"Pálido ámbar, volátil zureo, dedos anhelantes. Santuario de corcheas confusas. Acurrucada en la sinfonía non finita de núbil ternura, el ardor interminable es mi consuelo y mi tortura"
4 comentarios:
Anónimo
dijo...
Troman. Muy bonito. Muestra una gran sensibilidad.
¿ Lo has escrito tú? no es que dude de tu "savoir faire" pero, es que es tan...tan...como ETERNO y CLASICO! no sé, parece que pertenezca a un libro de sabiduría poética consagrado, de esos que, como joyas, pasan de manos de padres a hijos...BELLÍSIMO!!
Periodista, escritora y gestora cultural. Docente nuevos lenguajes de la comunicación. Actualmente columnista de La Verdad de Murcia (Punto G) y trabajando para Salzillo Servicios. Coordinadora desde 2006 de Escritores en su tinta. Ha escrito 3 libros de relatos: Mujer de Mundo, Tanto Amor, y Elogio de la carne, además de "Café y cine", editado por Cafés Salzillo
4 comentarios:
Troman. Muy bonito. Muestra una gran sensibilidad.
¿ Lo has escrito tú? no es que dude de tu "savoir faire" pero, es que es tan...tan...como ETERNO y CLASICO! no sé, parece que pertenezca a un libro de sabiduría poética consagrado, de esos que, como joyas, pasan de manos de padres a hijos...BELLÍSIMO!!
Sí, nanci...jo chica, muchas gracias, Por Dios, me siento abrumada
¿Qué decir? No hay palabras. Tal sólo una que palidece en su torpeza: hermoso.
Publicar un comentario