miércoles, diciembre 28, 2011

2012, guerra de guerrillas


Si planea llegar a la luna quizá se quede en la estratosfera, pero ya habrá despegado del suelo


Queridos lectores, les noto compungidos, les noto faltos de imaginación. Apollardaos, que diría un antiguo colega ¿Qué es eso de no pedir nada para el 2012? ¿Qué es eso de “Virgencica que me quede como estoy”? Me niego a seguir por ese discurso derrotista y pre-apocalíptico de los últimos meses ¿Pues no dice el dueño de Mercadona que lo bueno del 2011 es que va a ser mejor que el 2012? ¿Pero esto que es? ¿Cómo puede afirmar algo semejante un tipo que ha ganado lo que no está en los escritos en los últimos tiempos? Que me perdonen sus familiares, pero es para ponerle un celo en la boca por cenizo. Lo mandaba al rincón de pensar de cabeza.


Cierto, 2011 ha sido malo. Los lectores-twitteros lo han definido con palabras como inestabilidad, fragilidad, pérdida pero, amigos, aquí todos hemos aprendido valiosas lecciones –a ver quién es el guapo que sabía algo de la prima de riesgo, de agencias de calificación o de mercados antes del verano—; hemos evolucionado, incluso, algunos hemos resucitado. ¿Cómo es posible? Según el señor Roig, el dueño de Mercadona, tendríamos que estar hundidos en la más profunda de las depresiones, lo cual sería terrible para él porque dejaríamos de ir a comprar en masa. Pero no, estos días el personal abarrota las calles, la gente se junta, brinda y sonríe a pesar del caos. Hay belleza en este desconcierto, hay dignidad, orgullo y valentía entre los escombros del viejo orden social.


“Lorca”, “terremoto”, “indignados”, el “15 m”, “Marta del Castillo”, “Undargarin”, “elecciones anticipadas”, “recortes” o “paro” serían los tags, las etiquetas de actualidad de este año que termina, pero también: “solidaridad”, “esperanza”, “resistencia”, “ambición”, “esfuerzo”, “trabajo”, “inconformismo” y “tesón”. Hoy, los pequeños empresarios, las familias, los autónomos libran su particular guerra de guerrillas y permanecen invictos, como en la batalla de las Termópilas.


Hemos vuelto al origen y nos hemos planteado cuáles eran de verdad nuestros sueños, qué es prioritario en la vida. Antonio Gala escribió que “la felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante”. No poner todos los huevos en la misma cesta es un truco, el truco que aprendimos sobre la marcha para no perder la sonrisa en este 2011 que vivimos peligrosamente. En Cabaret nos cantaban aquello de “Money, makes the world go around”; el dinero da la seguridad pero, estimados míos, estamos hablando de una película del siglo pasado (1971), ambientada en el Berlín prebélico de 1931. En “Money” hay hambre, personas sin zapatos y casas sin carbón. En el siglo XX el dinero podía comprarlo todo. En el XXI, de ninguna manera.
Todos deberíamos ser ambiciosos en este 2012. Si planea llegar a la luna quizá se quede en la estratosfera, pero ya habrá despegado del suelo. Recurramos a Epícteto cuando sintamos que la tierra desaparece bajo nuestros pies: “Lo que turba al hombre no son los sucesos que le acontecen, sino lo que piensa de ellos”.





La foto es de Germán Sáez

domingo, diciembre 25, 2011

Capote, el mago



Truman Capote: genio, gay, maestro, perfeccionista, obsesivo, suicida y creador del denominado “Nuevo periodismo", entre otras cosas. Truman es el mago, es el literato del mundo que he adorado desde niña. Gracias a las películas, nunca fantaseé con la vieja Europa ni con la época medieval. Los años 30, 40 y 50 son ese reducto al que me escapo cuando quiero soñar. El florecimiento de Hollywood, los fotogramas, la cultura americana, tan joven, tan descarnada a veces, tan ingenua y positivista. Por eso, quizá, Capote sea uno esos autores con el que siento una íntima conexión. Admiro à la distance a Vargas Llosa, por ejemplo, que enamora con sus palabras, envuelve con sus historias, sorprende con su maestría narrativa; pero Truman es algo así como un viejo amigo.

