lunes, octubre 25, 2010

Muertos y tratos




Sí, lo sé. Los que sobrepasen los 50 años, dirán que eso de Halloween no va con ellos. Y tanto. Conmnigo tampoco iba pero ¿cómo escapar de la influencia juvenil? De ningún modo. A los niños les encanta toda la parafernalia que se monta con este día. Cierto. Nosotros tenemos nuestras costumbres. Los panellets catalanes (humm, maldita dieta), los huesos de santo, el arrope calabazate, el pan de higo. Nuestro día de los muertos. Las mujeres de la familia toman el campo santo. Mandiles, cubos de agua. Moños, zapatillas viejas. Cepillos de cerdas gruesas y mucho afán. Las lápidas relucen. El mármol amarillea menos, hasta pareciera que sonríen, ellos. Esas rancias fotos en sepia que nos miran desde un pasado remoto.

Lo funerario se ha puesto de moda, pero es que España siempre ha sido funeraria. Adora a sus muertos. Venera los cadáveres jóvenes de infortunados. Por otra parte, un viajero que se precie, siempre ha de visitar los cementerios del lugar por donde transita.
Yo siempre he dicho que soy partidaria de los honores en vida. Por eso me ha dado tanto gusto el Nobel de Varguitas, por ejemplo. Los honores post morten los respeto. Es un modo de aliviar el dolor. Celebrar la vida. Más cubos de agua, más lejía y flores frescas. Comida en abundancia y velones rojos, cirios de cera. Olor a iglesia en la casa.
En casa siempre luce una o dos velas. No el día de los muertos, sino siempre. A veces para ayudar a un amigo vivo, a veces, una plegaria silenciosa...un deseo que queremos que se cumpla. Pero también por ellos. En mi caso, por mi padre y mi abuela, que los tengo juntitos en dos fotos minúsculas en mi despacho.
Celebrar la vida. Añorarles. Pensar en todo lo que se han perdido algunos (para bien o para mal) Pensar en lo que injustamente sufrieron en este puto valle de lágrimas. Y también lo que disfrutaron. Poco, he de rememorar, en el caso de mis dos muertos ilustres. A la abuela Micaela tampoco le flotaban pétalos de rosa a su paso, con lo preciosa que era. Si acaso, ellos, mis dos abuelos. Ellos tuvieron la sana inconsciencia y se pusieron el mundo por montera. Pero, claro, a costa de ellas.
Cuando hay un muerto yo no tengo palabras. Lágrimas si es mío y cercano. Un abrazo y una leve sonrisa de apoyo si no lo es...pero es que no sé qué decir.
Por eso, el Halloween que se celebra en mi barrio de La Alberca me gusta tanto. Porque es celebrar la vida por encima de todo. Hordas de chiquillos con aquello de truco o trato. Calaveras de metro y medio, Morticias con zapatos del 34, boquitas pequeñas, casas encendidas, puertas abiertas a la espera de los niños que espantan la muerte y le sacan jugo a la vida. Y nos arrastran a los demás a celebrar el ciclo eterno, sin principio ni final. La rueda de la vida.

