domingo, junio 09, 2013

Capital erótico para todos





Las mujeres vivimos un momento extraño. Por un lado, sentimos un retroceso evidente en nuestras conquistas sociales pretéritas. Conocemos ejemplos de chicas cuyos novios les autorizan, o no, abrirse una cuenta de Facebook, incluso si lucir, o no, minifalda. Vamos, que en lugar de novios lo que tienen las pobres son hombres de Cromagnon.  

Pero no sólo eso: nosotras mismas adoramos las fustas, los contratos de sumisión y convertirnos en las esclavas sexuales de ese tipo llamado Grey que es un príncipe azul pero a lo sado. Las cifras son incontestables. Se han vendido 31 millones de ese terrible mamotreto pseudo-literario, con el susodicho amante bandido como protagonista.

Por otro lado, hay sociólogas que nos invitan a empoderarnos pero valiéndonos de nuestras armas de mujer. El feminismo es, incluso para muchas algo trasnochado. Catherine Hakim explica en su ensayo "Capital erótico" que no abandonemos algo esencialmente nuestro. Un poder que subyace debajo de nuestras faldas. Ella nos dice, incluso,  que si estamos buenas, que no seamos tan tontas de vestirnos de saco y saquemos partido a nuestras curvas.

Según Hakim, nuestro capital erótico los suman los siguientes elementos: el atractivo físico; el sex appeal, la gracia y el encanto, la vitalidad, la buena presentación social (qué mona va esta chica siempre) e incluso la performance sexual. O sea, que ni con nuestro chico podremos relajarnos. Hemos de estar siempre compuestas y dispuestas a emular a Mata Hari para sacar todo el provecho de estos dones. La suma está muy bien pero resulta agotadora ¿Siempre estamos correctamente vestidas, guapas, graciosas y vitales? ¿No os resulta este capital que expone Catherine otro pesado fardo que cargar en nuestras delicadas pero a la vez fuertes espaldas? No sé vosotras pero hay días que estoy hasta las narices de ser tan mona, tan correcta, tan vital, tan simpática y tan sexy. Y me dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Ya está, ya lo escrito. Porque es imposible querer y ser siempre correcta.

Pienso en ese personaje divertido que es Bridget Jones cuya tercer entrega "Loca por el chico" está a punto de aterrizar en nuestro país. La creación de la autora Helen Fielding bien podía ser alguna de nosotras. Cuarentona, sextuitera y obsesionada por el número de followers. Personalmente, las dos últimos adjetivos no me cuadran pero ¿Qué tienen de malo unos tuits picantones? ¿Eso nos convierte en sextuiteras? ¿Escribir la palabra follar nos arrastra a ese grupo de chicas que desde una perspectiva más profesional entran a twitter para escribir de "eso" y sólo de "eso?  ¿Y por qué hay sextuiteras y no sextuiteros? Esto es lo que no me explico. 

Cierto que nosotras aportamos calidez, a veces disparates, a veces esa locura de chicas malas que da tanto color a Twitter. Pero ¿Por qué no hacen los chicos lo mismo? Porque, no sé vosotras, pero yo no encuentro chicos que de vez en cuando suelten una picantonería. Pasamos de la crítica política a la burrada. No hay término medio. Miento, sí lo hay. Encontramos algunos cursis que no te quiero ni contar. Porque cuando un tío se poner cursi es de salir corriendo y no mirar atrás, no sea que nos convirtamos en tuitestatuas de sal y debamos soportar sus rollos hasta la eternidad.


Como no soy Bridget ni la Hakim, desde este puntoG demando que vosotros, chicos, también vayáis siempre monos, oliendo bien, con la presentación adecuada y que también juguéis a eso del sex appeal, que da mucha vidilla. Eso sí, sin tocar, sin burradas. Cuando queréis sabéis. Os invito también a usar vuestro capital erótico.

3 comentarios:

juan carlos ortega dijo...

Lola, ahí va mi respuesta.
Dices que la mujer actual vive un momento extraño, que si los novios autorizan o no a -sus chicas- a abrir un perfil en Facebook, ponerse una escueta mini o un escote más o menos generoso. También comentas extrañada el éxito de Grey, una trilogía escrita por una mujer para mujeres que, en mi opinión, os ha liberado de estúpidos complejos heredados. Así mismo parece que rechazas que una mujer pueda usar vuestro -capital erótico- como dice Catherine Hakim y finalmente parece que te identificas más con la Sra. Jones.

Te cuento.