Capote no puede ser considerado periodista pero hizo entrevistas inolvidables contenidas en ese libro titulado “Música para camaleones”. En realidad, el camaleón en muchos casos es él, tan protagonista como el personaje retratado, tan estrella como él. Les recomiendo el capítulo dedicado a Marilyn Monroe, donde la entrevista transcurre en la visita de ambos a un funeral.
Capote ficcionaliza la realidad. Es periodista en un sentido: hace un sesgo en ese continuo espacio-tiempo y nos ofrece el ojo de la cerradura para que contemplemos con nitidez que sucedió en aquel instante, ése que decidió congelar en preciosas palabras para mostrarlo de un modo fiel a la realidad pero no exento de su subjetivo punto de vista. 
En la novela “A sangre fría”, Capote estuvo seis largos años persiguiendo un libro, atado a la celda de dos condenados a muerte y prácticamente conviviendo con ellos, para contarlo todo con pelos y señales. Dicen que, después de eso, perdió su alma, o parte de ella. El propio Capote escribió al respecto: “Desde el punto de vista técnico, la mayor dificultad que tuve al escribir “A sangre fría” fue permanecer completamente al margen de la narración. Por lo común, el periodista tiene que emplearse a sí mismo como personaje, como observador y testigo presencial, con el fin de mantener la credibilidad. Pero creí que, para el tono aparentemente distanciado de aquel libro, el autor debería estar ausente. Efectivamente, en todo el reportaje intenté mantenerme tan encubierto como me fue posible"
Algo similiar hace con el relato que encontramos en el mencionado “Música para camaleones“, titulado “Ataúdes tallados a mano”.
Capote también realizó su declaración de intenciones en cuanto a su método: “Me situé a mi mismo en el centro de la escena, y de un modo estricto y sobrio, reconstruí conversaciones triviales con personas corrientes: el conserje de mi casa, un masajista del gimnasio, un antiguo amigo del colegio, el dentista. Tras escribir centenares de páginas sobre esas cosas tan simples, terminé por desarrollar un estilo. Había encontrado una estructura dentro de la cual podía integrar todo lo que sabía acerca de escribir”.
Qué puedo decir de él. Cuando me muera, espero que me lleve donde esté para comadrear juntos por toda la eternidad.

viernes, diciembre 23, 2011

¿Sólo? no, con Clooney (Micros, greguerías)



¿Le pongo el café sólo? / No, con Clooney/ ¿Y yo no te valgo?


Mario la piensa. A veces hace incursiones en sus juegos, excursiones por sus senos. La recrea en fotogramas de deseo bidimensional, infinito.




Me gustas...incluso vestida.




Bailaban en lo oscuro. Muy lento. Era casi la primera vez que el juego de palabras daba paso a otra cosa. Tango, cambalache. Qué mal bailaba el jodío. Ella se paró en seco y lo separó bruscamente de su seno: "Yo pensaba que esto iba a ser otra cosa". Cogió el abrigo y se marchó.


Hace años tus llamadas me llenaban de mariposas el estómago. Hoy, tus gusanos comen la cabeza  #pesaojoder


La luna llena sin ti es un desperdicio monumental


Este día raro y gris. Este vacío. Gritos heridos en la espesura, en el silencio verde. Viento helado preñado de presagios. Duele este día


La mosca quedó atrapada en el bloque de mantequilla  -beige, frío, insolente- disfrutó hasta el colapso de sus arterias. Butterfly agónica, extasiada y feliz. Hay amores que matan.





