domingo, junio 30, 2013

Berluscoñi





Berluscoñi me da grima. Pero no está solo. Como dijo hace poco el editor de uno de sus periódicos, Giuliano Ferrara, "Siamo tutti puttane". O sea, todas somos putas. No sólo las mujeres espectaculares de las party bunga bunga --según il Cavaliere, buenas chicas que sólo aceptan ir a cenar a casa del primer ministro--  sino la corte que rodeaba semejante circo. Y una sociedad que lo respaldaba. Niñas vestidas de monjas, disfrazadas de Ronaldihno.  Fiestacas presididas por señores tripones y calvos, con todos los implantes imaginables, que no fantasean con colegialas. Se las tiran. Todo les está permitido. Sentar en sus rodillas a adolescentes con trenzas, mientras en una mano sostienen un puro y con la otra le soban la teta. Porque no os engañéis. Esto es lo que había en villa Arcore.

Un tipo que dice tener un 90% de Viagra en sangre y que se lo tiene tan creído resulta incluso aburrido. Porque podría ser un sinvergüenza con gracia, pero no, no la tiene. Es grosero, previsible, burgués, nuevo rico. Un dictadorzuelo capaz de las estratagemas más sucias con tal de  ganar: pinchazos telefónicos para eliminar a su competidor, Piero Fasino, o comprar por tres millones de euros al senador de centro derecha, Sergio de Gregorio, y así desbancar a Prodi . ¿Qué necesita circulante? Muy fácil, monta un chiringuito comercial de derechos televisivos, libres de impuestos, et Voilá!. Ya tiene las liras que necesita para meter en los sobres de sus bunga-girls y sobornos varios.

Berluscoñi ha ejercido tres veces como  presidente del Consejo de Ministros, fue ministro de Exteriores y está condenado por corrupción de menores y abuso de poder a 7 años de cárcel. Ruby tenía 17 cuando conoció al interfecto. De sus conversaciones grabadas se deduce que hubo tomate, incluso encoñamiento, pero al cavaliere no le dolían prendas en valerse de cualquier estratagema para librarse de esta condena: "Diles que estás loca".


El tío es listo. Es dueño de un tercio de la editorial Mondadori, compró la cadena Blockbuster, portales de acceso a internet y parte de Olivetti. Según Forbes, en 2011 su fortuna rebasaba los 7.8 millones de dólares y es fundador y presidente de Mediaset. Todo eso es compatible con cuatro condenas pendientes por los pinchazos teléfonicos, la compra de votos, el caso de los derechos televisivos y, ahora, la historia con la Robacuori, o su nombre original de marroquí, Karima el-Mahroug.

Con una jeta impresionante ha declarado: "Es una confabulación. Una sentencia increíble, violenta. Estoy convencido de mi inocencia". Pero lo peor no es que este sujeto invente colosales mentiras y las crea. Lo increíble son todos los años en los que ha sido reo y protagonista de la vida política, económica y social italiana. Lo increíble es el apoyo de sus compatriotas durante tanto tiempo. Incluso se publicó un sondeo en el que un 33% de las jóvenes italianas se mostraban dispuestas a costarse con él. A lo que, ufano, añadía: "El resto de las chicas contesta: ¿Otra vez?".

Algunos piensan que Prodi no fue encausado ni una vez y él lo ha sido en veinte ocasiones, con lo cual, sospechan de un sistema judicial tendencioso. Sea como fuere, los paralelismos con los enjuiciados y procesados españoles son tangibles. Algunos como Conde pasaron años en la trena pero está por ver qué ocurrirá con Bárcenas o Blesa. ¿Por qué tanto chorizo se va de rositas? Fácil, porque como "todas somos putas", todo el mundo tiene un precio, una boca que callar, una deuda que saldar incluso un ego que inflar. Y así se escribe la historia.

domingo, junio 23, 2013

Living apart together


Ahí va el PODCAST del #TerritorioG sobre el LAT. O sea, Living apart together, o sea, juntos pero no revueltos. Con vuestras opiniones, con canciones que hablan de cotidianidades y con la voz experta del profesor de sociología de la Universidad de Málaga, Luis Ayuso. Creo que os gustará 

PD. Esta semana he cambiado la foto para que conozcáis (los que aún no lo conocéis, claro) a Julián Vigara.



