domingo, marzo 31, 2013

Viagra, forever young











Estamos enjugascaos.  Sólo hay que ver a Mercedes Milá enseñando las domingas por la tele o contemplar los efectos de lifting y peluquín en el rostro de Berlusconi. Francamente, queridos, me preocupa esta sociedad adultescente que nos ha tocado vivir ¿Qué será lo próximo?¿Ratzinger jugando a la Play? ¿Merkel convertida en hipster? ¿Rajoy bailando el Gangnam Style?

Hoy todos somos jóvenes por exigencias del mercado, del guión, de nosotros mismos. Esta reflexión me la provocó el Viagra que  ha cumplido 15 años y que ha supuesto un cambio insospechado en el orbe ¿El resultado? Viajes del Inserso donde ellas corretean por los hoteles con una sábana cubriéndose sus partes y peleas de viejos por asuntos de cuernos. Esto es verídico, según la abuela del cineasta Andrés Guevara ¿Me parece mal? En absoluto. Me da una envidia descomunal.  Porque la vida pasa para todos y lo hace de la misma forma. Aunque uno se arrugue por fuera y se descuelguen las carnes, por dentro sigue igual. Lo contaba Lauren Bacall en la deliciosa película El amor tiene dos caras:  "me siento como si tuviera todavía toda la vida por delante" ¿Y no os ocurre a vosotros cuando miráis una foto de hace 20 años? ¿No parece increíble cómo pasa el tiempo?

La estética, el Viagra permiten prolongar la fantasía de la juventud. Cierto que la esperanza de vida aumenta. Cierto que si nos cuidamos podemos llegar a los 60 como Carmen Posadas (aunque se requiere algo de su materia prima) pero existe el envejecimiento celular,  la oxidación de la piel,  el desgaste al que nos someten los días, los disgustos, la muerte de los que amamos, las desilusiones, las traiciones.  ¿Acaso una armadura perfecta nos devolverá algo de lo que se perdió por el camino? Evidentemente, todo no pero ¡qué caray! Si a uno le hace feliz el sexo y tiene con quién disfrutarlo pues que viva el Viagra, si es que lo necesita.
Se me ocurren muchos debates sobre la pastillita azul y sus múltiples chistes. Uno que está en la calle es si la Seguridad Social lo debería recetar (en Santa Fe, Argentina, es gratis por prescripción médica); Otro, la de hijos que el Viagra ha traído al mundo y el tercero, que la investigación se ha vuelto algo frívola: en años sucesivos tendremos octogenarios convertidos en tigres en la cama y ancianas con pechos como pelotas de tenis pero, quizá, con el Alzheimer invadiendo sus vidas y la imposibilidad de disfrutar tantos dones (todos estos argumentos me los han regalado amablemente mis seguidores de Facebook) .

Otro pensamiento que me hago es el siguiente: Si los 40 son los nuevos 20 ¿Los 60 son los nuevos 30? ¿Tenemos derecho a criticar a Merceditas Milá porque le apetece enseñar sus turgentes pechos operados cuando lo hacen las pimpollas de 18? ¿Qué hacemos con el concepto de viejo verde? ¿Y qué os parece Diane Keaton que tuvo una relación con Keanu Reeves, 30 años menor? Si en el fondo todos somos iguales y nadie cambia por dentro. Si en nuestro interior creemos tener toda la vida por delante ¿Por qué condenarnos al pasar determinada frontera?

 Ni apruebo la dictadura de ser joven a toda costa ni autocensurarse o censurar a los demás por cuestiones de edad ¿Qué es la edad? Cada día estoy más convencida de que es un concepto cultural que cambia según los tiempos.  Apuesto por la libertad ¿Y qué es la libertad?  Según Sartre: "Lo que haces con lo que te han hecho."

