miércoles, mayo 23, 2012

Bailar tango




Hace años di unas clases de tango. No diré que sé bailar tango porque es un arte equiparable al flamenco pero una se siente muy guapa, muy sexy con esos pasos, con esas piernas pa'rriba, con ese tío que te arrastra con un "ven tu p'acá que te voy a apañar el cuerpo". Me sorprende que en España los hombres sean tan vagos a la hora de bailar. Tan tímidos. Bailar no es de maricones, con perdón. Que sí, que puede que haya más gays que en otros sectores profesionales porque, eso sí, para bailar hay que tener cierta gracia, cierta sensibilidad a la belleza y hay que buscarla en uno mismo. No es nada fácil. Es un reto. Por eso me gusta tanto Shall we dance? Una película sin pretensiones pero en la que el baile sirve como un motor que pondrá en marcha todo lo que está estancado en la vida del protagonista (Richard Gere). Los seres humanos necesitamos una motivación para seguir adelante. Un estímulo. A veces éste procede de algo muy alejado a nuestra cotidianidad. Pero a lo que iba. Lo importante en el tango es contar con una buena pareja porque, amigos, de lo poco que aprendí del tango es que la chica baila apoyada sobre el chico que, en este caso, es un pasmarote que la sujeta mientas ella, tiesa como un plano inclinado, se pasea, se restriega, se pavonea ante él. Cierto, es un baile de seducción muy evidente. Pero no os engañéis, para llegar a sentir toda esa pasión hay que estar más apretao y más duro que una piedra. Así que, señores, si quieren conquistar a sus damas, aprendan tango. Pero sin zalamerías ni morbos absurdos. Pongan todo de su parte para ser el sostén de la dama. Para dejarla brillar y para que cuando ésta se confíe, se quede en su abrazo para siempre y feliz con su elección. Lo sé, lo sé. No es nada fácil. No quiero dejarles a ustedes en mal lugar pero cierto que pocos hombres serán bailarines de tango porque requiere sacrificio, tenacidad, disciplina, tolerancia y, después, tenerlos cuadrados para que esa gata adorable no se vaya con otro. Qué difícil es ser hombre...pues imaginen lo que supone para nosotras bailar con tacones por la vida y andar todo el día monas con nuestra mejor sonrisa.

sábado, mayo 19, 2012

¿Por qué nos dan miedo los pasillos?

Queridos, acabo de ver Burton Fink (Hermanos Coen, 1991). El pasillo de ese hotel de pesadilla, de fantasmas, me ha recordado inevitablemente a "El resplandor" (The shining. Stanley Kubrick, 1977) Hay paralelismos entre ambas películas. Los protagonistas son escritores sin inspiración que habitan una atmósfera asfixiante. El calor de L.A, el cuartucho infame de Burton y el frío glacial, el aislamiento terrible del hotel Overlook y la nieve blanca, inclemente, excesiva de las montañas de Colorado. En cualquier caso, aquí os muestro varias instantáneas de estas películas y otras donde los pasillos responden a un concepto de frialdad, aislamiento, incertidumbre y la posibilidad de encontrar en ellos habitantes que estén más allá que acá.



Varias instantáneas de "El resplandor"



Burton Fink: ¿Quien elegiría en todo L.A. un lugar así para vivir?


Metrópolis (Fritz Lang,1927)