miércoles, diciembre 21, 2011

Si yo fuera rica


Con los niños de San Idelfonso tocando a las puertas del cielo, el que más y el que menos acaricia su décimo y sueña con el Gordo. No, no hablamos  de Falete. Ustedes saben muy bien de a qué me refiero.
España es un país de quijotes, de idealistas. Realicé una pequeña encuesta por las redes sociales con la pregunta ¿Qué harías si fueses rico? Y me encontré con gente emprendedora, solidaria, apenas caprichosa. Muchos comprarían tiempo para leer, para escribir, para dedicar la vida a su vocación. Alguno ayudaría a los más cercanos. Otros ampliarían su empresa, crearían cadenas de librerías, rodarían la película de sus sueños. La compañera Alexia Salas montaría una cooperativa con paradas de larga duración para poner en marcha un periódico completamente libre.  Otros se darían el lujo de viajar y conocer el mundo entero; tener una casa en Roma para escaparse de cuando en cuando, mejorar las condiciones de sus empleados y muchos, muchos estarían dispuestos a ayudar. Así, sin más. ¿Somos o no somos unos soñadores?
La suerte se presenta bajo mil signos: Doña Manolita, el Gato Negro, el número 13 o combinaciones extrañas de fechas y símbolos. España es un país que se entrega a la fortuna, que cree en el milagro con una fe ciega y que sueña, sí. Soñar es crear, es innovar, es crecer. Transitamos de la nebulosa de las ideas a la realidad gracias a las palabras y España es un país de hermosas palabras: esplendor, libertad, resplandor, espíritu, alegría, amistad.
Hoy, mañana, los españoles se aferran todos en uno al mantra de esos niños que romperán la monotonía de la fría mañana como el resplandor de un relámpago, como la luz de la alegría, como el espíritu de la Navidad. Serán dos o tres momentos de euforia y qué más da si usted resulta o no agraciado; se alegrará íntimamente, auténticamente por el vecino. Sobre todo si el Gordo se va a un barrio obrero y con problemas.
El espíritu caballeresco de noble armadura nos salva cada día. Nuestra fe en los imposibles apacigua los miedos, otorga una paz cotidiana que permite cierta normalidad. Si España no fuera El Quijote, las calles se habrían convertido hace meses en trincheras insoportables. Las tensiones habrían reventado en fuego y violencia. Pero no. Hay más voluntarios que nunca, hay más solidaridad que nunca, sólo hay que fijarse en el volcarse de la ciudadanía con la ciudad de Lorca. Nos enmendamos la plana y transigimos porque nuestro caballero es humilde, su armadura está maltrecha pero orgullosa. Un Sancho y un Quijote coexisten en días como estos. La utopía por un lado y la sensatez llana por el otro. Si no toca, ya saben, tenemos salud, estamos vivos; o como escribió otro amigo en Twitter: “Tengo trabajo, con los tiempos que corren, esa es la mejor lotería”

Publicado hoy, 21 de diciembre, en el Periódico La Verdad de Murcia.
Sección Punto G.
Imagen de Germán Sáez

sábado, diciembre 17, 2011

Fortyone


¿Y si me paro aquí? ¿Y si no cumplo más? En la Edad Media probablemente ya estaría muerta, o desdentada, o echa una ruina. La juventud apenas duraba 10 primaveras y hoy la sociedad nos exige ser eternamente jóvenes. Por favor, qué trabajera. Que si se nos caen los párpados y el culo. Que si echamos un centímetro de más, que si  nos amojamamos. Qué tristeza. 
Me quiero quedar así...bueno, en realidad me gustaría quedarme en los 30 si del físico hablamos. Pero no hay marcha atrás. Podemos intentar frenar el paso del tiempo con una actitud positiva, con amor, con cuidados, pero el tiempo es terco como una mula. No le vamos a engañar. Llegará un día en que nos caigan todos los años de golpe y ¿Qué va a ser de nosotros entonces? Me lo pregunto a veces.
Honestamente, me da miedo envejecer. Da vértigo lo rápido que pasa todo pero, honestamente diré, que no retrocedería ni un año atrás. Mi pasado nunca fue mejor, salvo si hablamos de esos seis meses que pasé en el paraíso, en Puerto Rico...pero eso no cuenta, aquello  fue como estar en Brigadoon.
Cuesta cumplir años porque aprender la vida duele y quema. Cada época tiene sus cosas buenas y no lo digo como premio de consolación. Es que es verdad. Hoy, ahora, me siento completa y feliz a pesar de los pesares y le joda a quien le joda, dicho sea de paso. He aprendido algo muy importante: no necesitar la aprobación de los demás y el cariño de los demás. He aprendido a querer un poco más sin necesidad de que me quieran. Eso de no esperar nada a cambio, pues no, hasta ahí no he llegado. Tengo el estado evolutivo de una mosca, es posible, pero necesito algo de feedback de cuando en cuando. Además, si me hago más autosuficiente, acabaré encerrándome en una vaina y eso es muy aburrido.
¿Me he vuelto algo egoísta? Sí, sin duda...pero es que un día me cansé de ser paño de lágrimas, de acarrear con los problemas ajenos. Total, no sirve para nada, tú no puedes ni debes acometer lo que a ellos les toca. Dar algo de ánimo sí...pero ¿Y cuando una los necesita, eh? ¿Donde están, eh?
Me gusta esta foto que me hizo Francisco Javier Sánchez en el estudio de Pepe de Pantumaka porque así es como me siento. He pegado cuatro gritos, no tengo rabia dentro, sólo la justa para que nada ni nadie me machaque. Algo se rompió dentro, algo eclosionó en este 2011 que está a punto de terminar. Me quiero un poquito más y hay ciertas cosas por las que me negaré a pasar. Que sí, que en el fondo sigo siendo la que soy: algo chula, testaruda, que se agarra a los amigos como un clavo ardiendo (porque ha días que lo son), luchadora, despistada y con un punto de inocencia que me niego a perder, forever and ever.
Y tengo todavía tanto por hacer, tanto por aprender, tanto que mejorar ¿Me dará tiempo?
El tiempo, ese dueño de todo, inexorable, inabarcable, intangible. Coño, tiempo, no seas así, que todavía me quedan por vivir 70 vidas más. Quien pudiera realizarse en este día y en este momento, aquí y en Londres, o en New York o en el Caribe. Todas la vidas me parecen pocas. Qué avariciosa soy. Tendré que hacer un pacto con el tiempo, no me queda otra.