sábado, marzo 30, 2013

Sábado de gloria

Recuerdo aquel día. Dijiste: "tu piel es luz". Recuerdo las lágrimas, la indecisión, el deseo, la ternura. La ciudad estaba tan vacía que éramos dos naúfragos. Robinsones entre coches y maletas. Viernes, nuestro taxista ¿Era posible sentirse más hermosa? Digamos que no, que ese valor, esa locura sólo pasa a nuestro lado una vez en la vida. Y sucedió. Un sábado de gloria en el que todo fue posible. Lo impensable, el volar contra las normas, escaparse de la vida a aquella isla silenciosa enmedio de la gran ciudad (silenciosa, tan silenciosa, con esa luz preternatural). Yo no era luz. Todo era luz. Todo era un sueño. Camino del apartamento, desabotoné tu camisa aprovechando la intimidad del ascensor. Descorrí la hebilla del cinturón. Me metiste en tu casa a empellones, sin parar de besarme. Esos labios todavía tan ajenos, tan extraños. Y los dedos nerviosos, los tuyos, también jugaban con mis botones. No podía dejar de llorar. Paraste y besaste mis ojos y mis lágrimas: "son mías".  No podía dejar de reir. Había un lecho sencillo, la atmósfera surrealista, la inundación del sol por todos los rincones de la estancia. El vacío a nuestro alrededor, sólo nosotros éramos la vida. La fuerza primigenia de la naturaleza que irrumpe en los cuerpos, en las horas, como un explorador con machete. Sin piedad, sin miramientos. "Me vas a matar", exclamé ahíta de tanto gozar. Killing me softly, me pediste tú. Y juntamos nuestras manos en un gesto que repetiríamos tantas veces después. Y mirábamos nuestras manos unidas, sorprendidos por aquel milagro.

domingo, marzo 24, 2013

El amor en los tiempos de Twitter




Todo es mentira. Todo, menos el amor que puede ser la gran mentira o la gran verdad. El tiempo se encargará de desvelar tales claves. Ortega y Gasset se debió enamorar muy fuerte en una época de su vida. Durante la otra vivió para desarrollar el perspectivismo y despotricar del amor con una gracia incomensurable, hasta proclamar que es un género literario y un estado de estupidez transitoria. Opino todo lo contrario. El amor es un estado de lucidez inusual del que desconfiamos porque seguir los instintos no es cool. No sólo eso, sino que cada vez es más complicado. Los hay que se enamoran en las redes sociales; son amores sin olor ni sabor. Son amores bidimensionales, tejidos con palabras, esa herramienta eficaz y poderosa que nos ancla a la vida, pero donde falta un componente esencial: el contacto directo. Luego vienen los "madresmías". Lógico.

El amor sin sentidos es un sinsentido. Todo un invento literario ¿Ves tú? ahí le doy completamente la razón a Ortega. Como hoy todos queremos ser escritores, Twitter y Facebook se llenan de frases lapidarias, de rapsodas fantásticos e incluso fantasmas absolutamente insoportables que persiguen un ideal. Esto es, una mentira ¿Por qué? Porque nos encanta la ficción. Pero eso no es el amor. Es un embuste.

 Recordemos nuestra época adolescente ¿De quién nos enamorábamos? En mi quinta todas estábamos loquitas por Patrick Swayze ¿Qué posibilidades existían de conocer al bueno de Patrick? Ninguna. Vamos, ni por una remota casualidad. Esto es así porque una parte nuestra, esa que vive intoxicada por el mito de amor romántico ( creación literaria de la lírica provenzal), persigue aquello de:"el amor cuanto más imposible, mejor".

 Intelectualizar el amor es muy peligroso y demasiado común en nuestros días. Llamadme huraña pero mientras no hay prueba del algodón, para mi es inútil. Pasaron mis tiempos de mojigata y las odas increíbles que provoca enamorarse del amor (otra trampa venenosa); Aquel tiempo en que regalaba a novios, posibles y enamorados el libro de “El arte de amar” de Erich Fromm. Lo reconozco, a veces era una forma elegante de quitármelos de encima, Puede que sí, que sea una huraña sin remedio.

 El viejo Ortega tenía razón en una cosa. Durante ese primer estadio de locura transitoria pueden ocurrir dos cosas. Que nos inventemos al otro (Lo decía Lacan: "amar es dar lo que se tiene a quien no es") o que lo veamos con una claridad diáfana. En ocasiones, entre el batiburrillo hormonal y la ceguera del deseo, hallamos la clarividencia. Cierto, es una chispa. Pasa volando. A veces nos negamos a verlo porque ya sabéis, nos encanta la ficción.  Pero, una vez más, el tiempo desmentirá o corrobará ese relámpago de certeza.

