Roberto es un amigo al que me une un viejo vicio. Ambos somos nostálgicos de épocas no vividas. Soñar con la Costa Azul, palacetes "La condesa descalza" o amoríos a lo Grace Kelly es fácil, incluso necesario para creer que hubo arcadias y atardeceres inmortales que ni el joven Roberto, ni servidora compartimos, ni compartiremos.
Roberto es muy detallista y esta mañana ha enviado a sus amigas chicas esta fabulosa foto de un Alain Delon en su mejor momento. Que no. Que ya no quedan hombres así. O tal vez, sí. El guapo Roberto bien podría ser un Alain, un pijoaparte, un Humbert Humbert. Tal es la intensidad con la que bucea en el mundo de las letras, del cine. Le aconsejo, como buena mamá, que no se olvide vivir con similar coraje la auténtica realidad. Tú que puedes, carpe diem.
Roberto es muy detallista y esta mañana ha enviado a sus amigas chicas esta fabulosa foto de un Alain Delon en su mejor momento. Que no. Que ya no quedan hombres así. O tal vez, sí. El guapo Roberto bien podría ser un Alain, un pijoaparte, un Humbert Humbert. Tal es la intensidad con la que bucea en el mundo de las letras, del cine. Le aconsejo, como buena mamá, que no se olvide vivir con similar coraje la auténtica realidad. Tú que puedes, carpe diem.
11 comentarios:
esperemos que no sea un humbert humbert
:)
saluditos
Nooop, para nada. Saluditos ;)
Espacialmente guapo es Anthony Delon, su hijo. Pero no como su padre.
los momentos soñados viven
en la mente de los ciegos
y la esperanza mas fuerte surge
de lo que no tiene remedio
(buleria)
Eres un verdadero encanto, Lola.
Sólo que en este post has escrito demasiadas mentiras.
Un beso (del tal Roberto).
A mi también me gusta añorar lo que nunca viví. Más que lo que viví... fíjate. Quizás por esa posibilidad de soñarlos y crearlos por uno mismo.
Saludicos, Lola.
Lo que hacia verdaderamente atractivo a Alain Delon (físico aparte), es su mirada...al igual que la James Dean. Sin duda dos de las miradas más seductoras, elegantes y altivas que te atraen sin remisión: seas hombre o mujer.
No es que ya no queden actores así, es que por la calle tampoco quedan hombres así.
Magro consuelo nos resta si concluímos que ya tampoco hay Katherine Hepburns o Ava Gardners... :-(
Sí quedan, sí (optimismo al poder, yuhu!)
Los mitos son para disfrutarlos.
No para obsesionarse.
Sino los mitomanos nos convertimos en freaks.
;-)
Un beso.
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