domingo, octubre 27, 2013

Los sustitutos del amor







   


El otro día alguien me comentó que no necesita ser querido. Que tiene cariño y compañía pero que no es una necesidad, sino una suerte. Cómo le envidio. Creo que los seres humanos nos dividimos entre quienes tienen esa seguridad, ese sentirse a salvo desde siempre y quienes, por las circunstancias que sean --infancias tormentosas o decepciones varias-- nos pasamos la existencia mendigando el amor. O El sustituto del amor que canta Madonna (The substitute for love).

Cuánta gente busca la gloria, la aceptación para evitar ese vacío espantoso en sus vidas. Salimos al mundo después de la nutricia gestación; una madre nos amamantará, nos cuidará pero no eternamente. Desconozco el motivo, pero hay humanos incapaces de salvar la desconexión que pierden con aquellos a quienes amaron o que les protegieron. Padres, familiares,  amigos de la infancia o personajes posteriores que se incorporan a nuestra biografía.

El otro día preguntaba por el sustituto del amor en las redes sociales.  El amor tiene difícil sustitución. Madonna explica en su canción: "Intercambié fama por amor, sin pensarlo dos veces. Se convirtió en un juego estúpido, algunas cosas no se pueden comprar. He viajado por el mundo en busca de un hogar y me he sentido muy sola en habitaciones abarrotadas. He tenido tantos amantes que venían a mi buscando la emoción, un resplandor de mi brillo y nunca fui feliz. Tengo lo que buscaba con tanta desesperación pero hoy he cambiado. Tu cara es mi sustituto del amor. Y por ti esperaré".

La conclusión es que el amor sólo se sustituye con más amor. Ese que es gratis, desinteresado, complaciente. Ni con sexo, ni amistades locas, ni amigos de Facebook, ni siquiera con un móvil de última generación que nos ofrece la ilusión de estar conectados a todas horas.  Si uno está perdido, lo está siempre. Y si cambia su punto de vista, quizá comprenda que nosotros somos nuestros mejores amigos y que no podemos vivir al albur de los demás.

A veces ocurre el milagro del amor, pero es insensato perseguirlo.


Los que han carecido de cariño en la infancia arrastran un sentimiento de culpa eterno. Porque el niño siempre piensa que todo cuanto acontece a su alrededor es por su causa. Si es bueno, se sentirán orgullosos. Si es malo, se sentirán culpables.  Y se pasarán la vida persiguiendo la aceptación ajena. Madonna y tantos que buscaron sobresalir, incluso que lo lograron, quizá sólo ansiaban una palmadita en la espalda pero no de cualquiera, sino de esa persona que para ellos era el objeto de su amor ¿De qué les sirven estadios con 20.000 personas coreando su nombre si su padre jamás les dio un beso de buenas noches o les dijo "Te quiero"?

Detesto ser dramática. La sencillez del All you need is love de los Beatles lo explica todo. El Gollum se aferraba a su "tesoro", era el sustituto a una vida perdida en pos de la nada. Pero él nos demuestra a la postre que esos sucedáneos nunca nos colman ni nos alimentan. En todo caso, añaden kilos de más o descubiertos en la cuenta corriente.

Hace años un amigo me demostró que lo material es inútil. Hoy me quedan sus pulseras, o algunos colgantes que me regaló pero falta lo esencial porque esa persona ya no está. Los objetos testimonian lo que fue y ya no es. Como un perfume del pasado.

El otro día pensé escribir sobre el amor. No sé porqué. Como decía Sabina: "Uno no elige lo que escribe. Lo escrito le va eligiendo a uno".

1 comentario:

Landahlauts dijo...

Nada hay material, nada, que valga tanto como un "te quiero", una mirada llena de amor un una caricia llena de ternura.
Y, a veces, ese tesoro es tan difícil de conseguir...

Preciosas tus palabras, Lola. Besos.