El gran amor, ese que perdura ¿Se construye sobre el sexo y los instintos?  Que cada uno se fabrique su realidad pero creo en la simpleza de la química primigenia y en lo visceral. Un amigo mío hablaba del "amor de piel". Se puede quedar sólo en eso, o se puede construir toda la belleza, toda la trascendencia posible a partir de ahí. El amor apasionado también establece vínculos perennes, mueve montañas y cambia la vida Porque el auténtico amor es destructivo y revolucionario. Las viejas reglas ya no sirven. Este es el gran milagro del amor. Una recreación de lo esencial. Un germen erótico que culmina en la transubstanciación de los enamorados. Juan Carlos Calderón no lo pudo explicar con mayor claridad y concisión en una de sus canciones:"Ya soy tú, de tanto tú".

martes, marzo 19, 2013

Las frases de Almodóvar en TerritorioG


Hace poquito dedicamos el TerritorioG a las frases de Pedro Almodóvar. Los que amamos su cine las incorporamos, incluso, a nuestro vocabulario particular. Aquello de dar la campaná, por ejemplo, es muy amanoso. El "horroroso, horroroso" (traje de la señora) también nos viene a los labios en el momento menos oportuno...o más, depende como se mire. 

Mi querido Julián Vigara se dio un curro de impresión en editar esas frases que aparecen en diferentes películas desde "Átame" a "Kika"; desde "Todo sobre mi madre" a "Volver" y otros films como "Qué he hecho yo para merecer esto", "Mujeres al borde de un ataque de nervios" o"La flor de mi secreto". 

No están todas las pelis pero todas las frases sí están en ellas y muchas en nuestra memoria y en el historial artístico de sus actrices. 

Para este especial Almodóvar contamos con la colaboración de Esther González, que creó una página dedicada a estas frases en FB.

Hala, pues coge las palomitas y pincha aquí, que no duele.

"Escritores en su tinta" recibe a Lorenzo Silva




·       Silva se encontrará con sus lectores en la Biblioteca Salvador García Aguilar de Molina de Segura el jueves 21 marzo, a las 20,00 horas

·       La Orden del Meteorito ha tenido a bien concederle  el nombramiento de "Asteroide"

·       El autor tendrá un encuentro con los medios el jueves a las 12 del mediodía en Restaurante Tiquismiquis

El flamante premio Planeta Lorenzo Silva será el próximo autor invitado a Escritores en su tinta,  ciclo literario que organiza desde hace seis años la Concejalía de Educación, Cultura y Festejos  del Ayuntamiento de Molina de Segura y que pretender crear un foro de intercambio entre escritor y lectores. Este encuentro se desarrollará a las 20,00 horas, como viene siendo habitual, en la Biblioteca Salvador García Aguilar de Molina de Segura (Carretera del Chorrico s/n Molina de Segura).

Silva mantendrá un encuentro con los medios que lo deseen en el Restaurante Tiquismiquis (CL. Frenería 10) a las 12,00 horas, acompañado por la concejala Mariola Martínez Robles,  la coordinadora del ciclo, Lola Gracia, y algunos cofrades de la muy  leal y venerable Orden del Meteorito, quienes aprovecharán este encuentro para nombrarle "Asteoride honorario" y ponerle la banda que atestigua tal honor. El compromiso de los "Asteorides" es difundir el fenómeno literario provocado por el gran meteorito, que cayera en Molina de Segura la Nochebuena de 1858, sembrando de radioescribidad a todo el que viva o habite bajo su influencia.


LORENZO SILVA (Madrid, 1966) Silva es ese autor que cuando uno lo lee y después lo conoce se queda para siempre en la estantería de casa. Una especie de vecino de la puerta de al lado. Sus personajes Chamorro y Bevilacqua se han instalado en las vidas de muchos lectores y los buscan, ávidos, de nuevas aventuras. La exquisita "La flaqueza del bolchevique" fue finalista del Nadal 1997; "El alquimista impaciente", lo ganó un año después. Hoy , Silva, viene a Murcia con su Planeta debajo del brazo y el  libro  "La marca del meridiano. Silva, que iba para abogado, se ha labrado una justa fama de escritor solvente, de columnista acertado, y hoy es un nombre imprescindible de las letras españolas. En la actualidad, cuenta con 40 obras de ficción y no ficción. En "El cazador del desierto" afirma: “La verdad es que me gusta esperar cuando creo que lo que espero va a venir. Si lo miras bien, es el tiempo más agradable y el mejor empleado de todos”.

lunes, marzo 18, 2013

19 de marzo


Cada 19 de marzo, toda la familia marchaba a la huerta a celebrar el santo de mi abuelo Pepe “El gordo”.

