domingo, diciembre 08, 2013

Corazón cínico





La semana pasada el Colegio de Informáticos Técnicos de la Región de Murcia, COITIMUR, me invitó a dar una charla. Intenté hablarles de Sexo 2.0. El hecho es que me puse a reflexionar y llegué a una sorprendente conclusión: ningún invento humano ha revolucionado tanto las relaciones humanas, eróticas y sexuales como internet. Muchos dirán que esto es aplicable a otros campos. Yo no lo tengo tan claro. Lo que sí es diáfano es que ni la máquina de vapor, ni la electricidad, ni tan siquiera el teléfono o la televisión influyeron tanto en un cambio de actitudes, de estilo de vida, de forma de relacionarse.

Primero fueron los chats, el cibersexo; ahora tenemos el enorme campo de batalla de las redes sociales: las gratuitas y las de coste. Por otra parte, internet ofrece una variedad ilimitada de posturas y combinaciones relacionadas con el sexo. A veces dudo de si ambas palabras no serán sinónimas porque busques lo que busques, al final te tropiezas con una página porno.

El mercado del sexo en internet es frío, demoledor. No hay contemplaciones, todo son primeros planos al servicio del imaginario masculino y lo último no son las MILF (ya muy de moda en los 90 en Estados Unidos) lo último, son las soeces invitaciones a "follar gratis con feas". Así, como suena. Para qué me voy a andar con eufemismos. Una especie de Meetic que conecta a pobres con, imagino, desesperadas. El mercado del sexo en la vida real y en internet me parece igual de deleznable. Sigue perpetuando a la mujer en un papel de sumisión terrible.

Pero, a lo que voy, como apuntaba el otro día desde Facebook Oscar Gallego, hoy hasta se da el caso de entablar relaciones virtuales con alguien y terminarlas sin haber tenido jamás un encuentro real. Para mucha gente es una vía fácil y estupenda de contactos para posteriores encuentros, ya sean eróticos o simplemente amistosos, y los hay que confiesan abiertamente no haberse comido jamás una rosca gracias a las redes sociales.  

Quizá esto no sea más que un juego ¿Por qué no? En vez de Candy crush yo juego a que te creas que me importas, como cantaba Luz Casal pero, en el fondo nadie importa nada. Y aquí es donde no me gusta tanto el juego. Internet nos está convirtiendo en unos cínicos. Ojos que no ven, corazón al que todo le importa un carajo

Un amigo de Twitter me habló de las "coleccionistas". Una figura que existió siempre, con la salvedad de que el/la coleccionista de hoy puede llevar fácil a treinta candidatos en danza. El coleccionista pide pero no da. O por toda respuesta te ofrece un emoticono. No hay tiempo para calmar la sed de todos quienes reclaman su atención. Y, ojo con esa palabra: atención. Esto es lo que nos roban las redes sociales: la atención para los temas realmente importantes. Nos perdemos en el juego infinito, que sin duda es enriquecedor, pero que en algún momento hemos de parar.

Otro tuiteramigo, Pedro Enrique, dijo sentir nostalgia por los tiempos de la discoteca, llenos de ojos en busca de amor y me regaló esta frase de su caperta del insti: "Enamorarse del camino que lleva al amor. Anduve y llegué, otros se quedan en él".

Sí, la frase me llegó por Twitter, lo cual dice mucho y bueno de la red social pero, a su vez,  esta frase es cálida. Igual de cálida que el rostro de esa persona que tienes frente a frente y le gustas, y te gusta y te escucha y no puede, ni quiere, dejar de sonreír.

2 comentarios:

A. S. Pérez dijo...

Hay frases que se quedan para siempre en nuestro corazón como recuerdo imborrable y nos acompañan durante toda la vida.

Saludos Lola.

dayer dijo...

Querrida Lola,
Muchas gracias por la referencia. Todo un honor y aún mejor descrita de lo que yo fui capaz. Y es que con esto «del Interné» hemos perdido el valor de verdad, el riesgo de verdad, el interés de verdad. Ya no llamamos a una casa con riesgo de que los hermanos de la amada espien por otro teléfono, no subimos a su casa a que los padres nos echen «la visuá» busca malas influencias, nos engandulamos y no nos subimos a un ave que nos pone frente a frente en dos horas.
Creamos redes sociales de ligoteo, inclusive el supuestamente social y comprensivo, donde ponemos que buscamos a ese alguien especial con humor y lealtad pero luego sólo le contestamos al saludo inicial previa foto a cuerpo entero y que no deje lugar a dudas de que no hay lorzas.
Un saludo ;-)