"El origen" Inception (Robert Nolan, 2010

viernes, mayo 18, 2012

Donna on the floor



Decir Donna Summer es decir baile, aunque ella no bailaba demasiado bien ni falta que le hacía. Donna Summer son dedos llenos de polvo tras rebuscar sus canciones en viejos vinilos. Despúes sonaba en antena "On the radio". A los pocos segundos lo que sonaba era el teléfono de oyentes agradecidos. Merecía la pena sumergirse en la vieja discoteca por el placer compartido de la música. En aquella época las mesas de sonido comenzaban a jugar con el ordenador pero era mágico tropezarse por casualidad con temas que creías olvidados. Así como Paul Auster habla de la solidaridad entre desconocidos: lector y escritor, los que hemos amado y vivido la radio sentimos igual conexión con los oyentes y, por supuesto, con la música. De la misma manera, a los que hemos tenido cualquier tipo de vinculación profesional con este medio nos encanta  LaDonna Adrian Gaines. Hace ya mil años grabó con Barbra Streisand "Enough is enough" porque el hijo de ésta le rogó encarecidamente ese fabuloso dueto. Un exitazo de ambas, a cual más diva en aquella época. Donna cantaba música atrevida. Con "Love to love you, baby",  grabó los gemidos de su propio orgasmo y se montó una buena. Su madre estuvo meses sin dirigirle la palabra. Al igual que Whitney, Donna comenzó cantando en la iglesia y ella mismo ha sido muy creyente. Del coro de la iglesia pasó al musical Hair, a partir de ahí no dejó de grabar,  hacer giras. Donna, prisionera incluso a su pesar, de la música disco, de la que intentó escapar en la década de los 90. 
 En los últimos meses he subido muchas canciones de Donna Summer a Twitter a Facebook. Tiene su explicación. En la academia de danza buscábamos un tema para preparar una coreografía de unos 15 minutos. El resultado final: un montaje con tres canciones de la Summer: "I feel love", "Mac Arthur Park y paradójicamente "Last Dance" para terminar. Después de Whitney, Donna. Es triste.  No queríamos una gala sensiblera llorando a la Houston y elegimos a Donna. Y ahora, esta especial dancing queen,  se marcha, sin posibilidad de sobrevivir al cáncer, ni volver a pisar un escenario. 


 Nos deja un poco huérfanos a los que hemos disfrutado en tardes lluviosas,  solitarias, en esa soledad sonora de largas horas de emisiones de  radio; A los que bailamos sus canciones en mil contextos diferentes; En casa, cuando nadie nos ve; en clase, desafiando los años y las curvas. También nos deja huérfanas a todas nosotras, a las que, en tiempos de crisis como el que nos toca vivir, cantamos, sentimos y dolemos en voz alta aquello de She works hard for the money
 Que le sea leve la tierra o, en su caso, la pista de baile.

martes, mayo 15, 2012

Deliciosas escenas de cine

Si tienes un rato, no dejes de ver estas escenas absolutamente inolvidables. Iré colgando en mi blog algunos momentos gloriosos del cine que nos dejan una sonrisa en los labios y muchas ganas de vivir


   

 Escena final de "Everyone says I love You" /Woody Allen 1996




 Número musical Make 'Em Laugh de "Singin' in the Rain" /Stanley Donen 1952


                                  

 Terapia para Adam Sandler de Jack Nicholson, un coach muy especial en "Anger management" Peter Segal, 2003

domingo, mayo 13, 2012

La noche del terremoto

La tarde del seísmo recibía una llamada urgente: se requerían mis servicios como free-lance para una tele nacional. Así es que despedí al bueno de Jorge Molist, y servidora, con plataformas incluidas, se plantó en Lorca. Llegué a un escenario de desconcierto y prisas; conocía los últimos datos gracias a los compañeros de la radio. No tenía ni un mal teletipo a mano, ni una nota de prensa. Cifras cazadas al vuelo. Garabatos atrapados en tres folios doblados que llevaba de casualidad. Aparqué en las afueras ante la incertidumbre de lo que me aguardaba. La noche del seísmo había 40.000 personas en la calle. Un desabarajuste monumental.Políticos ansiosos por salir en la foto. Luis Gestoso resolviendo como nadie. Geyperman de carne y hueso. Médicos, enfermeros, voluntarios de Cruz Roja surcaban el centro de la ciudad, veloces, a pie, en coche. Llantos; manos tendidas; mucho miedo. “Por aquí no puede pasar”, me prohibía la Policía Nacional ante una calle sembrada de cascotes y coches destrozados por retales de edificios. “Nosotros te llevamos”, me auxiliaba un matrimonio que abría la portezuela de su coche, sacaban a la niña del portabebés y hacían hueco entre su urgencia y temores. Tembló la tierra y despertó de su letargo a gente excepcional. Arrancó el velo a quienes no lo eran tanto. La noche del seísmo había seres humanos de una gran categoría. Y he de decir que algunas de esas personas eran mis compañeros de los medios. Una unidad de Radio Nacional me acercó al centro. Horas más tarde, de madrugada, sola, con ampollas en los pies por correr con tacones, el único coche que paró a mi solicitud de auto-stop era un compañero de “España Directo”. La red se caía. El móvil quemaba. Entre las llamadas del equipo de Madrid se colaba la de algún amigo, alertado por lo que sucedía en la Ciudad del Sol. Entre la multitud solidaria, algunos hacían corrillos y rivalizaban por comparecer y atrapar el protagonismo de tan funesto suceso. Y me enfadaba con el mundo. ¿Por qué tenemos que pagar a estos estúpidos con séquito? ¿Qué hacían allí? Nada Junto a mi coche, una prole mulsumana dormía, tapados con breve colcha, a la intemperie. Eran casi las cuatro de la madrugada, y al llegar a casa supe que habían fallecido dos mujeres embarazadas y un niño. No pude evitar unas lágrimas. Un año después, muchas familias no han regresado a sus hogares; pero Lorca no se rinde. La absurda burocracia entre Administraciones impide que lleguen apenas cinco millones de euros de los 230 otorgados por el Gobierno. Para algunos, el terremoto ha cambiado sus vidas por completo: la ubicación de su negocio, su estado civil, los habitantes del libro de familia. Pero, pese a todo, algunos vecinos burlan a las grietas, a Richter mismo y se cuelan en el bar “Yanfer”, apuntalado, lleno de hierros, como la boca de un adolescente. Y celebran la vida.