Mi madre hacía una olla, o dos, de buñuelos que íbamos comiendo conforme salían de la sartén. Mi padre nunca jamás estaba en esas celebraciones, le tocaba trabajar. Es lo que les ocurre a los cocineros que siempre faltan de sus casas los días de fiesta. Recuerdo especialmente un año que estrené una camisa blanca con pajarita que confeccionó mi madre con sus propias manos. Pero no era el hecho en sí de vestir ropa nueva, la promesa de los jugosos buñuelos, la oportunidad de juntarnos con los primos en aquella casa con una puerta sembrada de higueras y moreras; el pequeño huerto, los animalillos y las habas.

El recuerdo de aquella mañana permanece diáfano en mi cabeza. Como si hubiese sucedido ayer. Lo especial de aquel día de San José era la fragancia algo densa y aromática del aire Ese aire que desafiábamos con manga corta ya, a pesar de no alcanzar la primavera. Mis hermanos, mi madre y yo, atravesábamos la calle del Pilar, desierta a aquella hora, y caminábamos a paso vivo hasta llegar a la plaza de la Cruz Roja, donde cogíamos el autobús. El azahar nos perseguía juguetón y pegajoso. Se hacía más intenso al desembarcar en las antiguas escuelas, cargados como íbamos con las pitanzas del día. El aire terminaba de espesarse antes de cruzar la vía y se transformaba de floral a frutal al llegar a la puerta. Cruzábamos el breve tablón que hacía de puente entre la acequia y la casa de los abuelos. Y ahí estaba ella: Micaela. Con sus mejillas sonrosadas y sus esplendorosa sonrisa; su mandil y zapatillas. Micaela encarnaba el mismo azahar, que se quedó para siempre prendido en la blancura de su piel, en las manos generosas con las que nos pelaba las naranjas y en su arte inigualable para convertir la rugosa piel en una tira ondulada, como cabello de sirena.

domingo, marzo 17, 2013

Mírame y no me toques, pero mírame



Vivimos en el tiempo del exhibicionismo. Nos empeñamos en que la humanidad conozca nuestros gustos, costumbres, conductas. O mejor dicho, se empeñan desde algunas redes sociales, que insisten en preguntarnos ¿Qué estás pensando?  (qué indiscretos, la virgen) y en que clickemos un "me gusta" a cada nuevo post. Han creado una necesidad inédita de mostrarnos continuamente al universo ¿El resultado? Es pronto para tasar los efectos pero ahí estamos todos: exhibicionistas y voyeurs, desparramados en el mundo virtual.

El exhibicionismo como parafilia sexual ha existido siempre. Mostrar la desnudez es cosa de niños, es otro elemento más del "caca, pedo, culo, pis", que les hace tanta gracia. Un exhibicionista es un adulto sexualmente inmaduro y con problemas de adaptación y aceptación. Vamos, que nos enseña la mercancía para que lo queramos porque no sabe relacionarse de otro modo. Los hay que enseñan sólo el culo pero lo hacen para protestar (se le denomina mooning); en este subgrupo humano algunos se decantan por el streaking (correr en eventos deportivos como su madre los trajo al mundo). Otras hacen el anasyrma, o sea,  se levantan las faldas para mostrar diferentes partes del cuerpo, véase  la Venus Calipigia.  El candaulista obtiene placer de mostrarse a sí mismo y a su pareja, desnudos, frente a los demás, y el cancaneo, no significa menear el cancán precisamente, sino desfogarse donde uno pilla, sobre todo en parques. A esto también se le denomina dogging. Total, que entre los que muestran sus partes pudendas y los que mostramos otras cosas -- desde fotos a opiniones, desde recetas hasta nuestro planning del día-- el número de exhibicionistas es tal que podríamos fundar un club o la república independiente del "mírame y no me toques, pero mírame" (buscad la canción de Serrat, parecía premonitoria).