sábado, octubre 23, 2010

París: la vitalidad



París es hermoso. Nadie lo duda. De noche, de día. En cualquiera de sus calles encontramos un trozo de historia. Desde la muerte de Maria Antonieta a la de Lady Di. Los edificios cuadrados y neoclásicos nos hablan de Bonaparte, e innumerables calles lucen placas: Aquí vivió Edith Warton; aquí está enterrado Víctor Hugo. La rue de Vaneau que tanto le gusta a Vila Matas; las tiendas Louis Vuitton con, hasta, tres guardaespaldas en la puerta. Da miedo entrar. Una tienda Dior para bebés, imaginamos para vestir a los vástagos de algún jeque del petróleo. Quien puede pagar esos precios en ropa que dura unas semanas. Pero París, sobre todo, es estilo. Lo vemos en los adoquines, en los fantásticos escaparates en las imaginativas tiendas de decoración, en las golosas imágenes que nos ofrecen las boulangeries y en el vestir y deambular de los parisinos. Que se comen su pan chocolat o su baguette, al sol, o al nublo. Porque el parisino come por la calle y vive en la calle. La vitalidad de las aceras y calzadas cercanas al Montmartre (ese monumento al turista que ya no me puedo creer, con lo que me gustaba) con sus cientos de restaurantes de todos los estilos, con pequeños mercados de flores, pescado y vísceras. Y la gente. Tanta gente que come y ríe. Que se ponen sus boinas encarnadas, los gorritos de lana, los llamativos atuendos y los labios con el carmín, encantados de conocerse. El parisino lleva zapato bajo y ropa estilosa. Más cara, más barata. Depende.
Visitar por fin La Nôtre Dame sin ninguna restauración que valga ¡¡Y gratis!! fue uno de los últimos lujos de París. Encender una vela, oler esas piedras vetustas. Sí, muchos turistas, pero sigue dejándome sin palabras. Al igual que El sagrado Corazón, y el Dôme y la Victoria de Samotracia y la maravillosa sala recién arreglada del arte griego (financiada por la televisión nipona) donde Palas Atenea nos cierra la boca con su majestuosidad. Heminway decía que París era una fiesta. Y es cierto. Cada día de la semana. A la hora del petit dejéneur. A la hora de la cena, a la de la merienda. Copas de vino, velas y terracitas, cientos y cientos de ellas, donde la gente se puede sentar a contemplar la vida mientras saborea un expreso.
París es siempre la misma, aunque se nota la crisis.Se nota Sarkozy y su recuperación de "la grandeur" que, personalmente, no creo que todo lo que conlleve sea positivo.
Y las tiendecitas y parlotear con todo el mundo ¿Quien dijo que los parisinos eran estirados? En absoluto. Y en cuanto pueda, volveré. He decidido hacerme una parisina ambulante. Traje mis gorritos para vestir como ellos y sentir el carmín, el vino rojo, el olor del pan en el corazón como las miguitas de Hansel y Grettel, que me permitirán regresar a la rue Sant Antoine.

miércoles, octubre 20, 2010

Mira y calla. Grandes historias de amor desgraciado

No puedo añadir una sola palabra a estos videos. Sólo suspiros.

I hate you too
(Gilda)



Jeremy, siempre Jeremy
(Lolita)



Perdóname, pero es que te quiero tanto
(Leave her to heaven)



Otra vez él. La gente herida tiene esta cara.
La gente perdida de amor, también.
(Damage)




Los Romeo y Julieta de Brooklyn
(West side story)

martes, octubre 19, 2010

Contra el cáncer de mama y contra todo: se puede


No quisiera dejar pasar este día sin acordarme de todas aquellas mujeres que sufren un cáncer de mama. Una querida amiga lo pasó y lo superó. No hace mucho de eso. Ella es de esas mujeres que no se quejan por nada. Ni siquiera por la peluca que tuvo que llevar (muy lograda, todo sea dicho). Hace una semana pasó su segunda revisión y todo está bien. Y está completamente curada. Es estupendo que haya campañas vinculadas a los cosméticos ¿Pero porqué no también a los carburantes? Que cada gran emporio se dedique a financiar investigación de una enfermedad en concreto. Incluso de esas enfermedades raras de las que nadie habla. Que no preocupan a los polítcos porque apenas suponen votos pero que, ay de ti si te toca. Así que, que cunda el ejemplo. Que Movistar, por ejemplo, con el dinero que nos tima a los usuarios monte una fundación contra el Alzheimer. Que Mc Donald luche contra la obesidad mórbida, Hidroeléctrica contra el Parkinson y Panrico contra le enfermedad del Crohn.
Tener una enfermedad es terrible. No contar con tus fuerzas para vivir...símplemente vivir, una desgracia. Al menos, que los que pueden...y nosotros, con nuestra aportación, intentemos hacer la vida más fácil a quien no la tiene.