La foto es de Francisco Javier Sánchez 

viernes, diciembre 16, 2011

Todas somos Madonna


Más buena que ayer pero menos que mañana», este es mi eslogan del mes, poseída como estoy por el espíritu de Madonna. Qué grande es Madonna. Los tiene tan cuadrados, que ni Guy Ritchie -varón fuerte, hermoso y creativo- ha podido con esta poderosa dominatrix.
Ser Madonna no es fácil. Cuesta imitar sus coreografías, seguir su ritmo, sus transformaciones, pero a las chicas de hoy nos sobra lo fácil. Sí, qué pasa, me autodenomino chica. Con 40, pero chica. Alguien me dijo: «Tú para mi, siempre serás una chica». ¿Y quién soy yo para contradecirle? Solo una adicta a las dietas, al ejercicio físico, al estar más buena hoy pero menos que mañana, como Madonna, como muchas de las que leéis este artículo.
No lo consigo, claro. Es imposible ser Madonna. Estoy segura que en algunos de sus estadios evolutivos, un chamán indio se reencarnó entre sus piernas y por eso se la ve tan lozana pasados los 50; por eso y por esos arrestos que para sí quisieran los políticos ¿Se imaginan a Rajoy o Rubalcaba bailando el Vogue? No hay huevos.
Disciplina, eso es lo que necesita este país, y no hay gente más disciplinada que los bailarines. Imagínate que al final todo se arreglase con unos cuantos pliés y nosotros venga darle vueltas a la dichosa prima de riesgo.
¿Os acordáis de Debbie, la profesora de Fama, aquella que decía «la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar»? Estoy segura que la pobre Terelu la habrá tenido en sus oraciones estos días. Yo me acuerdo de ella todas las mañanas justo cuando suena el despertador. Creo que Debbie maldijo a toda una generación, incluso a los que no buscamos la fama. A todos, menos a ella: a esa súper hembra, artista y empresaria.
Cuando mi querida amiga y maestra de baile, Amor Corbalán, nos anunció una coreografía sobre Madonna me pregunté ¿Pero cual de ellas? Las chicas, todas las chicas, sufrimos su síndrome. La todopoderosa Madonna Louise Veronica Ciccone ha jugado con su identidad, como nosotras. Ha sido ambición rubia: sexy y explosiva; ha sido Morgana gótica en 'Frozen'; domadora con cueros y geisha sometida; ha sido Evita y country-girl en 'American Pie'; la hemos visto con brillos setenteros en 'Music', con mallas ochentenas en 'Confessions on the dance floor'; ha sido rosa de Inglaterra y estrella porno. Ha sido madre amantísima que hasta escribía cuentos infantiles. ¡Madonna, para ya, por favor!
A ella, como a nosotras, se le va la pinza y, en un intento de ser todo lo que la sociedad nos demanda, se nos olvida quiénes somos en realidad. Nosotras, coroneles de acero que no nos toleramos un fallo ¿Quiénes somos? Somos Madonna: ansiamos la perfección, la belleza, nos aburre lo establecido, encontramos oro bajo las piedras, convertimos a sapos en príncipes. Es verdad, no tenemos abuela. Como cantaba Chaka Khan: 'I'm every woman' y no es imposible. Eso sí: siempre, siempre, más buenas que ayer, pero menos que mañana, faltaría más.

