domingo, febrero 02, 2014

Tocarse es bueno


 El matrimonio conformado por William y Virginia en su despacho de trabajo


 Los actores Lizzy Caplan y Michel Sheen como William y Virginia Masters


Un momento de la serie con Ulises

William y Virginia en la  portada del The times



Ella se tiende en la camilla. Es blanca, estrecha. Antierótica. Frente a la chica, tras los cristales, se encuentran Virginia y William. Su cuerpo está enchufado a unos electrodos que registrarán el grado de excitación tras jugar con Ulysses.  Ulysses es el primer vibrador de la historia. Lo inventó William. En la historia hubo dildos de otros tamaños y formas, claro. Es algo antiguo como el mundo, pero él, William Masters, se empeñó en descubrir los misterios de la sexualidad humana. Un camarógrafo, frente a la joven registra lo que sucede en el interior de su vagina. Es prodigioso. Gracias al atrevimiento y ambición de William y al perseverante y pormenorizado estudio de su partenaire, Virginia Johnson, estamos familiarizados con términos como orgasmo.

En plena época de represión moral, en la brillante y próspera sociedad americana del New Deal, William comenzó a indagar en los secretos del cuerpo. Primero, en prostíbulos y hoteles. Después en la Universidad de Washington, San Luis. Un chantaje, un secreto --cómo no de sexo-- le abrió las puertas de la aún conservadora sociedad de Missouri. Un secreto que ponía en peligro a su mentor y amigo, el rector de dicha universidad.

El sexo marca nuestra vida, lo queramos o no. Estamos aquí por el sexo. Cómo no, por amor, pero el impulso primario y primordial es ancestral, es animal. Somos sexo. Nuestros movimientos, la forma de vestir, de comunicarnos están orientados a perpetuarnos a través del sexo. Porque todo lo es. Porque es fascinante lo que sucede en el interior de nuestro cuerpo. Es un milagro que culmina incluso en otra vida. Sin duda nos transforma.

William Masters tuvo una ambición y, al igual que Martin Luther King, tuvo un sueño.  Nunca podremos estarles lo suficientemente agradecidos a esta pareja.

Que casi 60 años después de sus estudios y descubrimientos reculemos con argumentos morales es estúpido. Nos puede conducir a tremendos errores.  Sexualidades reprimidas que conviertan a un saludable homosexual en un pervertido. Desinformaciones y miedos que nos lleven a embarazos no deseados y ETS y, por supuesto, esa negación  fundamental. La negación que tanto daño ha causado: negar el placer, el gozo por sí mismo, la espléndida generosidad de nuestra naturaleza, exuberante, mágica.

Deberíamos hablar de la masturbación femenina con una naturalidad pasmosa. Pero no. Si lo haces, surgen las insinuaciones y, lo peor, el silencio. El silencio de las mujeres.
 Leed mis labios: nuestro cuerpo está diseñado para el placer. Mucho más que el de los pobres hombres que eyaculan y se acabó. Y para eso hay que conocer el propio cuerpo, felices de contar con esa llave del disfrute propio entre las piernas.

Naomi Wolf en Vagina: A New Biography , ha demostrado que sentarse en una silla puede ser suficiente para estimular los tejidos más sensibles a la excitación: vagina, clítoris, ano. El clítoris, por cierto, cuya única función es la del placer. Ni más ni menos. Entiendo que esta poderosa herramienta, sólo nuestra, que no necesita de hombres para estimularla y hacerla funcionar, atemorize a los menos machos. Pero un macho de verdad lo que quiere es que su hembra goze sin límite. Con él o sin él (con él mejor, claro).

Wolf también ha demostrado que la vagina de cada mujer es única,  las terminaciones nerviosas están distribuidas de modo diferente  en cada una de nosotras y los métodos son diferentes para alcanzar el orgasmo. No hay reglas universales . Fijaos hasta qué punto somos distintas , afortunadas. Además,  el orgasmo nos hace más creativas.

Ya lo decía Picasso: un polvo, un arlequín.

Tocarse es bueno. Está probado científicamente. Yo me toco ¿Y tú?

5 comentarios:

Juan Guillamón dijo...

No está mal tocarse, no, pero puestos a elegir, prefiero que me toquen, ¿no te parece?

LOLA GRACIA dijo...

Una cosa no quita la otra

Tomas Zamora dijo...

Totalmente de acuerdo.

LaMaquinistaX.com dijo...

Hola Lola, genial tu artículo, es cierto, retroceder en el conocimiento humano si que sería un pecado... Arriba la cuna de la vida y arriba la masturbación o abajo... como prefiráis, ;-)en cuanto a los juguetes... como muestra de su variedad un botón para disfrutar a solas o en pareja... http://lamaquinistax.com/producto/vibrador-de-parejas-tiani-2/ orgásmico, ¿eh?

coco dijo...

¿Yo? constantemente.