Vivir de cara a la galería puede resultar muy moderno pero no lo es. Los artistas lo hicieron siempre, desde Altamira a Da Vinci. Los artistas, por ego o porque no lo pueden remediar, dejan parte su esencia en este mundo. Muestran su yo más íntimo en forma de cúpula o sonata. Y no os engañéis, hasta los más pudorosos; hasta los que parecen retratar un mundo completamente ajeno a ellos abonan la faz de la tierra con su ADN; sus sueños, sus fantasmas, sus obsesiones, sus manías, sus amores, sus filias y sus fobias. En cada reglón, en cada escultura; esos Adonis que retrataba Miguel Ángel, poseso de la belleza masculina; O en cada pintura: Dalí y su Gala impenetrable y algo dominatrix; Sorolla y su Mediterráneo, Goya y su maja, Velázquez y su Venus del espejo.

Hubo una pareja descarada cuyo exhibicionismo ha escrito algunas de las páginas más apasionantes de la Literatura. Me refiero a Anais Nin y a Henry Miller. Por separado: ella con sus diarios, él con sus libros disparatados de sexo y demonios. Juntos y ardientes en la entelequia de las palabras. Sirva como ejemplo esta declaración amorosa de Miller: "Quiero verte reir siempre. Te lo mereces (...) cuando pienso cómo te aprietas contra mí, cuán ansiosamente abres las piernas y qué húmeda estás, Dios, me vuelvo loco de pensar en cómo serías cuando todo se disuelve. Ayer pensé en ti, en cómo ciñes las piernas en torno a mí, de pie, en cómo se tambalea la habitación, en cómo caigo sobre ti en la oscuridad sin saber nada. Y me estremecí y gemí de placer".
Voyeurs y exhibicionistas virtuales de la red: aspiremos, al menos, a un poco de esta belleza. Si nos empeñamos en mostramos al mundo, hagamos que nuestra estela merezca la pena.

martes, marzo 12, 2013

Ligereza, vida y muerte





"Morir es parte de la vida, no de la muerte: hay que vivir la muerte", dice con deslumbrante sencillez la doctora Iona Heath. Los humanos no sabemos qué hacer con la muerte. Grande impensable inmanejable cruel horrible. Así que, como no sabemos qué hacer, hemos fabricado túmulos, dólmenes, necrópolis megalíticas, mastabas, pirámides, sarcófagos, panteones, tumbas colectivas, tumbas individuales, sepulcros, monumentos memoriales, lápidas, criptas, nichos, osarios, solemnes cementerios. El tiempo, el dinero, el esfuerzo y espacio invertidos en construir para los muertos hubieran podido mejorar bastante la vida de los vivos. Aunque, si se piensa bien ¿Qué más da? Esos vivos no eran más que proyectos de cadáveres". 

"En la #Ligereza, la vida flota irisada y sutil, transparente y casi imperceptible, como una pompa de jabón al sol. Quizá los humanos estemos tópicamente acostumbrados a fijarnos sólo en los grandes hechos, en los actos pesados, en la solemnidad y en el afán. En cosas tan obvias y ruidosas como el descubrimiento de la penicilina, o la llegada a la Luna, o el auge y la caída de los imperios. Que, por supuesto, son sucesos memorables y es lógico que nos llamen la atención. Ahora bien: eso no es todo lo que hay. Pero supongo que hace falta vivir mucho, y lograr aprender de lo vivido, para llegar a comprender que no hay nada tan importante ni tan espléndido como el canto de una niña bajo una higuera".



Fragmentos del libro
"La ridícula idea de no volver a verte"
Rosa Montero

(Muy, muy recomendable. Gracias, Rosa por las reflexiones, la emoción, la ternura, las lágrimas, el pudor, la libertad, la estampa de Marie Curie, los amantes, las curiosidades y consecuencias terribles de el radio, por la ciencia y sus heroínas, por descubrirnos la presunta intimidad de una curiosa pareja. Gracias por este trocito de vida que has compartido y gracias por una visión tan positiva de la muerte)

domingo, marzo 10, 2013

Desde el infierno





El pasado martes hicimos un #Territorio G "Desde el Infierno" con Luis Endera. Conocimos de cerca este proyecto cinematográfico que yo ya estoy deseando ver en pantalla grande. Cómo nos gustan las pelis de miedo. Y las buenas pelis de miedo, más. Suerte a Luis con su proyecto. Julián Vigara y yo ya estamos fichados para hacer un cameo como agentes de la Benemérita :) Para escuchar el podcast, pinchamos aquí.
Para conocer más sobre el proyecto de la peli: Desde el infierno

