domingo, julio 07, 2019

Pactar con Lucy



Mi amiga Silvia Arenas lleva años hablándome de Lucy. ¿Y quién es Lucy? Una vieja conocida: el conjunto de fragmentos óseos pertenecientes al esqueleto de un homínido hembra.
Lucy pesaba unos 27 kilos estando viva y medía 1.10 metros de altura. Al parecer tuvo algún hijo y un cerebro minúsculo. Ese cerebro antiguo permanece alojado en el interior de todos y cada uno de nosotros. Es el cerebro primitivo que nos mantiene en alerta. Es el puro instinto de supervivencia. Lucy nos atrapa cuando tenemos miedo, cuando olvidamos nuestra esencia divina y gestionamos la vida con ese cerebro pobre del 10%

A ese cerebro es al que apelan los regímenes totalitarios
y los vendedores de alarmas para casas. Es básico, primitivo, iracundo e incluso cruel. Es una parte a la que no podemos ni debemos renunciar, pero al que hemos de mantener a raya para una convivencia saludable y basada en el respeto al otro.
En esta Jungla de asfalto, los ejemplos de Lucy son constatables y evidentes: desde las violaciones múltiples hasta ciertos exabruptos en las redes sociales proceden de ese cerebro primitivo que nos condena a la infelicidad porque se basa en la dominación del otro cuando la auténtica felicidad empieza por la dominación de uno mismo y la superación y el crecimiento personal.
Lucy son los celos y los miedos que nos conducen al autosabotaje. Lucy se aleja del amor perfecto, del amor incondicional, de las parejas que se aman desde la autenticidad, la generosidad. Lucy puede jodernos la vida, las amistades, los grandes amores, hasta la relación con los compañeros de trabajo. Lucy carece de empatía, va a lo suyo, es faltona y mandona. Quizá la esté adornando con atributos que jamás tuvo un australopithecus. Quizá Lucy sean nuestras sombras, las sombras de Jung que hemos de abrazar y superar.
Hemos de pactar con Lucy, tenerle respeto y ponerle el bozal cuando sea preciso y cambiar los patrones. Si algo te ha hecho daño toda tu vida; el mal genio, una adicción o un terror inexplicable tienes la oportunidad de eliminarlo de tus días. No des nada por sentado. Cada día es un nuevo día.

2 comentarios:

Beauséant dijo...

Me ha gustado mucho como has enlazado la historia y la has llevado hasta su conclusión, muy acertado en lo que comentas... Intentaré ahogar a mi pequeña Lucy la próxima vez que empiece a gritar...

Por cierto, esa Lucy, ¿es la que cantaban los Beatles?, la de in the sky with diamonds... me suena que sí, ¿verdad?

LOLAPUNTOG dijo...

Sí, esa es la misma Lucy de los Beatles