El latido nipón




Grabados de Utamaro




Grabados  de Hokusai  (El imaginativo grabado El sueño de la mujer del pescador)

Estoy consternada. Resulta ahora que lo más in es lamerse las córneas. Que cuando un morenazo te mira fijamente desde la otra punta de la calle no se fija en tus piernas. Que ese guiño entre escrutador y curioso. Esa mirada al acecho de una pieza, busca algo más recóndito. Ese suculento manjar escondido bajo tus párpados: la córnea. Sí, usted se ha quedado como yo al escuchar semejante disparate. De una pieza. Pero qué grima. Los chupeteos son cosa de cuidado. No todo el mundo sabe cómo, ni el cuándo ni en qué zonas exactas, pero lo de chuparnos las córneas mutuamente, oiga, un ascazo. Aparte del escozor y la conjuntivitis salvaje que se puede contraer.

Con lo bonito que es besarse en los párpados. Y besar las lagrimitas del otro y los besitos de mariposa. Pues no.  Eso son mariconadas en el Japón. Tanto como admiro la cultura nipona, con lo rico que está el shushi y el wasabi  y luego mira que son frikis con el tema del erotismo. Para empezar, los japoneses lo tienen todo en la cabeza. Esto es, que follar, follan poco. Hacen otras cosas más raras: compran  bragas usadas en los denominados burusera; acuden a salones rosa pindaro (una especie de prostíbulos donde se practican exclusivamente felaciones) o anda locos con las fantasías de colegialas y colegiales. ¿Por qué les ocurre esto? Porque, al igual que sucede en nuestra cultura judeo-cristina, para ellos, el tema del sexo es tabú, con la diferencia de que  son introvertidos hasta el punto de hablar aspirando hacia dentro. Son circunspectos y silenciosos, mientras que nosotros somos expansivos y lo "cascamos" todo. Lo que no nos enseñan en casa, lo aprendemos en los corrillos adolescentes (algo peligrosísimo, claro. Recordad la cantidad de mitos, mentiras y leyendas que circulan en esas conversaciones). Las dudas no nos carcomen, las expulsamos en busca de un feed back inmediato. Máxime hoy día con las redes sociales. El sol, la calle, las terrazas, el pálpito del mediterráneo es explosivo. El carácter nipón es implosivo. He ahí la gran diferencia.

Para ellos el contacto físico es algo antinatural. Pero es que ni palmaditas, ni abrazitos, ni nada. Aunque en su caso, es algo relacionado con la educación y no con la religión. De hecho, la monogamia es una "moda" importada de Occidente. Sólo hemos de detenernos en sus deliciosos grabados eróticos, los denominados Shunga. Auténticas obras de arte con los maestros Hokusai y Utamaro como máximos exponentes y la recreación de escenas absolutamente explícitas con parejas del mismo y distinto sexo; con tríos, con la imagen penes y vulvas enormes pintadas en un afán didáctico. Por tanto, el sexo, aunque tabú, es importante para la cultura japonesa. Mucho más que para nosotros.

El japonés parece que va por la vida protegiéndose del mundo pero cuando dice de lanzarse al ruedo es apasionado, fogoso, imaginativo, exquisito, sofisticado, refinado e incluso temerario, tal y como podemos ver en el film "El imperio de los sentidos" (Nagisa Oshima, 1976). La dimensión sexual de un país tan peculiar, tan dominado por el afán de superación en el trabajo, no es baladí aunque es triste que el concepto de erotismo y sexo excluya en tantas ocasiones la interacción humana. Me pregunto si aquí vamos a lo mismo. A un refinamiento tal, que elimine la propia vida, los fluidos y los sudores.   A una virtualidad comodona y aburrida. Al placer solitario de los onanistas. Me respondo que no, que, por suerte, vivimos en un país lleno de bares, de gente ruidosa y tocona y que eso nos salva siempre. Incluso de esta maldita crisis.

