domingo, febrero 16, 2020

J.LO en la cima del mundo




Donatella Versace le entalla el vestido y comenta: tienes mejor cuerpo que hace años. Esto es una locura. Jennifer López ni se inmuta. Quizá para sus adentros habrá pensado: cuatro horas de gimnasia al día y vivir a dieta de proteínas tienen su recompensa.

El otro día en la Super Bowl creo que hombres y mujeres nos pasmamos ante el poderío de la puertorriqueña. Qué pelazo, qué cuerpazo, qué caderas y, diantres, qué fuerza para mantener un plano inclinado en una barra vertical. Si antes todas queríamos ser Madonna, creo que ahora todos y todas queremos ser J.LO.

El poder latino, sí, pero el poder de una mujer con 50 años que se ha batido el cobre en las calles de Brooklyn, en los conservatorios cutres de Nueva York y que no ha perdido ni un ápice de entusiasmo por el futuro. Sí, señoras y señores, a las que venimos de abajo se nos nota. Jennifer no se rinde. Confesaba días después de su actuación en la Super Bowl que sintió cierto pánico al aceptar el encargo, pero se dijo a sí misma: soy una gran bailarina, una gran cantante, una gran actriz, claro que lo puedo hacer.

Quienes ven a esta newyorrican como un ejemplar con un físico puro del hetero pratiarcado es que carecen de horizontes. Es la niña pobre que ha triunfado. Es la mujer que ha sido madre, ha superado todas las barreras de la edad y nadie osa a bajarla de un escenario porque lo domina como pocas. Es la inspiración para cientos de miles migrantes latinas de todo el mundo, no sólo americanas, y es mi inspiración cada vez que me falla la voluntad y me quiero zampar un donut de chocolate. Nada de eso, Lola, mira a “yilou”. Es más, me voy a poner una foto de ella en la nevera, a ver si adelgazo unas libras y me sacudo la pereza para hacer pesas, porque, creedme, no hay nada más pesado en este mundo y aburrido que las rutinas de pesas.

El mundo es de los valientes y vaya que sí, ella lo ha sido siempre. Seguro que al principio sabía que el cine le venía grande, quizá incluso el mundo de la canción, pero ahí la tenéis. Con miedo, bate sus propios límites, desafía a la gravedad y el mundo se queda boquiabierto al verla sonreír ante el chute que produce que te contemplen y vibren junto a ti 110 millones de espectadores (más los 60 millones de visitantes que tuvo la actuación horas después en Youtube).

Como afirmaba también días después: “nada de sexy, nada de porno, Shakira y yo somos madres, esto es una celebración del poder de la mujer, del poder latino y estamos muy orgullosas de nuestra actuación”.

Ante infantes separados de sus madres en la frontera con Mexico, Jennifer López, responde con un inmaculado ejército de niñas que cantan Let’s get loud y luce orgullosa en el escenario la gigantesca bandera del hermoso y amado Puerto Rico.

1 comentario:

Unknown dijo...

Absolutamente!!!! estoy de acuerdo con lo nos escribes, fantástica! Que tenacidad tan grande