domingo, enero 16, 2011

Atacar al diferente

Hace pocos días reflexionaba en el blog sobre lo ocurrido en Arizona. Un ambiente hostil, un clima de continua crispación social y ya tenemos a un franco tirador. Así que, con lo ocurrido al consejero Pedro Alberto Cruz, estamos más cerca de convertirnos en un foco de violencia ¿Y quien tiene la culpa? Algún amigo de facebook apuntaba que la tenemos todos. Y es posible. El pecado mayor de todos nosotros es el de omisión. Porque hoy es un consejero, pero ayer fue una inmigrante que dormía en una discoteca abandonada en Aravaca, un empleado que no cae bien a un grupo de presión, alguien incómodo que deja al descubierto ciertas vergüenzas, políticos que se empeñan en defender sus valores en territorio comanche, o ser mujer, o ser de otro color, o ser diferente. Ahí radica el objetivo de los violentos. El diferente, el que se atreve a defender su postura, a pesar de su "impopularidad".
Hay muchos tipos de violencia contra el diferente, contra el que nos cae mal, contra las personas sobreexpuestas. Y esto es lo que creo que ocurre con Pedro Alberto Cruz. Uno puede estar a favor o en contra de su política cultural pero, desde luego, no se puede decir que sea un político que se rasque la barriga. Y de esos hay unos cuantos cientos de miles. Pero, sobre todo, está continuamente en los medios de comunicación. Para bien y para mal. ¿Contra quien han ido estos animales? Contra el que sobresale y, si me apuran, contra un político que puede ser sospechoso de muchas cosas pero no de corrupción.

En cualquier caso, la violencia -- la física, la social, la callada-- me produce horror y creo que así nos parece a la gran mayoría, a tenor del clamor generalizado contra este atentado en facebook.
Si somos mayoría los que nos oponemos a la violencia, del tipo que sea ¿Por qué miramos hacia otro lado en ciertas ocasiones? ¿Porque no nos toca directamente a nosotros? Pues siempre nos toca a nosotros. Porque si no es hoy, será mañana.

No me imagino como se tiene que sentir el consejero tras esta agresión. No me imagino cómo se pueden sentir quienes padecen la violencia de los otros en carne propia. A veces el ser humano da miedo.No entiendo qué razón --personalísima supongo-- deben tener los agresores para acercarse a la casa de un político y arrearle con un puño americano hasta casi saltarle un ojo.

A la hora que escribo esto, todavía está el consejero en la UCI. Es una buena persona, es un tipo trabajador cien por cien, con todos los peros que pueda tener su política cultural, que nos puede gustar o no, o su carácter que nos puede gustar o no. Yo he sentido mis más y mis menos por él, pero el día que decidieron atacarle con tanta vehemencia me puse más de su lado que nunca. Y ese día no fue ayer. Lo del puño americano es una anécdota. Ha habido muchos tipos de violencia contra este consejero y, lo siento, me ha parecido repugnante en todo momento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente entrada aunque el motivo que te ha llevado a escribirla no puede ser mas lamentable.

Soy también de los que piensan que los que siembran vientos en ocasiones pueden provocar tempestades...y quién obstentan responsabilidades públicas siempre tienen que mantener un tono tranquilo, conciliador y democrático en sus declaraciones y rechazar el más mímino acontecimento de violencia, cosa que hasta el momento no había sucedido.

Antonio Rentero dijo...

Pues sí, Luís, pero precisamente le tocó probar el puño a quien en todos los años que lo conozco sólo he oído gritar cuando jugamos al fútbol para animar a los compañeros de equipo... si hay alguien tranquilo, conciliador y que rechaza al violencia es Pedro Alberto... las víctimas siempre son los que no chillan ni patalean.

Luis Gonzalez dijo...

Antonio, sobre todo, porque casi siempre es la progresia de izquierdas y sus declaraciones me remito, la que se sale del tono concialidor que indicado.
No tengo la suerte de conocer a Pedro Alberto como tu, pero por lo que nos ha demostrado, seguro que es como tu nos indicas, una gran persona.