jueves, junio 20, 2013

Gandolfini era Tony Soprano




Que muera Gandolfini con 51 años es una putada. Le quedaba mucho por interpretar sin duda. Recuerdo la primera vez que comencé a ver Los Soprano. El primer capítulo me parecía algo raro. Ese silencio inmenso entre un gordo, Tony Soprano, y su psiquiatra, la doctora Melfi, resultaba incómodo pero a la vez, hipnótico. Me zampé los Soprano de golpe, sin anestesia, un mes de agosto. Cuando todo el mundo se acostaba, encendía el ordenador y me pasaba la noche sudando, con un litro de té frío y enganchada a esos personajes contradictorios: amantes de la familia, de la paz (de esa cierta paz que se busca entre los tuyos) y a la vez tan salvajes, tan despiadados cuando llega el momento de la venganza. Hay cosas en la vida que hay que hacer y ya está. Cuanto antes mejor. Sin sentimentalismos, con eficacia.
Los Soprano eran cotidianos, eran caseros, como de toda la vida y tenían esa faceta de la brutalidad humana encarnada en Tony. Un ogro que es capaz de asesinar a sangre de su sangre y que se enamora como un tonto de la psiquiatra. Melfi era la madre buena, frente a la propia, su despiadada madre mala: rencorosa, experta en el chantaje emocional. La madre ejemplificaba esa zona oscura que habita en algunas mujeres mediterráneas. Lo mismo te traen comida para la semana que te apuñalan por la espalda. Pero eso, eso tiene otra reflexión. Y hoy, los fans de los Soprano estamos de luto y estupefactos.

domingo, junio 16, 2013

Los amores castrados. Los que no fueron.









Todos tenemos alguna historia similar. Esa que no acaba en nada, esa que sólo es real en nuestra mente. Cuando soñamos.  Lejos de los reproches, del desgaste de la cotidianidad, de las malas caras y las ojeras mañaneras. Del mal aliento. Un affaire ideal que ganará por goleada a las otras aventuras, a las pedestres.  A las que llegan con el impulso de lo primario, con su efervescencia pero también con sus inevitables desilusiones ¿Quién no ha sentido una punzada en su estómago al recordar unos ojos? ¿Esos ojos en los que uno se miraba tanto y que  decían sin palabras mucho más de lo que el verbo pueda expresar?. 

Es un limbo de amores posibles. De emociones y energías que se quedarán por siempre atrapadas en un halo de insatisfacción, de suspiros furtivos.  Son amores de nombres, de frases grabadas a fuego en nuestra mente. De momentos, incluso de canciones que flotan en el aire pero que jamás se materializarán. Acaso un  beso. Una mano en la rodilla. Una caricia en el pelo. Un piropo dicho al oído. Con la boca muy pequeña.


A veces ese amor ideal era nuestro mejor amigo y el terror se apoderaba de nosotros. Prefieres que sea tu amigo a que no sea nada, absolutamente nada. A que considere traicionada su confianza si le confiesas que detrás de cada palmadita en la espalda, de cada guiño cómplice, lo que existía en verdad era un deseo furibundo. Una curiosidad eterna por conocerle en la intimidad. Cómo serían sus jadeos o el estertor de su placer. Conocerle en esa zona donde todos somos vulnerables. A menos de un palmo de su distancia de seguridad.


Qué contradicción ¿verdad? El empuje de los instintos es poderoso, apabullante pero también destructivo. Hace añicos las imágenes del amor atrapado en nuestra cabeza, en las secuencias que dibujamos antes de irnos a dormir: ambos en una isla, como Deborah Kerr y Burt Lancaster; o paseando bajo un paraguas por los adoquines del viejo París. En Nueva York, revisando los anaqueles de la biblioteca pública. O, simplemente, juntos en un lecho de sábanas blancas, en una piscina inmensa, en una cabaña aislada del mundo. O la postal de ambos con las manos unidas sobre una mesa y dos martinis  en alguna terraza de Santorini. El mar, al fondo. ¡Ah, las imágenes!.