lunes, mayo 07, 2012

Fernando Savater: "La ética se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir."







Fernando Savater cierra el Ciclo Escritores en su tinta 2012 de Molina de Segura el martes 8 de mayo


 El acto, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento molinense, tendrá lugar a las 20.00 horas, en la Biblioteca Salvador García Aguilar 


 El autor mantendrá un encuentro con los medios a las 12.30 horas, en el Restaurante Julián de Molina de Segura. Posteriormente, será investido Asteroide Honorario del Meteorito 


 Fernando Savater es el próximo y último invitado del Ciclo de Encuentros Literarios Escritores en su tinta 2012 de Molina de Segura, organizado por el Ayuntamiento de Molina de Segura, con la colaboración de la Asociación Pro Música de Molina de Segura y la Caixa. El encuentro tendrá lugar el martes 8 de mayo, a las 20.00 horas, en la Biblioteca Salvador García Aguilar (en Avenida del Chorrico, nº 44), y contará con la asistencia del Director General de Bienes Culturales de la Región de Murcia, Francisco Giménez Gracia. Previamente, a las 12.30 horas, Fernando Savater mantendrá un encuentro con los medios de comunicación en el Restaurante Julián (en Plaza Cerámica, nº 6, de Molina de Segura), donde estará acompañado por la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Molina de Segura, Mariola Martínez Robles, y la Coordinadora del ciclo literario, Lola Gracia. Tras la entrevista con los medios, Savater será investido Asteroide Honorario por la Muy Noble y Muy Leal Orden del Gran Meteorito de Molina de Segura. Este nombramiento le convertirá en embajador de la citada orden y guardián de los efluvios desprendidos por el Meteorito de Molina de Segura. Presidirá la ceremonia el escritor Paco López Mengual, como Gran Maestre de la Orden en funciones. FERNANDO SAVATER (San Sebastián, 1947) Lector voraz desde su infancia, de carácter ilustrado y vitalista, fue Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (de donde se le apartó por sus ideas políticas en 1971), Profesor de Ética y Sociología de la UNED, y Catedrático de Ética de la Universidad del País Vasco. Ha formado parte de varias agrupaciones comprometidas por la paz en Euskadi, colabora en El País y codirige la revista Claves para la razón práctica. Autor de un sinnúmero de artículos periodísticos y de medio centenar de libros, es dueño de un estilo agudo, incisivo e irónico. Ha obtenido, entre otros, el Premio Anagrama de ensayo por Invitación a la ética, y ha sido finalista y ganador del Planeta con El jardín de las dudas y con La hermandad de la buena suerte, respectivamente. Juan José Millás, Eliacer Cansino, Lucía Etxebarría, Pilar Urbano, Francisca Aguirre y Félix Grande han sido el resto de invitados al Ciclo Escritores en su tinta 2012.

