jueves, agosto 31, 2006

Mitómana por la gracia de Terenci


¿Por qué? Ni idea, pero no lo puedo d'evitah. Quizá haya visto demasiada tele, he comido muchos gusanitos Risi, o las neuronas no me dan pa más. Pero asín soy. Una mitómana de tomo y lomo.
Y os lo demostraré. Hoy que ha muerto Glenn Ford, os diré que mi primer objeto de adoración fue Rita Hayworth. Como yo era una patita gorda sin remedio (encima patita cateada a tutiplén) soñaba ser como nuestra Margarita Carmen Cansino. Recuerdo que pusieron un ciclo de sus películas en la 2 (en aquella época era la segunda, sólo habían la primera y segunda). En poco menos de un año me convertí en una experta en Rita. Me conocía de memoria las fichas técnicas de sus pelis, sus fotos maravillosas en Blanco y Negro (ver Rudolf Maté) (con la luz por acá, la otra por acullá), sus tipos de vestidos y peinados que, of course, no podía ni soñar con imitar. Ni era la moda, ni me cabían.De Rita me leí dos biografías una en inglés slang espantoso ( los pillé de la biblioteca de la Facultad de Periodismo) y otra que se publicó en España a finales de los 90 (creo) en la que se detallaban los abusos sexuales a los que fue sometida la Hayworth de jovencita, por parte de su progenitor. Directamente dejé de considerarla un mito para pasar a la categoría de santa.
Otra de mis ídolos ha sido la Streisand que me consta que cuenta con la antipatía de mucha gente. Pero a mí me fascinaba su voz y, desde luego, su personalidad es pintoresca. Me leí tres biografías de ella. Dos en inglés, una en castellano. En uno de los libros directamente la ponían a caer de un burro pero era realmente graciosa. Si todas las cosas qeu se cuentan son ciertas...chapeau! Barbra, siempre los ha tenido bien puestos.
Por supuesto, en la época que todo el mundo escuchaba a los "Hombres G", yo me pirraba por Frank Sinatra. Tengo prácticamente todos sus discos (De la Streisand todos, todos: casettes, vinilos, cd's). La mayoría pirateados pero ¡¡qué me detengan!! También tengo vinilos del año de la polca y algunos "Cd's" comprados legalmente. De Frankie me leí dos biografías, aunque una de ellas la perdí y no conseguí terminarla. Me flipa su pasión por la vida, la forma que tuvo de enamorarse "como un becerro" de Ava Gardner (por eso odiaba España, como buen italoamericano nunca olvida, y nunca se le borró de la cabeza los cuernos que le puso con Cabré) y las juergas sobrehumanas que se pegaba con Dean Martin. Lo sorprendente es que con tanto alcohol en las venas y tanta mujer en su cama llegase a los 80 años como un viejecito honorable. Me sigue poniendo los pelos de punta escucharle en muchas ocasiones y sueño repetidamente que me obliga a cantar "Desafinado" (De Jobim, otro de mis mitos sempiternos) y sin ensayar.
En el campo de los compositores más o menos contemporáneos he admirado y admiro con fervor al mencionado Antonio Carlos, a Juan Carlos Calderón (sobre todo su faceta más sinfónica y de jazz) y a Leonard Bernstein. Mi hijo me pide que le cante (destroze) "María" todas las noches.
Durante una temporada me dió por Luis Miguel (Nadie es perfecto, ver anterior artículo). Considero que es un gran artista pero que se está estandarizando demasiado.
Y en cuanto a los escritores ¿qué decir? Todo aquel que consiga terminar una novela ya merece mis respetos pero me encanta otro mitómano (el de arriba) Terenci Moix. Lamenté con profunda tristeza su muerte (con Sinatra me ocurrió igual, ya ves, qué tonteria) . A Terencio nunca le conocí en persona, nunca le entrevisté, pero le debo mi amor por el cine gracias a un programita muy raro que hacía en la tele hace siglos en el que traía a viejas glorias del celuloide. Me encantan sus mujercísimas y sus chulas, más que chulas. Y cuando se pone romántico y habla de Egipto, me fascina, tiene un estilo precioso.
También admiro con pasión a Vargas Llosa y durante un tiempo me encantaba todo lo que escribía Isabel Allende. Lo último no me engancha, lo siento, pero desde "La casa de los espíritus" al "Plan Infinito" todo me gusta. Con Allende me llegué a cartear y la conocí personalmente en Puerto Rico. Y otro maldito, Truman Capote. Lo leí todo menos "A sangre fría".
En fin, en mi santuario hay muchos más, no os voy a aburrir pero ¿Por qué esta mitomanía? Quizá porque he necesitado toda mi vida referentes, o porque siempre aspiro a conocer todas las realidades posibles, del modo que sea, a través de quien sea. O porque, como dice Llosa...Todos necesitamos nuestra porción de fantasía, de sueños en el día a día. Yo en ocasiones lo necesito casi como un chute. ¿Mito - dosis para no morir de impotencia ante una realidad tan gris, tan impuesta como la que tenemos? Es posible. Pero que vivan los que nos hacen soñar.

