personal entre ellos, lo cual no es sencillo ¿Le contarías a un perfecto desconocido cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿Tienes una corazonada secreta de cómo vas a morir?

El psicólogo Arthur Aron, creó hace 20 años un cuestionario con 39 preguntas, divididas en sets de 45 minutos cada uno, como una herramienta para generar intimidad.
Si accedes al experimento, no te queda otra que intercambiar esta información confidencial sobre ti — ¿Cómo sería un día perfecto?¿Qué tres cosas crees que tienes en común con tu interlocutor?—y, tachán, el remate final es permanecer frente al otro cuatro minutos en silencio mirándole fijamente a los ojos.

Aron cuenta que la primera vez que realizó el experimento consiguió que dos de esos interlocutores se casaran seis meses después, “aún siguen juntos”, añade satisfecho. Desconocemos la suerte que corrieron el resto de sujetos experimentales (llamemosles así para salvaguardar el contexto científico).

Pero ahí no acaba la historia. El pasado mes de enero Mandy  Len Catron publicó un artículo en el New York Times contando su peripecia con dicho experimento aunque con ligeras variantes. Escogió a alguien más o menos conocido para realizarse mutuamente estas preguntas y sospecho que entre ellos ya existiría una atracción mutua. Sí, finalmente se enamoraron aunque como explica Mandy, el primer paso para enamorarte es querer hacerlo. De hecho, hay una canción del songbook americano, titulada así “Let’s fall in love”.  La letra lo dice muy claro: “es una coartada sentimental y mental”. Total, nada. Cuánto ha perdido el mundo de la música de 50 años para acá.

Lejos de creer que el amor es algo que surge de forma mágica —que algo de magia tiene, sin duda— las personas que se enamoran están predispuestas a ello. Da igual su situación: casadas, solteras, divorciadas. Si alguien te encaja —quizá por su físico primero, o por algo de simpatía después —todo es posible. De hecho, la actual pareja de Mandy le dijo: “Sospecho que, dadas unas cuantas cosas en común, podríamos enamorarnos de cualquiera. Si es así ¿Cómo elegimos a alguien?”

Mandy querrá mucho a su nuevo novio pero me parece una estupidez eso de que “podríamos enamorarnos de cualquiera” porque aunque la canción “Let’s fall in love” habla de nuestras propias coartadas, aunque somos menos libres de lo que en realidad creemos —nuestro pasado, nuestras creencias, nuestra educación nos condicionan hasta de la persona en la que nos fijamos — siempre existe un factor inasible, el duende, el misterio.

El cuestionario no tiene desperdicio “Dile a tu compañero qué te gusta de él; sé muy honesto esta vez y di cosas que no dirías a alguien que acabas de conocer”, ¿Cómo te sientes con respecto a tu relación con tu madre?;  Di tres frases usando el pronombre nosotros”.

Quizá Aron haya dado con la clave para romper los muros que nos separan y que están creando un mundo de solitarios. Quizá la ciencia sea, después de todo, la respuesta más eficaz al milagro del amor; o a la tontería del amor. Quizá debiéramos mandar al cuerno el imaginario de canciones románticas y tóxicas, salvo “Let’s fall in love”