miércoles, septiembre 13, 2006

La confesión de Günter



Ahora todo el mundo se lleva las manos a la cabeza porque Günter Grass perteneció a las juventudes hitlerianas. Por lo visto, el ser un "genio" no le libró de la euforia y rabia colectivasque invadió las mentes de muchos alemanes durante doce años. Por lo visto, la supervivencia del adolescente no dejó margen a su gran mente para percatarse de las exterminaciones masivas. O, simplemente, ya entonces, quería vivir y, no sólo eso, tenía claro que quería ser un gran hombre. Y los grandes hombres suelen necesitar alianzas poderosas y bailar según el ritmo que suena, si no quieren morder el polvo antes de cumplir los cincuenta.
Conozco un caso real de aquella época. Un juez, un respetable alemán de toda la vida fue acribillado a balazos en el salón de su casa, delante de su esposa e hija, porque se negó a colaborar con Hitler, porque sus creencias en el Dios bueno y cristiano le impedían tomar parte en aquella orgía de sangre.

No creo que a Grass le diese tiempo de plantearse una disyuntiva con tanta claridad...O quizá sí ¿Alguna vecinita judía? ¿El niño con el que jugaba a las canicas? ¿Por qué esta confesión tardía? Creo que es un gesto que le honra, aunque le honraría más si lo hubiese contado fuera de la época de promoción de su nuevo libro donde, creo, ahonda en este particular. La operación de marketing, desde luego ha funcionado. Desde este punto de vista, en nada se diferencian la actitud de la Pantoja y del viejo Günter a la hora de mercar el pescao.
Lo único claro es que Grass necesitaba liberarse a toda costa de esa opresión, descargar la conciencia y repartir la culpa entre todos los que le hicieron grande. Y si así vendemos más ejemplares, mejor que mejor.

8 comentarios:

joseSTEREO dijo...

mu bien dicho todo

aunque eso sí, peor hubiera sido contarlo en salsa rosa y hacer promoción de paso...

Landahlauts dijo...

Hipocresía, pura hipocresía. En cambio, la historia del pequeño Joseph, no interesa a nadie.

Anónimo dijo...

Pues yo es que ya no sé ni qué opinar. Podría ser muy visceral (como suelo, por otro lado), pero en los últimos tiempos a lo mejor peco de una empatía excesiva.
¿Alguien con 17 años es un ser formado en todos los sentidos? ¿Tenemos derecho a arrepentirnos? ¿Y al perdón? ¿Mató Grass (directa o indirectamente a alguien)? ¿Quién soy yo para condenar o para perdonar? Supongo que tendrán que perdonarlo las víctimas del holocausto.
No sé, hago esta reflexión porque creo que en la vida nada es tan simple, ni blanco ni negro. Y que conste que no pertenezco al grupo de los que defienden la pérdida de la memoria histórica, ni en el caso español, ni en el argentino, ni el chileno, ni en tantos otros. Me enciende que un dictador, el verdugo de todo un pueblo, se muera en su cama de viejo.
En fin, en resumen, que un abrazo orgiástico muy fuerte, Lola.

desmitificador dijo...

Ya he visto tu comentario en un post similar en La Bitácora de Mar.

LOLA GRACIA dijo...

La verdad es que cuando leí la noticia en "El Mundo" este verano me quedé un poco patitiesa (me gusta más que Patidifusa...me recuerda a ese libro de Pedro Almodovar) Y me gustó ese post que encontré en La Bitácora. Me dio para esta reflexión y para otro post que tengo preparado y subiré en breve...

Anónimo dijo...

A Grass le ha venido muy bien su confesión por el número de ventas. Él confiesa en su entrevista a EL PAÍS que nunca quiso ser un modelo para nadie a pesar de que otros engrandecieron su nombre, era obvio que ellos no sabían lo que él. Esa es la clave y su pasado está ahí. Lástima que en España no se pueda siquiera cuestionar nada de Cela y de otros muchos como bien denuncia J. Marías.

LOLA GRACIA dijo...

Hombre, Javier Marías ya está cuestionando. De hecho el rollo de Cela como censor lo sabe todo quisqui ¿Qué no se cuestiona? Claro que sí. Es más, creo que todo debería cuestionarse siempre.

Pilar M Clares dijo...

Pues mira Fraga, que ha pasado del fascismo a la democracia en un plisplás y no le da ni pizca. Lo de Günter a su lado, una anécdota.

Por otra parte, está claro que cualquier conflicto mediático alimenta el deseo de rebuscar en los libros, sobre todo si suena el nombre a escritor de fama, como es el caso. Y me pregunto, GÜnter Grass saca un nuevo libro ¿quién lo compra sin el morbo de encontrar respuestas a una juventud, como es el caso y podría deberse a otro tema, trasgresora visto desde lo que se da por supuesto ya hoy? El tema ha estado hasta en los tertulianos más chabacanos. Ha funcionado. Las ventas lo dirán. (Salvando las distancias, mira qué paso con el último de García Márquez -salvando distancias a favor de éste último-, que antes de estar en la calle ya había sido pirateado, o eso dijeron, que esa puede ser otra...

De todo esto me queda una cuestión ¿quién, qué y por qué lee hoy?
Besazos. La próxima procuraré ser más breve jajajaja