sábado, agosto 17, 2013

El columpio




“Imagina una de esas enormes casonas rústicas junto a las marismas de Carolina del Sur. Yo soy el columpio que pende del viejo árbol. Inmóvil, esperando que el viento del verano lo empuje. Soy tu columpio, Juan”.

Norma sabía resucitar su pasión, de eso no cabía duda. Quizá por eso la huía tantas veces. La quería demasiado. Era una de las peores adicciones que conoció en su vida pero, después de todo fue él quien la persiguió tres largos años hasta contar con sus favores. Se dijo que sí, que era momento de volver al columpio, aunque doliese tanto después.

"He encontrado nuestra casa, nuestro árbol, el columpio. Tráete una manta y hacemos un pic-nic. Te adoro". Le escribió.

Se encontraron en una perdida aldea, en una casa abandonada que le habían prestado a Juan. Sin agua, sin luz. La sentó sobre la manta y desabotonó su camisa con mucha parsimonia. Y ahí estaban esos pechos adolescentes que le volvían loco. Todo en su cuerpo era inmaduro y él era un inmaduro, quizás por eso la amaba tanto. Y ese coñito chiquitín del que se enamoró apenas lo rozó con sus manos. “Parece mentira que hayas parido, que tengas 40 años”. 

Los dedos de Juan la recorrían hasta los rincones recónditos, como un cirujano. Ella agarraba su pene y lo acariciaba como con suavidad  y lascivia.  El viento sopló y movió el columpio frente a ellos.

-Es hora de partir –anunció Norma— Hoy será nuestra última vez.

Juan la amó como siempre, porque siempre podía ser la última vez. Siempre había urgencia, nervios. Siempre había emoción.

La llevó a incontables estertores de placer. Se fue dentro de ella, se quedó dentro de ella. Se durmió dentro de ella y cuando despertó, sólo quedaba su camisa blanca, su falda, su perfume y el columpio que se balanceaba sinuoso, lento, satisfecho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas! Podría jurar que visitado este sitio web
antes, pero después de navegar a través de él leyendo algunos mensajes me di cuenta de que es nuevo para mí.
De todas formas , estoy encantado de haberme topado con esta página.
La pondré en mis marcadores para volver de vez en cuando!


Feel free to surf to my homepage: belleza

Ramiro dijo...

Great!