Como vaca sin cencerro



Hace 20 años en Puerto Rico con  Carlos Morales y Alexis y el cartel del ciclo que organizé sobre Pedro Almodóvar





El mundo se divide en dos tipos de seres humanos. Los que amamos a Almodóvar y sus detractores. Nunca encontré término medio. Aquel que confiesa su indiferencia, lo señala como alguien sin ningún talento (?). Uno se puede sentir agredido por la estética punk de sus primeros filmes, por mostrar sin afeites la prostitución, las adicciones, el sexo; Uno puede, en fin, ser incapaz de soportar el naturalismo de algunos fotogramas, pero, señores, Almodóvar ha creado un universo, una cosmogonia particular, una forma de ver e interpretar la vida y eso requiere talento y esfuerzo.

Mucha gente se queda en la superficie de su estética. Los colores chillones, por un lado, esa dirección de arte impecable que convierte su fotografía en imágenes atemporales, y la visión del extrarradio, por el otro. Otros se agarran a sus frases. Un baluarte indispensable que sus fans convertimos en parte de nuestro discurso habitual: "estar como vaca sin cencerro", "dar la campaná", "no me chilles que me sube el azúcar" y "Horroroso, horroroso" (el modelito de la señora).  Luego están aquellos gritos desesperados con los que todos nos hemos sentido identificados en alguna ocasión: "¿Hay alguna posibilidad por pequeña que sea de salvar lo nuestro?".

Por encima de frases y colores, Almodóvar ha sabido retratar como nadie el mundo femenino y la solidaridad entre mujeres. Se ha reconciliado con su raíces y ha conseguido que volvamos al "pueblo". Él, como tantos artistas, mantuvo una relación conflictiva con su lugar de origen. También ha salvado a los psicópatas, capaces de cualquier cosa por amor ("Tengo 23 años y 50.000 pesetas y estoy solo en el Mundo". Átame); salva a los yonquis, víctimas de sus adicciones; Redime a esos artistas, puro egoísmo y narcisismo, retratados con diáfana claridad: Lola en "Todo sobre mi madre"; Becky del Páramo "Tacones lejanos" .

Las relaciones entre madres e hijos son, sin embargo, donde considero que Almodóvar se muestra más auténtico, más brillante y eterno. La culpabilidad de aquellos padres triunfadores que dejan abandonada la crianza en pos del triunfo:  "el éxito no tiene sabor ni olor y cuando te acostumbras es como si no existiera".  La culpabilidad de una madre que pierde a su hijo en el día de su cumpleaños; la culpabilidad, en fin, de aquella otra a la que se le escapa una realidad demoledora y cruel que ocurre ante sus ojos. Al mismo tiempo, Almodóvar mata al padre, eso tan freudiano. Y lo hace en más de una ocasión.

Hace justamente 20 años organicé un ciclo sobre Pedro Almodóvar en Puerto Rico, ayudada por tres gloriosos amigos gays. Blocckbuster me dejaba las cintas,  imprimí  20 carteles que diseñé yo misma y visionamos las pelis en la Casa de España de aquella islita. Todos se enamoraron de Almodóvar, incluso aquellos habitantes conservadores que relacionaban a nuestro país con Lorca pero en absoluto con aquel rompedor cineasta manchego.

El éxito de Almodóvar radica en su insobornable ser y estar sobre el mundo. Nunca hizo un cine para agradar a las masas. Su parte más amable: esos diálogos divertidos; esa Chus Lampreave imprescindible en su filmografía ("es lo que tenemos las testigas, que no podemos mentir") también conforman su idiosincrasia. Y el sentido trágico de la vida a la que contempla con tolerancia, con la sabiduría propia de los estoicos; que confía en la bondad de los desconocidos y que perdió el miedo hace mucho tiempo: "Al no tener fe, ya no creo en Dios ni en el infierno. Si no creo en el infierno ya no tengo miedo. Y sin miedo soy capaz de cualquier cosa".

domingo, marzo 03, 2013

Corinna, el regreso de la "Ex"