Cuántas veces ese flechazo llega en un momento y situación inapropiados. Sabes que existe, que algo hay.  Es imposible eludir la electricidad, la magia de algunas situaciones pero, ah, no puede ser. Todo se complicaría sobremanera. Y sucede eso que conocemos tan bien. Ese silencio de "tú sientes lo mismo que yo pero aquí nadie dice nada". Y pasa de largo. Y ya nunca volverá a darse en el mismo modo

Poco a poco, la vida nos convierte en piedras. Cada vez que dejamos pasar un posible amor se nos acumula una capa de tristeza e impotencia. La piel dura, no es aquella metáfora de Truffaut. Es un manto de epidermis muerta. La necrosis de los impulsos que acallamos con un manotazo castrador y desdichado ¿A dónde van los besos que no damos? se preguntaba Víctor Manuel. Yo sé dónde. Alimentan a unos súcubos que viven de nuestro desdén. Algunos son gordos como camiones. Por eso hay mañanas en las que nos cuesta tanto caminar.

domingo, junio 09, 2013

Capital erótico para todos





Las mujeres vivimos un momento extraño. Por un lado, sentimos un retroceso evidente en nuestras conquistas sociales pretéritas. Conocemos ejemplos de chicas cuyos novios les autorizan, o no, abrirse una cuenta de Facebook, incluso si lucir, o no, minifalda. Vamos, que en lugar de novios lo que tienen las pobres son hombres de Cromagnon.  

Pero no sólo eso: nosotras mismas adoramos las fustas, los contratos de sumisión y convertirnos en las esclavas sexuales de ese tipo llamado Grey que es un príncipe azul pero a lo sado. Las cifras son incontestables. Se han vendido 31 millones de ese terrible mamotreto pseudo-literario, con el susodicho amante bandido como protagonista.

Por otro lado, hay sociólogas que nos invitan a empoderarnos pero valiéndonos de nuestras armas de mujer. El feminismo es, incluso para muchas algo trasnochado. Catherine Hakim explica en su ensayo "Capital erótico" que no abandonemos algo esencialmente nuestro. Un poder que subyace debajo de nuestras faldas. Ella nos dice, incluso,  que si estamos buenas, que no seamos tan tontas de vestirnos de saco y saquemos partido a nuestras curvas.

Según Hakim, nuestro capital erótico los suman los siguientes elementos: el atractivo físico; el sex appeal, la gracia y el encanto, la vitalidad, la buena presentación social (qué mona va esta chica siempre) e incluso la performance sexual. O sea, que ni con nuestro chico podremos relajarnos. Hemos de estar siempre compuestas y dispuestas a emular a Mata Hari para sacar todo el provecho de estos dones. La suma está muy bien pero resulta agotadora ¿Siempre estamos correctamente vestidas, guapas, graciosas y vitales? ¿No os resulta este capital que expone Catherine otro pesado fardo que cargar en nuestras delicadas pero a la vez fuertes espaldas? No sé vosotras pero hay días que estoy hasta las narices de ser tan mona, tan correcta, tan vital, tan simpática y tan sexy. Y me dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Ya está, ya lo escrito. Porque es imposible querer y ser siempre correcta.

Pienso en ese personaje divertido que es Bridget Jones cuya tercer entrega "Loca por el chico" está a punto de aterrizar en nuestro país. La creación de la autora Helen Fielding bien podía ser alguna de nosotras. Cuarentona, sextuitera y obsesionada por el número de followers. Personalmente, las dos últimos adjetivos no me cuadran pero ¿Qué tienen de malo unos tuits picantones? ¿Eso nos convierte en sextuiteras? ¿Escribir la palabra follar nos arrastra a ese grupo de chicas que desde una perspectiva más profesional entran a twitter para escribir de "eso" y sólo de "eso?  ¿Y por qué hay sextuiteras y no sextuiteros? Esto es lo que no me explico. 

