La única verdad son las palabras. Con todos sus laberintos y sus dobles sentidos. Germen de todo, herramienta fundamental de la magia. Nombrar es crear aquello que se nombra. Con la palabra podemos construir la vida. Una vida mejor.
Ana María Matute es el ejemplo más claro de esto que escribo y se hace real, se hace obra, amigos, horas, tristezas, alegrías, sueños, presente y pasado en este reportaje brillante que ha realizado el equipo que dirige Julia Otero. No os perdáis la voz, la obra, la magia de la Matute. Ella misma es su mejor creación. Y añadiría que todos los que han sido grandes en algo han soñado primero, han escrito y verbalizado después. La palabra ha estado tras ellos, materializando las ilusiones.
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