sábado, enero 02, 2010

Quiéretetú, Capítulo I. El Pilates


Tengo una amiga pluscuamperfecta. Incluso ella se autodenomina irónicamente así. Y sí, seguro que tendrá defectos. Vaya usted a saber: una verruga en el dedo gordo del pie, un pelo rebelde que el laser no ha logrado doblegar pero así, de buenas a primeras, es lo que vulgarmente se llama una tía buena. Cuenta con un rostro bellísimo que el tiempo no ha logrado aún marchitar y para colmo tiene clase, es culta y entona sus frases con una voz de gatita siamesa quepaqué. En fin, odiosa. Mi amiga tiene un secreto que se llama Pilates. Que sí, que ahora está muy de moda pero que ella practica desde hace más de una década con un monitor particular. No he dicho todavía que es pija. Pero vamos, aquí y ahora lo expongo con claridad. Pija es la muchacha.

El Pilates no es ningún alias de un ex preso. Es una disciplina que mezcla el yoga, con la gimnasia sueca y el ballet. Se basa en movimientos leeeentos pero con todo en su sitio. Es decir culo apretao y tripa dentro, pero dentro, dentro como si la quisieras hacer desaparecer detrás de tu ombligo. Al ombligo le llaman el centro. “Volvemos al centro”, dice la monitora. “Pero si no me he movido de la alfombra”, le contesto yo. Le contesto a la tele, porque no soy pija, soy pobre y hago Pilates con varios DVD que tengo en casa.

Hay ejercicios famosos en la disciplina. Hay uno que se denomina “Los cien”. Consiste en ponerse boca arriba, levantar las piernas ligeramente flexionadas, despegar el cuello del suelo y mover brazos muy rápido y pegados a las costilas…como si fueras a despegar del suelo. Todo ello, con el centro “pa dentro”. Ya me entienden, ombligo pegado a las costillas si las lorzas lo permiten, que a mí, no.

Si embargo, mi ejercicio favorito es el denominado “El niño”, que consiste básicamente en imitar a los mulmanes cuando oran hacia la Meca pero estirando la espalda y ya está. No hay que hacer más nada.

Hay nombres casi poéticos en esto del Pilates: La zambullida del cisne (o de la foca monje en mi caso), natación modificada -que digo yo que se llamará así porque nadas en la esterilla, sin bañador-; Y otras denominaciones, sin embargo, tan prosaicas como “el estiramiento de una pierna” Está claro ¿No?

Pero la experiencia soberbia es hacer Pilates con máquina. Yo utilicé el Reformer, una especie de potro de la tortura con poleas donde no puedes hacer mal el movimiento porque la máquina te aprisiona, te estira como si fueras un chicle y porque no hay más tu tía…

En esta disciplina se usan también esas pelotas gigantes que botan (antes las vendían con unos cuernos o pezones de vaca a los que los chicos se sujetaban para no descalabrarse) y bandas elásticas que utiliazan para trabajar brazos y piernas.

Joseph Pilates se inventó un buen método. Es la gimnasia más eficaz que he probado. Es duro pero lo más positivo para la salud de nuestra espalda a la larga y se puede adaptar en función de las necesidades del usuario; ya sea embarazada, principante o sexagenario.

Ahora, eso sí, siempre mirando para el centro.

4 comentarios:

Poncio Pilates dijo...

Qué triste pasar a la historia como inventor de ejercicios de gimnasia en lugar del gran estadista que fui.


Feliz año murciana.

Manolo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manolo dijo...

Aunque dices
"El Pilates no es ningún alias de un ex preso"
Te puedo informar que Pilates desarrolló su método en espacios reducidos para mantenerse en forma, mientras estuvo internado en un campo de concentración inglés.

Unknown dijo...

LOLA!
Q entretenido tu blog!!. Tambien geniales los post. La verdad llegué a él buscando el libro Mrs Stone...y por Vivling!.
Cordiales saludos desde el sur de Chile!!.