Cierto que nosotras aportamos calidez, a veces disparates, a veces esa locura de chicas malas que da tanto color a Twitter. Pero ¿Por qué no hacen los chicos lo mismo? Porque, no sé vosotras, pero yo no encuentro chicos que de vez en cuando suelten una picantonería. Pasamos de la crítica política a la burrada. No hay término medio. Miento, sí lo hay. Encontramos algunos cursis que no te quiero ni contar. Porque cuando un tío se poner cursi es de salir corriendo y no mirar atrás, no sea que nos convirtamos en tuitestatuas de sal y debamos soportar sus rollos hasta la eternidad.


Como no soy Bridget ni la Hakim, desde este puntoG demando que vosotros, chicos, también vayáis siempre monos, oliendo bien, con la presentación adecuada y que también juguéis a eso del sex appeal, que da mucha vidilla. Eso sí, sin tocar, sin burradas. Cuando queréis sabéis. Os invito también a usar vuestro capital erótico.

sábado, junio 08, 2013

8 de junio

Un ocho de junio de 2012 nos vimos por última vez. Dos o tres semanas más tarde, me recordaste la fecha, como si supieses que ya no habría un después. LLegaste elegante. Con tus pantalones blancos de verano y una guayabera azul indigo. Y no parabas de repetir  lo guapa que estaba. Como si te sorprendieras. 
Te sentía triste. Yo echaba cháchara sobre los miedos pero algo no iba bien. Me tranquilizabas: "seguro es una hernia de hiato". Acariciaste mi pelo. Te di un beso en la frente y me acurruqué para taparme los ojos y no ver que te ibas. Siempre eras una buena casa en los días difíciles. Siempre has sido mi regazo, incluso antes de conocerte. No puedo extrañarte más y seguir viviendo. He de pensar en otras cosas porque sería imposible. La zozobra me puede si te añoro muy seguido.  Pero hoy he visto ese ocho. Ese infinito enderezado y orgulloso que marcó aquel día. Y, como aquella primera ocasión en que nos encontramos, había una luz especial en la calle, un halo blanco y puro que lo envolvía todo. 
La jornada discurría cálida pero no en exceso. La gente estaba simpática. Hasta aquella camarera que vino a hablarme de tus otras acompañantes: "esta me gusta más que las demás". Y nos reímos: "Tiene un gusto pésimo para las mujeres ¿verdad?". Qué bonito fue oírte reir por última vez. Ese ocho acostado es un infinito de ternuras que se quedaron en el aire. Que me acompañan y que me dicen que nunca habrá nadie como tu en mi vida

miércoles, junio 05, 2013

Busco tu piel,
luciérnaga perdida,
contaminada del 
aire que dejaste.

Sin ojos, a oscuras,
ilumino con 
sarcasmos
las mentiras.
Ilumino las 
mentiras con la
risa.

Y busco tu piel.

Animal perdido
en pos de un olor
que se fue.

Ni marchito
Ni podrido
Sólo un olor
que ya no es.

Busco tu piel
a tientas,
como si estuvieras
cerca.

Busco la ilusión.

Busco soñar contigo 
al menos.

Otros días, doy un manotazo
a los recuerdos y quiero
que marches.

Y así fue siempre.
Si huía me perseguías.
Si me encelaba,
encerrabas tu corazón
bajo siete llaves.

El TerritorioG de los celos



El pasado martes estuvimos hablando de los celos en @murciaenlaonda con José María Martínez Selva, que ha publicado un interesante libro sobre el asunto. Como siempre, gracias por vuestras opiniones y comentarios previos y posteriores y a Julián Vigara. Hacer radio con él siempre es delicioso.
Para escuchar el podcast del programas, podéis pinchar aquí.