Los ex siempre vuelven. La mayoría, a desestabilizarte.  A joder, vamos. La testosterona les empuja al regreso, a conquistar el terreno perdido,  a sembrar una batalla campal en tus sábanas, en tu vida. Después de cuatro o cinco encuentros de sexo reconciliatorio, la que se arrepiente de verdad eres tú. No lo pueden evitar, lo llevan en los genes.  Es el tango de los días. Cuatro whatsapp después de un encuentro fortuito por la calle y, hala, toda tu paz se escapa ¿Qué consigues tú? Nada ¿Qué consigue él? Salvaguardar su ego.
Corinna es mujer, así que sus estrategias son diferentes.  Protagoniza una segunda parte desde las portadas de los tabloides. Es como aquella canción de Marta Sánchez: "mírame bien y di lo que ves, esa mujer que perdiste una vez". Pero como todos los ex, vuelve a joder y en el peor momento.  Cierto, es una ex con clase. Guapa y perfecta en sus fotos de estudio. Con cuatro joyones  impresionantes que contrastan con la simplicidad de una camisa blanca o un jersey negro. "Esto es caro, muy caro", parecen decir. Con el botox repartido estratégicamente. Ni mucho ni poco. A punto de sobrepasar esa línea de mujer a topo Gigio. (Haré un inciso:  amigos del botox de todos los sexos, esos pinchazos que os dáis para eliminar el rictus nasogeniano os quedan fatal. Se os pone cara de roedor hinchado. Vosotros mismos).

Lo mejor de este personaje es su contradicción absoluta. Y ese descaro algo mari con el que nos dice: "Mirad qué buena que estoy, mirad qué señora tan estupenda". Vamos, como aquello del Tomate: "Qué guapa soy y qué tipo tengo". Si no fuera por la distinción que le otorgan sus cremas, sus títulos y sus relaciones ¿Quién sería Corinna?. Si no hubiese aparecido en una instantánea tomada en Bostwana ¿Qué carajo nos importaría?

Como todos los ex, Corinna no regresa por amor.  Nadie se cree su aviesa discreción, vociferada a voz en grito desde una portada del colorín, ni sus maneras de hada buena: "¡Eh, que yo no cobro!", "¡Eh, que yo sólo quería ayudar!". Corinna vuelve a por lo que es suyo, Corinna reclama su cetro porque es evidente que lo ha perdido. Ella es todo menos desinteresada.

Como los hombres,  ella busca otra cosa. Un gesto que le recomponga la autoestima y, quizá, las finanzas. Detrás de la mirada lánguida hay un afán de reconquista, igual que el de los machos cuando se encuentran con su ex por la calle, un día cualquiera, de forma fortuita, y les sueltan aquello de: "Qué guapa estás, cabrona". Pero ella va más allá. Como escribí en una ocasión, las mujeres lo queremos todo. Ni bueno, ni malo. Así son las cosas. Corinna no se conformará con un polvo por los viejos tiempos. Ella busca nuestra aprobación puesto que no la encuentra en quien debería hallarla. Corinna quiere sacar matrícula y si hace algo de caja, mejor que mejor, que los tiempos están muy chungos, incluso para la nobleza.

¿Tiene derecho a resarcirse? Claro, cómo no. ¿Nos creemos sus estrategias? En absoluto. Los flashes de las cámaras, la perfecta luz, su sonrisa de Monna Lisa no nos engañan. Corinna es un mujer desesperada y, sobre todo, es una mujer que está hasta las meninges del papel que eligió en la vida. Ahora quiere ser prota, ahora quiere ser la reina, aunque sea del folletín. El capítulo I ha resultado sabroso y contiene todos los ingredientes de un buen guión. El leit motiv es claro: a chula no me gana nadie.

Con Filiu en Territorio G



El pasado martes tuvimos al genial Filiu en Murcia en la Onda con este #TerritorioG muy especial, dedicado a todas las mujeres. Fue un espacio como mucho humor, tal y como son esos momentos que se comparten con los amigos, como nuestro querido Julián Viag, digo, Vigara :) Filiu...tú vales mucho.
El podcast, pinchando aquí

"Te quieros"



Todas las mañanas
 llevo un "Te quiero"
 en la boca. 
 Y se queda conmigo 
todo el día. 

¿Te acuerdas de mis ataques 
de amor?
 Así los llamabas tú. 

Y no te fiabas de mis
 "te quiero" compulsivos 
que hoy bailan en las sombras.
 Y te añoran,
 como te añora mi boca.