domingo, agosto 27, 2006

SE TE OLVIDA


Se te olvida que aparte de un gran cantante, de un tío bastante guapo (a mí me lo parece, vamos) y de un ídolo de masas, eres un artista. He intentado no colarte en mi blog pero es que siento que si te llega este mensaje (“Lo dudo”, otro título de un gran bolero) quizá salve un poco de tu inocencia. Para empezar creo que eres un superviviente. Ni más, ni menos. No sólo por ser un niño prodigio que llega a la edad adulta en posesión de todas su facultades mentales y con una carrera muy bien llevada. Sostengo que eres un superviviente si son verdad la mitad de las truculentas historias que se cuentan de tu familia aunque, qué decirte m’hijo, en todos los campos cuecen habas. Y vuelvo a subrayar esa condición de ave fénix, si tenemos en cuenta que alguien te coló en el negocio del show bussines, posiblemente sin preguntarte, y porque pusieron sobre tus frágiles hombros de niño con grandes dientes, la responsabilidad de ser el talentudo y el exitoso de la familia. No hay derecho. Me da igual las saludables intenciones de tus progenitores. Pero, en fin, así es la vida.
El caso, es que repasando tus videos juveniles, tus actuaciones en directo y las fotos de las antiguas portadas de vinilo, se te veía un muchacho feliz, que adoraba la música. Y aquí voy, Micky.
Sé que tus legiones de fans entrarán el blog para decirme de todo…pero no me importa. Yo me he considerado muchos años gran admiradora tuya. Conozco tu carrera de cabo a rabo y considero que eres el Sinatra del siglo XXI…Es decir, tienes todos los cuartos en tu cartera para serlo PERO…pero, querido Luis Mi, se te ha olvidado la emoción. Tus discos últimos tienen una impecable factura. Tu voz es limpia, segura, potente. Pero no encuentro matices por más que los busco. No me toca el corazón y muchos menos la piel. Antes sí. No hace tanto. Hay una versión de la famosa ranchera “Amanecí en tus brazos” del año 1997 en directo. Qué bonito. Directo al hígado, al corazón y me atrevo a decir que hasta la entrepierna. Pero ahora, ya te digo, mucha orquesta, poco arte.
Te debes a tu arte. Ya que has hecho tanto camino no te anquiloses en la figura del superventas. Ya vendiste mucho, tienes todos los premios…Relájate y disfruta. Sé un artista, que es lo mismo que decirte que seas tú mismo.
Me da la sensación de que hay mucho miedo en tu camino. Una inseguridad cabrona que te boicotea. Y sí, sigues vendiendo mucho. Haces un producto “perfecto” pero, ¡ay!, cada vez más aburrido.
Probablemente, a tu amigo y jefe de prensa, le saldrán espumarajos por la boca al leer esto. En fin, no creo que lo lea jamás de los jamases…pero quizá así le ocurriría. Creo que no realizo una crítica sin sentido y, si es tan amigo, pues esos son los primeros que tienen la obligación de decirte las verdades, aunque duela, aunque suponga una enemistad momentánea incluso. Y un jefe de prensa, si es profesional, también ha de dar su punto de vista. Luego, el jefe, el mandamás, vamos, que haga lo que le dé la gana. Pero, claro, es más fácil decir “amén y usted siempre lleva la razón. No sé ni como tengo el privilegio de trabajar para alguien tan infalible”.
Micky. Te lo digo. Te estás volviendo cómodo y muy previsible. Todavía tienes 36 años ¿Qué será de ti con 60? Tus verdaderos fans, esperamos que des rienda suelta a tu talento. No te lo guardes, o se pudrirá. Abre los oídos a la fantástica gente que sí pasará y ya ha pasado a la historia como Antonio Carlos Jobim o, una coetánea, Diana Krall.

