yo, con mi demonio.
Expulsando criaturas,
renaciendo de su
lastre mortal.
A veces duerme
pero cuantas otras
despierta,
iracundo, rabioso
por ser saciado,
ansioso por ese
chute bastardado
de emoción.
Vive mi demonio
vida propia.
Prostíbulo ambulante
en mi cuerpo.
Desterrado del alma,
ahíto de rencor,
famélico de amor,
esperando, esperando,
siempre esperando.
Imagen de Sandra Pérez
6 comentarios:
Felices fiestas Guapísisima :Phtt
Es de esos que por mucho que le eches de comer siempre tiene hambre?
Sí, de esos,de esos...es muy jodido este demonio
...agazapándose al acecho.
En realidad los demonios son fantasmas. Sólo tenemos que despojarlos de su sábana.
Lo sé: no es nada fácil.
¡Besos!
Aunque suene un pocO "durillo", me gusta eso de "Prostíbulo ambulante de mi cuerpo..."
NANCICOMANSI
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