martes, marzo 20, 2012

El abogado de Iñaki y el trato a los periodistas


Más chulo que un ocho. Dice que da vacaciones a los periodistas, que su cliente no va a decir ni mú. Así se las gasta el abogado de Iñaki Undargarin. Un modelo de tacto y cortesía. "Que se avecinan lluvias y no quiero que se mojen". Valiente cretino. Tendría gracia si vistiera camiseta imperio, cadenas y chándal de los moros, tal cual iba ese personaje entrañable de Los Soprano, Pauli. Pero no, que el tío va hecho un pincel, como su cliente y nos mira a la prensa como si fuésemos chusma. Tal vez lo seamos ¿Y saben por qué? Porque estamos permitiendo un retroceso en las libertades y un deterioro en la calidad de vida de nuestra profesión que no es de recibo.

Nosotros somos los primeros en denunciar las injusticias en todos los colectivos menos en el nuestro, salvo raras excepciones; nos convertimos en adalides de causas perdidas pero aceptamos ruedas de prensa sin preguntas, cuestionarios cerrados, desplantes como el de este tipo impresentable.

Reconozco que quizá no sea una periodista moderada, pero es que estoy allí y te juro que le doy con la alcachofa. De acuerdo que la violencia no es el camino...pero, miren, un cachete en el culo no les vendría mal a determinados políticos ¿No creen? ¿Que el consejero llega media hora tarde? Pues nos largamos ¿Que la presidenta no admite preguntas? Pues no cubrimos la información, nos quedamos con nuestros totales y nuestras declaraciones guardadicos bajo el ala. Si no pasa nada, si la mayoría de la veces venden poca cosa, migajas. Si ellos son los primeros interesados en salir en la foto, que se lo digo yo, que me conozco el paño. Pero claro, tenemos un problema, Houston. Que no tienen cogidos por los huevos. Que con esta crisis hay que tenerlos cuadrados para mantener un pulso con el poder y salir ganando. Y ellos lo saben. Ellos que viven de nosotros, de nuestros impuestos, ellos que están ahí porque nosotros, los votantes, los elegimos. A ellos les cantaría el bolero de "Se te olvida" una y otra vez, hasta que les entrase en la cabeza. Un día un ex jefe me dijo: parece que trabajas para los periodistas en vez de para mi. Y yo, que soy más chula que ellos porque mi madre me parió así, le contesté: "trabajo para la Región de Murcia que es la que me paga". En fin, pa qué seguir. Es muy cansado permanecer en esta batalla sin perder la moral. Pero creo que nuestro deber es recordarle a los presuntos poderosos que el poder reside en el pueblo. Y que nuestra obligación como periodistas, intermediarios entre el poder y la sociedad civil es PREGUNTAR. Y, señores, si no preguntamos estamos haciendo mal nuestro trabajo, somos negligentes, pecamos por omisión.


Dedicado a mi amiga Elo por ser la pesá de los Consejos de Gobierno y por recordarme cosas muy importantes de la vida.

2 comentarios:

MARIA ALIAGA dijo...

Estoy contigo querida amiga, otro gayo cantaría si fuesemos capaces de parar de hacerles el juego a personajes impresentables como los que relatas.
Nos enseñaramos en la facultad que el derecho a informar debe prevalecer y desafortunadamente parece estar cayendo en saco roto. Este cuarto poder donde nos situan no tiene ninguna fuerza mientras seamos siervos y no profesionales de pleno derecho con legitimidad para hacer bien nuestro trabajo.

Antonio Rentero dijo...

Sin negar parte de la razón a vuestra postura creo que tampoco hay que olvidar que al que le pones el micro delante tiene ensayado su papel y salvo que sea muy torpe o tú muy hábil lo complicado es sacarle lo que no quiere decir, y es que por más que os empeñéis el que está delante del micro no tiene obligación de satisfacer vuestra necesidad de obtener información, se pone ahí pq él quiere satisfacer su deseo de facilitar lo que seguramente no será la verdad.

En los juicios los testigos tienen obligación de decir la verdad bajo pena por falso testimonio, pero los acusados tienen el derecho de mentir como bellacos o permanecer en silencio.

Quizá el trasfondos sea precisamente ese, que los periodistas sois testigos a los que sólo os sirve la verdad pero los que hay al otro lado del micro son "acusados" que no buscan la verdad sino defender SU postura y para ello tienen todo su derecho a mentir, adornar o callar.

Aunque no os guste.

El problema es que os puede la curiosidad y aunque sepáis que no van a dejar que preguntéis seguís acudiendo a la rueda de prensa.

El ser humano es así, lo somos todos. La curiosidad mató al gato y enfurruñó al periodista.