Y al gran público…¿Qué decirte del gran público? Había un eslogan idiota sobre Elvis Presley. Decía algo así como que “no se cuantos millones de fans no pueden estar equivocados”. El gran público condenó al hambre a grandes pintores como Gaugin o Van Goh. Las miles de fans de Elvis no consiguieron salvarle de los barbitúricos y una muerte prematura. El arte está antes que el público. Tú te puedes permitir el lujo de hacer música para todos los públicos, incluso para el más selecto. Sin miedo…Estoy segura que seguirás vendiendo discos si grabas Jazz, Bossa o tangos. Incluso si cantas en inglés. No tienes nada, nada que perder y todos ganaremos en emoción. Añoro ese Micky de entrañas fuertes, de cuello impresionante, de matices y lágrimas. Si no hay emoción, tus trajes de Hugo Boss no me dicen nada, ni tu superorquesta con tus supercoristas. Dale, duro, Micky.

sábado, agosto 26, 2006

70's baby boom

Que levante la mano el que nació en la década de los setenta, o unos añicos antes. Somos legión, compañeros. Somos los niños del Cola-Cao (los de ahora son unos usurpadores de pacotilla), de los Phoskitos, los de Heidy y Mazinger “Z”; los de Miliki, Fofó y del “Un globo, dos globos, tres globos”. Bien lo saben las editoriales que reeditan hasta la saciedad esas series que ahora ven nuestros hijos, con la suerte de poder repetir las escenas una y otra vez y quedarse con el careto de la señorita Rottenmeier. En nuestra infancia triunfaron los grupos de música infantiles como “Parchís” y “Enrique y Ana” (¡Que asco me dio siempre eso del coco- gua gua!); las aulas rondaban los 45 alumnos de media y los profesores (pobres) todavía tenían el valor de atizarnos. Recuerdo con terror al “yemas” seguro que más de un lector sabe de quien le hablo. Hizo historia.
Nosotros fuimos los que más problemas tuvimos para encontrar plaza en la Universidad, hasta para entrar en el “Insti”. Y como éramos tantos, incluso en nuestra casa, a veces, estábamos de más. Eso sí, en nuestros tiempos no existía “Zara”, así que heredábamos buena parte de la ropa que lucíamos de vaya usted a saber qué prima segunda, vecina o pariente. Tampoco había Game Boy, jugábamos a las tres en raya, o al parchís y en las tardes de verano, si no había playa, nos zampábamos toneladas de “Mortadelos”. Este no es un artículo nostálgico en absoluto, al contrario. Creo que los niños de ahora viven como reyes, así que, puesto que nos tocó ver series espantosas como “V” o programas de relleno como el “3,2,1 contacto” propongo que las entidades bancarias nos obsequien con una tarjeta especial de descuentos y acumulación de puntos por el daño psicológico sufrido. Por ser tan buenos chicos, tantos años (creo que lo seguimos siendo, no digáis que no) y por ser los que contribuimos con mayor alegría al erario público y a sostener las tiendas de ropas de niños, así como editoriales que no paran de sacar colecciones pintorescas de cuentos, lunnis y demás fauna. Porque, después de una infancia de “quieros y no puedos” a los nuestros, a nuestros niños, no les puede faltar de nada.
ESTE ARTÍCULO ME LO PUBLICARON HACE MÁS DE UNA SEMANA EN "LA VERDAD DE MURCIA". CREO QUE MUCHOS DE NUESTRA "QUINTA" COINCIDIMOS EN TRAUMAS.
UN SALUDETE

