jueves, febrero 19, 2009

Yayoschumacher

La vida te da sorpresas. Yayo Delgado, compañero de prensa de la Consejería de Sanidad se levanta una mañana, da un beso a su bebito y a su esposa y llega al trabajo. Schumacher decide que va a cambiar el auto por la moto y por cosas de la vida. Un amigo, una recomendación, una novia, vaya usted a saber, acaba en Cartagena, se pega un leñazo y todo el mundo quiere saber que le ha pasado.De pronto, este tipo, se mete en la vida de Yayo. Todo el mundo le pregunta por él, como si fuera alguien de su familia. Como si Yayo anduviese entre la rótula y el peroné de Schumacher. Que se desmaya, que acaba en La Arrixaca y que se niega a dar información oficial. Schumacher nunca sabrá quien es Yayo. O sí, no lo sabemos. Pero Yayo se acordó de Schumcher una tarde entera, como si fuera su bebito pero con menos amor, claro. Así,unos y otros nos vemos influenciados en una infinita reacción en cadena por personas que quizá nunca conoceremos. Es la serendipia incontrolable de la vida de la que no podemos escapar.

4 comentarios:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Ocurre, en efecto, muy a menudo. Y el causante ignorante de ti.

Y por cierto... ¿serendipia? me encanta esa palabra, imagino qué significa, pero, obviamente, no está en el RAE.

Un beso.

Soledad.

Sintagma in Blue dijo...

Es lo que tiene vivir en el laberinto...

Sintagma in Blue dijo...

Es lo que tiene vivir en el laberinto...

Anónimo dijo...

Además, creo que no es del tipo de gente que le importen más cosas que él mismo... por lo que parece...

Me sienta bien inspirarte, LOLICA!

jejeje

Besos.