Si hay alguien que se encuentra hoy despistado y desorientado en las relaciones de pareja, ese es el hombre de mediana edad que tras un divorcio, habitualmente no demasiado amistoso y casi todos terminando siendo un poco Kent (Barbie se quedó con la casa de Kent, los discos de Kent, los libros de Kent, el coche de Kent, los hijos de Kent, e.t.c.) , llega y entra en el “mercado” como un elefante en una cacharrería.

El español -tipo- de mediana edad, se educó en una sociedad machista y patriarcal (que no es mi caso al nacer en el seno de una familia formada y de tradición socialista) en la década de los 70's. En casa, las hermanas ayudaban a la madre a hacer las camas, limpiar la casa, ir al “ultramarinos”, hacer la comida, poner la mesa, fregar los platos... y los chicos bajaban a jugar al fútbol y a hacer trastadas por la calle y, como mucho, limpiar el coche con el padre. Ésta podría ser la fotografía de una familia -tipo- en el posfranquismo.

Éste hombre de mediana edad, hoy, no sabe cómo comportarse cuando conoce a una mujer.
Todos, siendo maridos y padres, hemos evolucionado en estos más de 35 años de democracia. La mujer ha luchado y se ha ganado las justas reivindicaciones y reconocimiento de los derechos igualitarios.
Ahora bien, nosotros tenemos un “papelón”. Si te acercas a una mujer a la manera clásica, con educación, galantanerías, invitaciones, flores y dándole la prioridad y -especifidad- por ser mujer, mmm, como des con una feminista... CHICO, LAS HAS CAG...!!!. Te calificará de machista, antiguo, empalagoso, trasnochado, viejo... vamos, paga la cena, llévala a casa y a dormir!!!. Has pinchado.
Si por el contrario, le tratas de tú a tú, no la vas a recoger, quedáis en un punto, repartís gastos, no le llevas ni un detalle, aunque seas educado, correcto, atento y de agradable conversación y la susodicha es tradicionalista... CHICO, LA HAS CAG...!!!. Te calificará de grosero y tacaño.
Vamos, que no hay manera de acertar. ¿Lo mejor...?, un test previo para intentar, que no conseguir, acertar.

El hombre de mediana edad, hoy, debe ser un artista, un psicólogo, un ser camaleónico para intentar descubrir la “hoja de ruta” de una mujer. La palabra -proactividad- nació a raíz de un hombre que no descubrió los entresijos de su amada y se puso a pensar.

Es más difícil acertar con una mujer que una loto de 6. La mujer de hoy necesitaría venir con un manual de instrucciones y creo, que ni así.

Lola, comentas sobre que no hay sextuiteros. Si a un hombre, hoy, se le ocurre colgar un tuit sexual, a pesar que sea de buen gusto, la hipocresía y ese falso y acomplejado feminismo, se lo come, le destruyen. Por el contrario, si una mujer escribe un tuit de este signo, tendrá mil retuit y hasta será trending topic de buen rollo y se hará famosa y admirada.

Para terminar, es ya un tópico a desterrar que los hombres son sucios, dejados, mal olientes...
La mayoría de los hombres somos gente curiosa, educada y nos sigue gustando conquistar, “enseñar nuestras plumas de pavo real, usamos Seiko en vez de Rólex y tunear nuestro utilitario”, pero eso sí, -esto es cosa de dos-.

Darío dijo...

Pues que quieres que te diga.
Yo que soy antiguo busqué compañera, y aunque me alegra que ella triunfe. No es una exigencia. Veo que no perfilas mucho un bosquejo de mujer mas a la antigua aquella que era una excelente anfitriona y si hacía falta cocinera.
En el fondo siempre es eso epatar a los otros por la hembra. Ya no es su gusto como guisa o elije, ahora es lo mona lo bibelot, o lo bien que jadea cuando...
Ya sabes aquel que le preguntan ¿Oye tu mujer grita cuando lo hace? Y el contesta, uf mucho la oigo desde el bar que hay debajo de casa.
En fin la cuestión es presumir de matrona de hembra de amante o de sumisa.
No te quejes si la sociedad te hace interpretar tantos papeles.
Y cambia el guión.
A mi me gustan las mujeres que se autointerpretan.

Beauséant dijo...

Creo que los tíos, en general, andan un poco perdidos entre todo lo que tienen que ser para satisfacer a la mujer que han creado todas esas cosas que mencionan. Y claro, entre ser fuerte pero débil, bruto, pero suave y no sé cuantas cosas más, lo que tienen algunos es un lío enorme :)