domingo, agosto 20, 2006

El cielo protector


Estas nubes, casí renacentistas, gordas como algodón de azúcar, nos cuidan y miman en unos días que seguro nunca olvidaremos. Por su paz, por la absoluta despreocupación por los problemas del mundo, por las maravillosas lecturas, por la risa contagiosa de un niño feliz. No sé si regresaremos el próximo verano. Ni siquiera hemos vivido en un mar de aventuras. Todo es programable, casi rutinario, pero tan sencillo, con tan pocas prisas, que extraña. Sólo la pequeña familia, sólo el mar y el sol. La música de Julieta Venegas, toda la serie de "El Padrino", los dibus de Sreck y "Alicia en el país de las maravillas"; la cutre-feria del pueblo con su cochecito de chupa-chups. La gloriosa "Lolita" de Nabokov y muchos, muchos bikinis. Rosa, marrón, blanco, rojo, negro, naranja. Y el mercado donde venden tantas cosas inservibles, tantas gafas de imitación a tan buen precio. Y el paseíllo nocturno; corto, reposado, con el cric-cric de las pipas. Y la calma de este cálido e inusualmente pachorro verano. Ya llegarán los despertadores (más pronto que tarde), el estrés, los nervios, las angustias del no llego, no llego, no llego (me voy, me voy, me voy, que dice el conejito de Alicia). Ya llegarán los desvelos profesionales, los sinsabores y, eso sí, lo bueno. El reencuentro con los amigos. Pero mientras llega, me desperezo como una gatica panza arriba; casi feliz, casi sin soledad, con la mente y el alma repleta de amaneceres, de atardeceres, de ranas que saltan en un estanque perdido, de nuevas palabras en la boca de un infante que crece, que crece a prisa, que pide leche, pipas, dibujos y al que nunca le gusta la fruta. Hasta el amor, tan cicatero él, vuelve a hacer acto de presencia del modo sosegado y tranquilo que da la confianza y el cariño y un lazo bien fuerte que nunca se rompe por mucho que se estire.

miércoles, agosto 09, 2006

GAUGIN Y EL SEXO




Una de las primeras grandes creaciones de Gaugin en La Polinesia "Manao Tupapau". Muestra a su segunda vahine en la isla, Teha' amana, cuando el regresa tras varios días de ausencia y se la encuentra en la oscuridad de la habitación, asustada porque pensaba que quien entraba por la puerta era un espíritu maligno

GAUGIN Y EL SEXO

Según la novela de Vargas Llosa "El paraíso en la otra esquina", Paul Gaugin, un corredor de bolsa que descubrió una cuasi tardía vocación pintora, necesitaba hacer el amor para poder pintar, para crear. Para él, llegado determinado momento de su vida, el sexo se convierte en algo fundamental siente un impulso imperioso de vivirlo como lo hacen los habitantes de los Mares del Sur y la Polinesia. Por eso, abandona su burguesa vida y se deja la hacienda y la salud por reencontrarse con el primitivismo, con lo ancestral. Según describe Vargas Llosa, la inspiración se le escabullía si no encontraba un vahine, una exótica amante,a la cual poseer. Incluso en un momento de su temporada en las islas experimenta también el amor homosexual.
Bien. Esto tiene mucho que ver con lo que nos traslada Jorodowsky desde el tarot de Marsella. La energía de la creación, es la energía sexual, a la que se llega, bien por el amor, o por un deseo de posesión, fusión con otra persona. El tarot XV, "El diablo", ejemplifica esa poderosa energía, esa fuerza telúrica que mueve el mundo. Hay otra carta, "La maison dieux" que una explosión de una especie de torre de Babel, con piedras cayendo en derredor y que Jodorowsky ve como un claro ejemplo de falo en eyaculación.
El sexo y la creación según Gaugin, según el tarot y otras filosofías tiene grandes implicaciones. Así como los hindúes también ven en el sexo una forma de trascender la vida y conectarse con la divinidad. Por tanto, ¿Es posible el "sólo sexo? que predican muchos humanos en las "salidas de caza nocturnas"? y si es sólo sexo...¿Por qué se trata de una fuerza tan poderosa?¿Por qué tantas implicaciones?¿Por qué tantas canciones, películas, libros que nos muestran diferentes actitudes humanas respecto a "lo único"? ¿Por qué se vuelve una y otra vez hacia esa petite morte?
El sexo puede ser una tabla de Pilates, una gratificación momentánea...Pero realmente es sólo eso?¿Puede el sexo acabarse en sí mismo sin que el humano no se sienta un poco vacío? ¿Coger?¿Follar? o ¿Hacer el amor? ¿Es posible el sexo sin implicación emocional?