Ya sabéis que cada martes hacemos un nuevo TerritorioG. Se admiten sugerencias

martes, junio 04, 2013

Generación paréntesis de Joana Bonet


Bonet, Joana acaba de publicar este libro titulado "Generación paréntesis" que me he devorado durante el fin de semana. Joana escribe verdades como puños de una forma elegante, certera, incluso sofisticada. Pero si hay que escribir la palabra "mierda" o "basura", no se le caen los anillos. 

Estamos en estos tiempos de incertidumbre y esta somanta de verdades que nos muestra la periodista, escritora y amiga Joana, a veces puede dejarnos con poquito de mal cuerpo pero nos induce a pensar, a plantearnos debates con nosotros y nuestros dogmas. 

 Aparte de eso, el libro de Joana está muy bien escrito, con metáforas fosforescentes, que diría Vargas Llosa, como la que dedica a una maleta: "Las maletas extraviadas representan un continuo recordatorio de la impotencia humana. Y una clara metáfora de la soledad. A veces las veo rodar sin fin hasta se va el último pasajero y son apartadas junto a otros bultos, hacinadas como cadáveres" 

 Os pego algunas de esas frases en este librito publicado con modestia pero que, como dirían mis profes de marketing, es oro molío.

 "Somos la generación paréntesis: Eternos adolescentes que nos casamos con un trabajo, retrasamos la hora de ser padres y pensamos que estar sobradamente preparados nos garantizaría una vida a plazo fijo" 

 "La fantasía del amor inalcanzable prevalece en nuestro imaginario (...) la adicción al deseo conduce al autoengaño, ya la euforia de la conquista la sigue la nostalgia de enamorar. Después sobreviene el tedio, sobre todo porque aún se considera que el amor debe llegar desde fuera, no de dentro" 

 "La felicidad es más sencilla de lo que parece: un ejercicio de tolerancia con uno mismo, de consentimiento y del punto necesario de pasotismo para escapar del juicio ajeno y ser amable con nuestras pequeñas conquistas. La satisfacción personal poco entiende de contabilidad" 

 "Si nuestros hijos apuntan a una generación perdida, la nuestra es la generación paréntesis que albergó el sueño del progreso desde una mirada keynesiana y acabó hinchando un globo que le estalló en las manos. Impotentes e incapaces de pasar el testigo y garantizar un puesto de trabajo, unos derechos sanitarios o una jubilación a los que vienen detrás"

 "El dolor produce empatía y crea vínculos entre aquellos que sufren su experiencia abrumadora e insaciable, los males díscolos que no atienden a opiaceos ni a otras panaceas. El dolor conecta el corazón con la soledad, el extravío que aísla y desocializa al individuo que padece"


 "La generación paréntesis ha empezado a buscar casilla para sí y los suyos. Y a medida que atienden a los gurús del dinero y a sus predicciones catastróficas, sienten mayor placer refugiados en su recodo, madriguera, escondrijo, guarida, sin dejar de braceara para que los arrinconen"

 "Sofás de acogida como paradigma de una sociedad que vuelve a sacar las margaritas del armario, se cuestiona el liberalismo salvaje con el cual se han construido castillos de humo y profetiza una nueva modestia combatiendo la precariedad con el espíritu de un boy scout" 


"Está cuajando una nueva sensibilidad, menos asertiva y más escéptica, decidida, fuerte y atractiva, que no sólo supera los golpes, sino que mejora con ellos. A pesar de su aparente vulnerabilidad, los habitantes de los años diez, la generación paréntesis, o la generación globo, esperan sin esperar y avanzan sin correr, pero son conscientes de su capacidad para sentir. Despertar del todo. Desear ferozmente que la belleza no se confunda con el tedio. Por ello, a pesar de que pisamos arenas movedizas y futuros inhóspitos, nos ampararemos en el café a primera hora y abandonaremos la pesada idea de andar que nunca volverá a tensarse, que nunca volverá a parecer nueva"



 Joana Bonet en Generación Paréntesis 
La tienes hoy 4 de junio,  martes a las 20,00 En Aula Murcia. Antigua CAM 

 Se nota que me ha gustado el libro ¿verdad? Muy, muy bueno

domingo, junio 02, 2013

Sigue el camino del orgasmo





¿No es mucho más cruel acostarte con el legítimo y fantasear con Paul Walker?