domingo, mayo 06, 2012

La genética de los pepinos

El ser humano se parece mucho a los pepinos. Crece de noche. No sean mal pensados, que no me refiero al  ser masculino, sino al ser. Así,  en general. No lo digo yo, lo dice un amigo mío del Facebook, Marcos Egea, experto genetista de la Universidad Politécnica,  quien asegura que los humanos y las plantas nos asemejamos más de lo imaginable. Por ejemplo, las plantas huelen distinto según la hora y ritmo de su compás circadiano: el galán de noche, las petunias y los jazmines expanden su embriagradora fragancia con nocturnidad y mucha alevosía para atraer a las mariposas y que se obre el milagro de la polinización. A los humanos nos sucede lo mismo. Nuestro aroma cambia; de la seducción a la ansiedad, de la ovulación a las dos horas de gimnasio; del día – tras la ducha matutina— a la noche, nuestro perfume varía de la golosina al hedor, incluso al hedor insoportable. Si lo sabré yo, que vivo poseída por mi pituitaria.   Las plantas no hacen el amor, se polinizan las unas a las otras. Pero tubérculos, gramíneas, rosáceas, al igual que mamíferos de todas las especies tenemos algo en común: el universo conspira para que nos reproduzcamos. Tengo claro que el romance es una engañifa de las gordas. Que las feromonas y el  instinto consienten que nos deslumbre una sonrisa picarona. Años después la notaremos insulsa ¿Por qué? Porque la sonrisa, incluso el soporte entero que la contenía, cumplió su función: una vez reproducidos, no hay fascinación posible. ¿Será por eso que con el paso del tiempo y la inevitable pérdida de fertilidad cuesta cada vez más caer en la trampa de la naturaleza? El enamoramiento es un embuste monumental que la cultura se ha encargado de adornar con mitos, canciones cursis y películas. Todo en pos de la perpetuación de la especie.  Y, no sé el gen masculino, pero nosotras necesitamos algo más que un macho alfa, guapo y tonificado, para caer en la tontería del amor. Me pregunto si las plantas se pondrán tan chulas como nosotras y pasarán a sentirse, después, pochas, como nosotras; pisoteadas, mustias, apagadas. La piel de la rosa y la femenina se parecen mucho pero, por más que pienso, no encuentro tantas semejanzas entre flores y hombres, salvo el capullo, claro. Cierto, hay mucho elemento vegetal que recuerda el sexo masculino (desde el obsceno calabacín al cactus) pero me resulta imposible encontrar una flor con la que identificar a tanto pistilo suelto por el mundo. Marcos, querido, necesitamos que la genética nos dé una respuesta de masculinos y femeninos. Me quedo con un chiste sintomático: los hombres son como el bluetooth, se conectan a ti cuando estás cerca, pero buscan otro dispositivo cuando estás lejos; las mujeres son como el wifi, escanean todos los dispositivos disponibles pero se conectan sólo al más potente. Ante semejante evidencia, canto Down with love y me desconecto. Clic.

martes, mayo 01, 2012

Not enough



Nunca he sido lo bastante alta, ni lo bastante delgada, ni lo bastante guapa. Nunca saqué las mejores notas, ni tan siquiera las peores. No fui la mejor hija, ni hermana aunque siempre intenté ser buena amiga, buena persona pero ¿de qué voy a presumir? A veces soy borde, colérica. Otras veces rehúyo el mundo y soy feliz en la gran soledad. Frente a un espejo en la sala de baile, corriendo en la naturaleza; en casa con libros y películas. Y no necesito nada más. Así que, al mirar al pasado intento reconocerme. Ya no existe esa persona apasionada por un amor. La pasión da de comer exclusivamente al trabajo, al que me entrego con placer, como un amante que siempre está dispuesto a brindarme sus brazos, sus satisfacciones. La ternura tiene el nombre de un niño y aunque quisiera romper la albúmina casi imperceptible que me separa de los afectos ajenos, ésta permanece intacta, blanca, nívea, nutricia. No es miedo al dolor, que siempre me viene muy bien para mis creaciones; ni tan siquiera desdén, rencor u odio. Nada de eso. Es el limbo más absoluto. Mi corazón danza descalzo por el parque y no se le clavan los guijarros, ni encuentra frío el suelo. Mi corazón, como si flotara, es feliz en su cobijo algodonoso donde nadie me toca ni me mira. Nunca fui de una hermosura espectacular ni de un talento deslumbrante. Soy obra de mi propia voluntad y quizá, la voluntad, agotada de reinvenciones, agotada de luchar por la perfección en las obras, en el espíritu, se niega a doblar una esquina, a torcer el gesto, a reir una gracia en pos de conseguir unas migajas de cariño. No hay nadie que importe tanto para poner a trabajar, otra vez, la pesada maquinaria de la voluntad. Ni tan siquiera sé quien soy aunque sí lo que no soy. No hay mataharis dentro de mi, no hay cleopatras ni marilyns. Una melancolía absurda se apodera de mi. La niña que fui añora la playa soleada de su infancia. La protección de las olas y ese sol que no machaca, que no tortura. Cierro los ojos y veo el mar al amanecer; los paseos por grandes ciudades en soledad; el descubrimiento de tanta belleza. Cierro los ojos pero nada me toca. Ni vacío, ni desdén, ni tristeza. Todo es nada. Y no está tan mal.


La foto es de Javier Sánchez