jueves, diciembre 15, 2011

Undargarin, el bello


¡Qué buena pareja! Cristina e Iñaki siempre me han parecido los más “reales” de la Casa Real. Don Juan Carlos ha volado siempre por libre. Sofía, sobria y elegante, no se sale ni un punto del personaje, sólido como una roca, que ha edificado con el paso de los años, tan alejada de su marido -dicho sea de paso-. A Elena y su ex nadie se los creyó nunca. Letizia y el Príncipe son dos cubitos de hielo muy bien vestidos en todas sus apariciones. Tan formales, tan correctos. Ella tan flaca, por Dios. Las demostraciones de afecto en público, definitivamente, son cosa de pasado.
Si finalmente resulta imputado, Undargarin será una gran decepción, sobre todo para nosotras, coetáneas de Cristina, que vivimos casi en carne propia esta historia de amor tan sana, tan natural que hace más inconcebible lo que está sucediendo. Iñaki encarnaba a ese príncipe azul: tan cachas, con esos ojos tan cristalinos,  de tan buena familia ¡Si hasta un antepasado suyo es el patrón de Vizcaya! Corría el año 1996 y la Infanta, deportista y animadora entusiasta, conoció a Iñaki en las Olimpiadas de Atlanta. Hoy tienen cuatro hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene.

Las duras palabras del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, hacia el yerno de su majestad lo acusan sin contemplaciones: apartado del linaje Borbón “por comportamiento poco ejemplar”. Toma castaña pilonga. Qué importa  si es culpable o no. Ya está condenado con semejante frase. El poder de las palabras, no hay agrimensor capaz de calibrar sus efectos. En cualquier caso, hace tiempo que esta pareja vive en el ostracismo, en Washington, con su gelidez de capitolios y coches oficiales.

 La actitud del Rey me parece, y que me perdonen los monárquicos, poco regia. Las palabras de Spottorno se cargan de un plumazo la presunción de inocencia de este hombre que, quizá movido por la presión –que nadie diga a sus hijos que papi pegó el braguetazo del siglo— se ha metido en aguas pantanosas. A la Casa Real le ha faltado añadir: si demuestras tu inocencia, Iñaki querido, volverás al hogar. Si no, ahí te pudras. Pero por si las moscas, espantemos el fantasma de la desgracia y la miseria.

Cierto, las acusaciones contra el ex jugador de balonmano son muy severas y sangrantes en los tiempos que vivimos. Más de cinco millones de euros se desviaron de fondos públicos a Noos, la empresa que presidía Undargarin, para sufragar supuestos eventos deportivos, estudios que no se realizaron y otras actividades poco  justificables; dinero, en concreto, de las comunidades Balear y Valenciana, cuyos anteriores responsables autónomicos sí están imputados.

Yo no paro de pensar en Cristina, esa buena chica — con su familia, con su trabajo, con su vida tan bien resuelta como la tenía—  en la sombra de la 
ignominia que se cierne sobre ella, y las dudas, tantas dudas que no podrá aclarar en las noches de insomnio, y en ese Iñaki, quien le dijo hace años a su recién estrenado suegro que no se preocupase, que a la Infanta no le iba a faltar de nada.
Imagen del archivo de la Cadena SER

