Gitanillos prietos
lanzan anzuelos
en La Caleta.
Las muchachas sonríen.
Inician el cortejo
interminable,
la danza vetusta
de cuerpos al fuego.
Sigo las huellas del cante
y encuentro
Sol, La Pepa y el encanto
de los gitanillos negros,
lanzan anzuelos
en La Caleta.
Las muchachas sonríen.
Inician el cortejo
interminable,
la danza vetusta
de cuerpos al fuego.
Sigo las huellas del cante
y encuentro
Sol, La Pepa y el encanto
de los gitanillos negros,
que prestan su torso
al paisaje de plata quieta.
3 comentarios:
Como si los viera...menudos son!
Ayyy, Cádiz, La Caleta.... ¡¡qué maravilla!!!
Por cierto, creo que no es la primera vez que leo algo de Cádiz en Vivir en el Filo, no?
Sí, me encanta Cádiz...Incluso antes de conocerlo ya me suscitaba curiosidad...A mi marido, sin embargo, le pareció algo cutre...Y, bueno, sí que las fachadas necesitan un mano de pintura pero...qué maravilla, cuanto arte, cuanta belleza e historia juntas
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