lunes, agosto 07, 2006

NOSSECK




Fuera nevaba con furia de graznidos blancos y, aunque el interior permanecía cálido, un inevitable suspiro meteorológico se colaba entre las rendijas del ventanal cuadrado de madera.
Noel tarareaba la cantata 147 de Bach acompañado lánguidamente por aquel imponente y cansado piano de cola. Nosseck, Noel, había nacido hacía 55 años en el interior de aquella vetusta pero acogedora casa de Amsterdam Street, en la parte más pudiente del barrio de Brooklyn.
Noel había amado a Marisa cuando no era más que un chaval y hoy la había vuelto a ver despúes de 30 años. Nosseck, Noel, viajaba desde los 15, cuando ya era un virtuoso de las teclas, casi un niño prodigio de origen búlgaro que logró salvarse de la vida anodina que le esperaba a un neoyorkino, hijo de emigrantes.
51 años antes, Alina Araizoz viajaba en un lúgubre barco camino de un futuro esperanzador, con un artista en sus entrañas, con el embrión de Noseck, que se convertiría con el tiempo en el orgullo de toda su comunidad.
Alina era madre soltera. Por eso la huída. Aunque la llegada no la salvó del escarnio, ni de la miseria inevitable del novato-colono, ni del tremendo desamor que la había convertido en la deshonra de su buena familía judía ¿Quién la querría con un niño a sus espaldas?.
Un día de lluvias débiles conoció a una persona a la que no le importó darle un apellido al futuro genio, tal era la pasión que le despertaba la –pálida, morena y de ojos grises— mamá de Noel.
El amante de Alina no sólo le dio un apellido a Noel, sino también su mismo nombre, con lo cual, sus vecinos judíos adoptaron la costumbre de llamarle “junior”, en una primera muestra de la influencia norteamericana en sus europeas y ortodoxas mentes.
Noel padre no era judío, no era cristiano, no profesaba creencia alguna salvo la de una fe insobornable en su instinto para los negocios. Sus recuerdos de niño se ceñían a sus correrías por las gomosas aceras de Brooklyn vendiendo de una esquina a otra diferentes mercancías: libros usados, peinadores, jabones de almíbar, caramelos de lilas, lapiceros de madera canadiense...baratillos que le solía ceder alguien que se hacía pasar por su mentor. Alguien que mantenía en “adopción” a medio vecindario huérfano: niños y niñas de la calle que dormían bajo su techo una especie de cueva pegajosa, con salida a las vías del tren y que trabajaban para Alexander a cambio de mendrugos y catre.
Noel-padre fue el alumno aventajado que, con 15 años, dio matarile al viejo cuando consideró que había llegado el momento de volar a su aire. Se convirtió en el sheriff de aquel regimiento de venta ambulante y aprovechó los primeros años de la ley seca para sacar tajada. Atesoró tanto metal y gastó tanta sangre fría que a los 20 ya fabricaba su propio whisky. Nosseck, Licores y Derivados, S.A.
Nosseck Noel, “junior”, llegó a la vida de Nosseck pendenciero cuando éste era un individuo respetado, gracias a su dinero e influencias.
“Junior” vivió cómodamente y Alina era la reina de la manzana. Siempre pudo lucir las joyas más hermosas, los maravillosos vestidos que vendían en París y el carmín que en aquel entonces sólo usaban las cantantes del “Cotton Club”.
Porque Alina no era recatada sino que hacía ostentación de su belleza, de su dinero, de su posición y, en cuanto cayó en la cuenta de lo que había parido, de su talentoso Noel. El pianista de rostro ausente, el niño sin infancia por mor de un don que se convirtió en un castigo que, lejos de proporcionarle lujos, le llevó por un camino de disciplina y perfección, alejado de los otros chavales, y por su puesto, de los amores que empezaban a despuntar en su adolescencia.