sábado, diciembre 10, 2011

Caperucita ninja mata a Blancanieves


Decía el maestro de periodistas Richard Kapuscinski, que él no tenía una vocación, que tenía una misión. Por eso cuando políticos y población civil juegan con nuestro derecho a opinar, e incluso con nuestro derecho a preguntar, me cuestiono si ésta es, de verdad de la buena, una sociedad democrática.
El otro día una tuitera criticaba a una comunicadora de gran prestigio porque emitía su opinión, al igual que hacen otros caballeros de las ondas. Pero, ah, ella no debía. Por dos razones. Primera: decía algo que no le gustaba. Segunda: era mujer y sin paranoias afirmo aquí y ahora que ser mujer y no ajustarse al estereotipo - es decir, ser independiente y no tener pelos en la lengua- se paga muy caro. Nosotras hemos de ser Blancanieves o Cenicientas, dormidas en nuestro estercolero decrépito a la espera de que un príncipe nos rescate. La que se sale del tiesto, colleja.
Hace poco una entrevistadora relamida de la ABC Channel le recriminaba a la Streisand su perfeccionismo. Ella le contestó: si fuera un hombre, sería una cualidad maravillosa, pero como no, soy un 'pain in the ass'. Dicho en machista paladino: un auténtico coñazo. En 'El color púrpura' el maltratador de la protagonista le escupía su desgracia a la cara: «Eres pobre, eres negra, eres mujer y eres fea. No eres nada». Así eran las cosas y no podemos permitir dar un paso atrás. Prefiero ser caperucita Ninja a Blancanieves -qué pava la pobre, todo el día roncando- e impedir que el poder y la ignorancia atrevida nos cierren la boca ¿Por qué no tengo derecho a opinar cuando todo el mundo lo hace? El periodista con más motivo. Está entrenado para seleccionar, cortar y pegar fragmentos de realidad. Tiene el olfato más entrenado que cualquier escritor superventas para saber qué ruge en las calles.
Esta caperucita Ninja no se callará ni bajo el agua. Ojo, opinar conlleva sus riesgos. Porque podría escribir sobre chorradas y prefiero mojarme y tocarle las pelotas a quien corresponda. Porque sepan que es así. Esto molesta pero ¿Por qué iba a ser menos chula yo que Pérez Reverte?
Manuel Vicent describió el columnismo como una mezcla de terrorismo y lirismo. El peculiar Umbral decía que el artículo «era la flecha rápida que se dispara al aire». Esto es acción, es diálogo y debate. Sin mesianismos, he de aprovechar este privilegio y que el arma de la palabra rompa los muros del sectarismo, venga de donde venga.
Prefiero ser mariposa del aire y dudar y escuchar que encerrarme en el sepulcro de las certezas. Desde mi imperfección, cumplo una regla básica para escribir esto, aquí y ahora: intento ser buena gente y el maestro de periodistas, Kapuscinski afirmaba que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos: «Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias». En ello estamos.

domingo, diciembre 04, 2011

Joana Bonet, un manjar


La imagen es de Gea Photowords

Joana posee una rara belleza. De cerca es más perceptible. Transmite armonía, contención...La reflexión en todos sus escritos. Recuerdo artículos memorables de Joana. Toma palabras sencillas del vocabulario y las convierte en trascendentes. Sin pretensión de nada. Su estilo es natural. A veces casual pero siempre impregnado de cierta esencia. De un algo elegante, fresco, clásico, con frases que podrían leerse veinte años después y mantendrían su pleno sentido.
Pero lo que admiro de ella, más que su gran hacer como directora de Marie Claire, como escritora de precisión, de fina y sofisticada puntería, es su humanidad. Su empatía. Ella cumple a rajatabla la norma de Kapuscinsky, esa que aseguraba que para ser buen periodista hay que ser, primero, buena persona, sensible a las necesidades, anhelos, problemas de los otros. Que ya nunca serán ajenos, que serán un poco propios. Ese sentido de la responsabilidad desconozco si procede de sus orígenes, de su afán incansable, pero se nota en las páginas de Marie Claire. Es una revista distinta. No es sólo moda. 
Joana escribe en su blog y es, también,  columnista. Con diplomacia asienta verdades que puede resultar incómodas. Pero hay que escribirlas, hay que ponerlas negro sobre blanco. Suele dar en la clave de un modo tan prístino que podría retirar a todas las noctámbulas de las cartas del tarot. Pero no hay bola de cristal. Hay un ser y un estar sobre el mundo. Eso es todo. A mi me lo ha demostrado personalmente, pero lo vemos quienes la seguimos de cerca, incluso no siempre tan personalmente.
Joana te admiro y te quiero. Esta profesión nuestra tan maltrecha necesita mujeres como tú. Incluso hombres como tú. Palabras que son manjar. Palabras que son fundamentales como aquella palabra que dio origen a las cosas, al mundo.



El blog de Joana Bonet se titula Cuatro Letras

sábado, diciembre 03, 2011





Este día raro y gris.
 Este vacío. 
Gritos heridos en la espesura, 
en el silencio verde. 
Viento helado 
preñado de presagios.
Duele este día.


Ausencia,
distancia.
La esencia
de la noche es
un beso abandonado.
Se acabó la 
magia, o se durmió
en lechos
turbios.


A veces siento
un inmensa ternura
por el mundo.
Nada de los humano
me es ajeno.


Y me alejo para no
morir de ternura y 
entrega.
Hoy, ayer, ya lo di todo.
Nada me queda,