domingo, mayo 26, 2019

AMORES MADUROS



El aumento de la esperanza de vida lo cambia todo. Los cincuenta son los nuevos 20 y son muchas las personas que en esta frontera de edad dan un golpe de timón a su vida y comienza una nueva etapa.
Con más años tenemos claro lo que queremos y aún más claro lo que no queremos. Estamos dispuestos incluso a sacrificar el estatus económico es pos de una vida más auténtica y eso implica las relaciones de pareja y amorosas.
Amar en tiempos maduros puede pillarnos con el paso cambiado a nivel físico e impone desafíos a la propia naturaleza tanto en hombres como en mujeres. La mente puede estar clara pero el cuerpo no siempre sigue el camino trazado. Bien porque aunque, conscientemente nos sepamos capaces de todo, inconscientemente permanecen patrones arraigados del “deber ser” que nos han impuesto los modelos de nuestros antepasados ¿Cómo se nos ocurre contradecir la tradición? Pues es saludable hacerlo, así que no duden un segundo de sí mismas/os.
Para el tema físico hay tratamientos hormonales que ayudan a las mujeres que lo necesiten y para los hombres las soluciones son casi infinitas. Desde tratamiento con células madre a las famosas pastillitas azules. Lo principal en estos casos es tener la cabeza muy bien amueblada.
Conozco casos de parejas surgidas en esta franja de edad. Parejas de largo recorrido que no mencionaré aquí por respeto a su privacidad. Es posible la felicidad y la plenitud en la madurez porque las decisiones de poner en marcha una relación se toman de manera consciente y no con el atolondramiento de la juventud y las expectativas que los otros tienen puestas en nosotros.
La parte negativa son las mochilas afectivas. De nuestras vidas anteriores quedan hijos, familiares, amigos y gestionar esto quizá nos abrume en un principio pero lo más difícil no es esto. Lo peor son los fantasmas del pasado, el terror a cometer los mismos errores y el miedo a que nos dañen y para eso la mejor pastilla es una autoestima poderosa, conocer nuestros recovecos del placer y del deseo y, por favor, por favor, no comerse tanto la bola, mejor comer otras cosas.

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