Marisa fue un visto y no visto. Después del primer beso tuvo que marchar de gira por Europa durante seis meses. Ya no pudo volver al barrio hasta pasados cuatro años, para entonces, ella, una hermosa latina de labios de manzana pelada, había sido dada en matrimonio a un barrigón propietario de una tienda de ultramarinos.
El día de su regreso, Noel había escuchado por la radio que aquel 10 de octubre el cielo mostraría nubosidad variable y el viento soplaría de flojo a moderado. La mar rizada.
“¡Qué estupidez!”-pensó al oir la radio-“como si todo Nueva York, saliese de pesca”.
Cuando encontró a Marisa tras un antipático mostrador y con un vientre sietemesino deseó con todas sus fuerzas lanzarse en trineo hacia la mar, rizada.
Un reportero único, que perdía su tiempo en recorrer los barrios modestos en busca de historias, inmortalizó el momento en el que Noel Nosseck, ya no era junior de nadie: el archifamoso y talentoso pianista de Brooklyn, bajaba a la tienda de al lado de su casa a por una barra de pan.
Noel y Marisa salieron en la portada del Newsweek a la semana siguiente: “El liderazgo de un artista de la clase obrera”. Los titulares impresos sobre su foto eran de un amarillo albero, sobrecogedor. A Noel se le heló la sangre ante semejante estampa, se le antojaba una necrológica fastuosa del único y efímero amor que tuvo en su vida. Con el que soñó durante tantas noches de viajes por tierras desconocidas, que desconocidas permanecieron por mucho tiempo pues sólo visitaba las habitaciones de hotel y los camerinos, y las salas de ensayos y algún que otro local de moda al que lo arrastraba como el embrión que todavía era, atrapado en el líquido seminal de un talento no solicitado, de una virtud trabajada con estoicismo pero sin calor.
En el día de graznidos de nieve, en el que un Noel cincuentón tarareaba la cantata que hablaba del amor entre los hombres, una partitura que nunca interpretó como solista, Marisa acababa de enterrar al barrigón de la tienda que duró más de lo previsto.
Noel podía percibir el perfume de vainilla que Marisa desprendía, recordaba sus labios de manzana explicándole como tenía dos hijas, ya grandes, una de ellas casada, la otra incasable; como lo encontraba tan atractivo, el atractivo que otorga la honorabilidad-pensó para sí- los cuidados a los que optan los más pudientes; como nunca lo había olvidado y como guardaba, ya amarillenta, la portada de aquella vieja revista donde alguien los inmortalizó en el único retrato de enamorados con el que contaban.
Noel acariciaba las teclas y sentía el pecho de Marisa subir y bajar entre los dedos de la otra mano que quedaba libre. En ese instante, abandonó la música para abandonar el recrearse en un momento, para darse el lujo de tomarla por los hombros, sentada a su lado como estaba.
-Qué linda música-susurró Marisa.
-Qué lindo dejar de soñar contigo para tenerte cerca como hoy.
-¿Cuánto soñaste conmigo?.
-Cada día, a cada compás, en cada concierto, a cada paso. Marisa. Mi inspiración. ¿Por qué te casaste?
-No hubo otra salida...Él fue bueno con mis hijas...A mí sólo me faltó tu amor.
El graznido de la nieve quedó ensortijado en los plieges de manzana de Marisa. En su rostro ajado de canela, pero hermoso de puro limpio y honesto. Los amantes recordaron el día de su herida de amor, la herida que siempre les acompañó.
PD. ESTE ES UNO DE LOS CUENTOS QUE APARECEN EN MI ÚNICO LIBRO DE RELATOS "MUJER DE MUNDO". ME LO INSPIRARON VARIAS COSAS, ENTRE ELLAS LAS PELÍCULAS "GANGS OF NEW YORK" Y "ÉRASE UNA VEZ AMÉRICA"

