domingo, julio 21, 2013

Verano incorruptible



Me fijo en los domingos veranienos. Tanta gente disfrutando del mar, con su familia. Nada importa en estos días. Sólo los tuyos, el pequeño descanso, el juego incensante de los niños y perseguir el dolce far niente. Veo a una mujer dando el pecho a la orilla del mar, en el atardecer; a madre e hijo tirándose arena, persiguiéndose. A grupos de chavales, y algún papi que se cuela en el grupo, pasándose una pelota. Juegos de una simpleza aplastante. La pelota rueda, alegre, con sus mil colores. Que no caiga al agua.
 Son días de capuzones, de diferentes tonos de bronceado, de algún salmonete que otro. El verano nos iguala, casi como la muerte. Da igual tu estatus, tus problemas, tu pasado, tu futuro. Ves a ejecutivos bajar en bañador, sosteniendo con una mano un lancha hinchable, con la otra un cubo con rastrillos.

Llega la vendedora de fruta. Una señora que es como un ocho con sombrero de ala estrecha: "la melona, la sandía, la painapol", canta entre las tumbonas alquiladas. Los vendedores ambulantes te ofrecen un Prada por 10 euros. También están los masajistas asiáticos que te ofrecen igual un tatoo con henna que un thailandés.

Lejos, por unas horas tan sólo, quedan los corruptos, los que distraen dinero de cuentas más o menos oscuras; de los grandes amigos que se marchan, de un Mandela que se nos apaga, de descubrimientos que no quieres creer; de esta España, siempre madrastra, que cantaba Ana Belén.
Yo quiero esta España, la de la gente trabajadora que olvida sus males por unas horas, que disculpa las maldades por unas horas, que vive intensamente...por unas horas

1 comentario:

Beauséant dijo...

Cada vez se nos hace más complicado escapar de la realidad. Antes no había internet, la radio se escuchaba en una sola habitación de la casa y la tele apenas si recibía señal, uno podía irse al pueblo con la tranquilidad de no enterarse de nada, ahora en cuento te descuidas se te cuela un tweet por debajo de la puerta y, zas, toda la realidad se te viene encima :)