Nacemos con poco más de dos kilos o tres. Al cabo de un año podemos pesar doce. Todo ha cambiado. Las facciones, los huesos, la inteligencia. Cuatro años después nada queda de aquel bebé. Algún gesto en momentos de cambio. Pero ya es un niño. Y crecerá. Llegará la dolorosa adolescencia; la esplendorosa esperanza de un futuro. Tantos sueños. Se empleará a fondo para lograrlos. Salpicará sus días de flirteos y amores imposibles y, quizá, pasados unos años, sentará cabeza y los sueños se habrán escapado por el sumidero. Y sus huesos irán recorriendo un camino inverso al construido hasta aquel día. Y su mente permanecerá en aquella primavera. Anhelando en lo más profundo de su ser que nada se haya perdido; que aún está a tiempo de retomar el gran romance, el reto vital. Su espiritualidad temblorosa se pasmará ante la imagen de su persona surcada de carreteras, heridas, surcos. Se agarrará a los cuatro palmos de piel sin mácula, como a una tabla de náufrago y, mientras la osamenta se repliega sobre sí misma, destinará la poca lucidez a proyectar los futuros de una nueva vida. Y jamás se rendirá. Así es el ser humano. Arquitectura efímera. Esencia indeleble, perenne. Energía que nunca muere. Siempre se transforma.
Imagen de Juan Carlos Alba
18 comentarios:
Porque somos algo etéreo rellenado de carne y huesos...tal vez no somos nada para formar parte de mucho.O tal vez somos mucho para acabar en nada.
Pues sí, somos un hermoso cúmulo de contradicciones.
El secreto esta en soñar siempre, por la noche y sobre todo por el día; vivir cada momento con intensidad como si fuera el último, pero convencidos de que no vamos a morir nunca.
Y mantener la ilusión por lo efímero, convenciéndonos de que ya forma parte de nuestro yo eterno.
Cuando sepa hacer todo esto, no lo dudes, te llamo y te lo cuento.
Eso sí, voy a tardar un poco.
Tres o cuatro vidas más o menos.
Vengo de la Viuda, gracias por el piropo; eres bienvenida a mi humilde casa cuando quieras.
Las buenas lenguas aseguran que nos conoceremos pronto en tres dimensiones.
B x M
Bueno... acabo de terminar el último de Crichton (sí, el de Jurassic Park) y hay una cuestión interesante planteada. La arquitectura genética del cuerpo está asociada inevitablemente con la madurez y viceversa. Es decir, que si pudiéramos activar de algún modo el gen de la madurez para ser más cautos, más "serios", más cuidadosos, más responsables... nos volveríamos indefectiblemente más viejos.
Creo que esa es la mayor prueba de arquitectura efímera.
Posiblemente con las experiencias vividas la 'arquitectura' se convierte en 'escultura'.
Experiencias y sentimientos nos moldearan como barro.
Saludos.
Jo, algunas veces me da miedo lo efímeros que somos...
Vaya, pues serán lo seres humanos que empiezan a morir desde que llegan a la mitad de su vida. Lo siento por ellos. Pobres... Anclados en el pasado primaveral, con espiritualidad temblorosa, poca lucidez... Y acabas con ¿Esencia indeleble? No. Así no. La contradicción final no vale. Saludos.
Curroclint...no hablo de edades físicas, sino mentales...Pienso que el ser humano llega un momento en el que envejece su cuerpo, no así su mente, su espíritu.A pesar de que esa espiritualidad se tambalee de cuando en cuando.
Por eso esencia indeleble...no es una contradicción..sería contradicción. La esencia no es efímera bajo mi punto de vista.
AMIGA DEL BUZÓN..Si algún editor me retirase podría dedicarme a escribir cinco o seis horas al día. Es el único método que conozco de escribir algo largo.
Me ha gustado "espiritualidad temblorosa", después de la firmeza corporal lo siguiente que se pierde supongo q será "eso"
BesikoH!
De nuevo sin palabras, Lola. El cuerpo puede modificarse pero la esencia se va concentrando hasta que, al final, el cuerpo desaparece y sólo quedará nuestra esencia.
:)
La última frase, el perfecto resumen. Saludos Lola
"Mientras al osamenta se repliega sobre sí misma"... me encanta, Lola. Nunca hubiera definido el envejecimiento de manera más gráfica. Últimamente estás que te sales. Ya sabes, si me cae el euromillón, me comprometo a ser tu editor... Y nos forramos, fijo. Es un negocio más seguro que la venta de 'marineras' el día del Bando de la Huerta. Bss, escritora
A veces tus post me fascinan.
Hay una empresa que se dedica a la arquitectura efímera; de veras.
Tú tienes un evento o inauguración y te montan el tinglado como si estuviera todo magnífico y terminado. Al día siguiente lo desmontan y a otra cosa...
Tal cual.
Ay!!!
Ojalá nuestros sueños nunca se vayan por el sumidero...
Preciso. Saludos.
la vida misma en palabras, oiga.
saludos!
A Armstrongfl le ha gustado.
Es la rueda de la vida.
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