martes, agosto 01, 2006

DESVALIDOS

Nos extrañamos, incluso desconfiamos de los sucesos fantásticos, inexplicables e irresolubles que suceden en nuestro entorno, sin percatarnos que cada día, casi a cada respiro de nuestro ser, ejecutamos el ritual mágico de las palabras. Apenas iniciamos el intricado desarrollo de nuestro córtex éstas son inoculadas amorosamente por quienes nos cuidan cuando somos más indefensos.Los sesudos de las Universidades bautizaron como semiótica, al hecho de relacionar unos signos y sonidos con una imagen mental. Algunos, como Humberto Eco bucean, incluso en la cábala hebrea, un paradigma de cómo los signos se convierten en poderosos símbolos, casi en talismanes de la suerte o la desgracia. Algunos, como personajes de novela, se empeñan en buscarle un significado al cualquier minucia que les acontece cada día, trasladando el poder de la palabra a una bolsa de plástico sucia que se posa a nuestros pies cuando nos disponemos a cruzar un semáforo.El símbolo llevado a su grado extremo produce monstruos y, cuando menos, obsesiones pero quiero desde aquí reivindicar la importancia de los pequeños detalles que rodean nuestra vida. Que no pasen imperceptibles. Lo decía Hugo: lo bello vale tanto como lo útil.
Es preciso en estos días de vértigo y bases de datos desempolvar el auténtico valor y el poder de las palabras. Base de hechizos y pociones mágicas, encantamientos, ensalmos, rituales y ceremonias. La palabra escrita y verbalizada es el inicio de todo. Nombrar es crear aquello que se nombra. Esos signos, convertidos en fonemas por obra y gracia del lenguaje, obran el milagro diario de la comunicación.Han dicho que la imagen vale más que mil palabras, pero sin la estructura mental de nuestro pensamiento, cuya raíz es el signo, la palabra, el fonema, esa imagen carecería de significado.
El escritor del siglo XXI es un hijo de su tiempo pero sobre todo un nostálgico incorregible que se niega a sepultar las humanidades con la lápida fría de las macrocifras. Es—sí, creo que valdría la comparación— un mago con varita, llamémosle, teclado, pluma, portaminas o rotulador. Un maldito y un bendito con la semilla de la inquietud por trasladarse a los demás, por darse y recibir. Porque escribir es un acto de amor que nos lanza con furia a las mentes del otro, de los otros, del mundo. El amor es expansivo y muchos escritores, agazapados en el velo de timidez sólo persiguen el sincero afecto, el sentimiento compartido o la imperiosa necesidad de sentirse aceptados.Hay quienes negarán esto que digo...Pero mienten, quizá inconscientemente. Escribir para el cajón es un acto contradictorio ¿Pero qué ser humano no lo es?. La letra escrita siempre puede trascender a no ser que levantemos piras de palabras y las prendamos con una tea. Hay quienes encuentran un método rápido de organizar sus ideas plasmándolas en papel, al igual que haría al colocar la ropa del armario: bufandas y cinturones en la estantería de arriba, los recelos y tensiones en el trastero del sótano.¿Es el papel un sostén de nuestra conciencia? ¿O volvemos a lo de siempre? ¿A un intento desesperado por encontrar al otro, ese otro que quizá nos comprenda y sienta en la misma medida exacta a nosotros?.El milagro del arte, de la comunicación y de la palabra como origen del mundo se repite a cada hora, a cada segundo. En la sala de un teatro, en un museo, cuando paseamos por una avenida, en los fotogramas de una película y en los libros, por supuesto.
El escritor puede ser bueno y malo, pero siempre algo egoísta y provisto de una pizca de vanidad. Sin eso, no existirían las sinfonías, los virtuosos. El escritor puede ser comprometido, amable, odioso, vivir en su mundo sin importarle el resto o echarse a la calle en pos de un lugar donde todos habiten en armonía...Pero, siempre, el escritor tiene un algo de desvalido, un deseo de necesitar crear esa vida paralela a la del calendario y que esa vida sea compartida.
PD. Este artículo lo escribí en enero del 2005 para la presentación en Jumilla de mi primer, y hasta ahora, único libro “Mujer de mundo”. Ana María Tomás, esa gran persona y amiga, fue la maestra de ceremonias.