Mi amiga tiene un dilema. Su marido le ha propuesto hacer un trío.  Nada de montárselo con otra. Lo que quiere él es contratar a un puto para jugar en compañía. Ella se lo está pensando. Los hay por 100 euros y "prometen aguantar toda una hora, ahí, dale que te pego, sin parar", puntaliza "S" (la llamaremos así). Ella, que está enamorada de" P" desde el primer día, que jamás le ha sido infiel, recibe esta insólita proposición indecente. ¿Qué le puedo decir? Nunca se me ha planteado situación semejante. Nunca he concebido la relación amorosa fuera de un entorno de exclusividad y complicidad con sólo una persona. Pero...Nunca se sabe. La vida es muy larga, da mucha vueltas, nos centrifuga, nos hace un guiñapo y cualquier día va tu pareja y te suelta: "quiero verte hacer el amor con otro hombre que no sea yo".

¿Algo así puede ser considerado una infidelidad? Pues depende. "Imagina--elucubra mi amiga-- que a mí me gusta más con el puto que con él ¿Entonces qué? ¿Y si a partir de ese momento descubro otras cosas y empiezo a buscarlas fuera de mi pareja? Complicada cuestión.

Según me explicaba el otro día el psicoanalista Pablo Juan Maestro, la infidelidad, como su propio nombre indica, significa falta de fe. La pareja se rige por pactos y contratos. Si dentro de la pareja se admite una tercera, cuarta o quinta persona (o alguna más, aunque esto sí que me parecería una multitud) nada que objetar. La gran traición es cuando se pierde la fe en la otra persona, en el proyecto en común. Cuando aparecen los enamoramientos acalorados y cuando se pasan de las palabras a los hechos, entonces encontramos un camino sin retorno.

¿Alguien sabe calibrar las consecuencias de introducir un tercer elemento en una relación de pareja? Habrá personas que se lo tomen como un juego más, lo cual no deja de parecerme una cosificación del género humano. Toda prostitución lo es. Compras carne, compras servicios sexuales (no me parece ni bien ni mal pero la cosa es así, no me lo podéis negar)...Pero ¿Y si ocurre  como barrunta "S"? ¿Y si a partir del trío, "P" empieza a no estar a la altura?. Ya lo sabéis, las comparaciones son odiosas. Un conocido mío practicó un trío y salió trasquilado. Fin de los experimentos. "Las cosas de comer y de montar no se dejan", repetía siempre. Nunca más, repetía siempre, dolido, consternado, sumido en la estupefacción.

Como soy muy desconfiada  le digo a "S": "¿Y si lo que quiere tu marido es un trío con otra chica y te concede la gracia de ser la estrella invitada por una vez?"
--Ah no, de tías nada--  concluye tajante.

¿Qué aconsejar? Veamos, querida "S", si te atreves, adelante. En el resto de casos, soy de la siguiente opinión:  si a una le gusta mucho un tipo y tiene pensamientos libidinosos con él ya está pecando, pero de omisión, porque uno tiene que ser fiel a sí mismo en todo momento. ¿De qué te sirve soñar con el vecino del 5, pongamos por caso, y no llevarlo a la práctica? ¿No es mucho más cruel acostarte con el legítimo y fantasear con Paul Walker? (en qué estaré pensando, válgame) ¿No es eso también una cosificación de tu santo para montarte una fiesta privada donde ni siquiera él está invitado?

Ante la duda, lo tengo claro: "sigue el camino del orgasmo" como recomienda la psicóloga a su paciente  en el corto titulado Mujeres infieles. Pinchad aquí y me contáis.