La foto es de aquí:
http://www.unoentrerios.com.ar/export/sites/diario/imagenes/2010/10/18/PRE-cancer-mama.jpg_687088226.jpg

jueves, octubre 14, 2010

El niño que quería olvidar el pasado



Hacía tan sólo dos años el miski, muska, miska de Mickey Mouse le entusiasmaba. Pedía una y otra vez los mismos dibujos. Cuando se reencontró con su adorado Mickey ,dos años después, hizo ese gesto que ella aborrecía. Se levantó el abrigo por encima de sus hombros hasta taparse la cabeza. No era un ligero desagrado sino una aversión roja, descarada, inevitable. Ya no era un niño. O no tan niño, y ahora sólo le hacían gracia seres que venían del espacio, o personajes que se tiraban pedos, eructaban y se sacaban perdigones de la nariz. El regreso a Peter Pan no fue tan traumático. Pero ese pasado, el pasado del niño que perseguía a su sombra, que se enfrentaba a Garfio y que vivía en en la Isla de los niños Perdidos era muy anterior. Apenas dos años ¿Demasiada precocidad? Adoraba a Campanilla. Y no me extraña. Era bonita, era chispeante...y era mágica. Recuerdo, cuando casi todavía era un bebé,le enseñé una foto suya de los meses precedentes en la que aparecía durmiendo con un chupete. Se puso a llorar con rabia y desconsuelo, todo a la vez. En ese momento sospeché que mi niño padecía una rara melancolía de lactante. Y eso explicaba que el ver a Mickey le causase tal reacción. Quizá sintió, por unos segundos, la angustia del paso del tiempo. No era posible que le obligásemos a ver un espectáculo de algo que pertenecía a su pasado "lejano". Alicia in wonderland y su laberinto, ese extraño e intrigante lugar que tanto le atraía, nos regaló momentos gratos y el cansancio se esfumó en los segundos que anduvimos entre los setos, tras el gato risón y escapando de la reina de corazones (¡Que le coooorten la cabeeeza!) Pero su ídolo de la infancia. Ese ratón repelente con voz de pito y la silueta de orejas más famosa del orbe, ese miski, muska, Mickey Mouse nos dio el día. A pesar de intentar arreglarlo, las risas eran de compromiso. El peso de la melancolía por el paso del tiempo impregnó nuestro ánimo. Y ni la novia cadáver pudo remediarlo.

jueves, octubre 07, 2010

Varguitas, Mon amour


Varguitas, peruanito, pichiruchi, niño bueno. Como echaba de menos al Mario amoroso de "La tía Julia y el escribidor". El Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, sobrepasa los 70 y me pregunto porqué diablos los artistas de nuestra generación no saben hablar de amor como los viejos (en el mejor sentido de la palabra).
Gracias Varguitas por esas historias de "La niña mala"; por esa pasión ardiente, por ese encoñamiento tan bello que nos describe el autor bajo el que se vislumbra una inevitable vida; Las descripciones eróticas son sublimes, nunca vulgares, siempre mágicas, como lo es el sexo del enamorado en sí. La generosidad del protagonista, incomensurable. La generosidad del auténtico amante, del eterno galanteador, del que quiere y desea con anhelo y hondura. De aquel que se levanta con más "te quieros" tras cada desengaño ¡Quién fuera niña mala, Varguitas!
Conocí a Varguitas en una rueda de prensa hace como diez años, en mis tiempos de patita gorda. Sólo intercambiamos unas palabras, porque la gente tan lista, tan guapa, con tanta clase me impone horrores. Le dije, como si a él le importase lo más mínimo, que me acababa de leer "La Tía Julia y el escribidor" en mis días de intercambio en la Universidad de Puerto Rico. En seguida me cortó ¿Puerto Rico? No me digas, estuviste en RioPiedras? Yo fui profesor allá. Un campus precioso. Sí, claro, dije yo, más feliz que una lombriz...Precioso. Y enseguida se lo llevaron Vitorino Polo y sus secuaces. Malditos.
Varguitas, dúranos muchos años...Escribe esas maravillosas novelas de amor y política, de sentimientos intensos para que las mujeres de nuestra generación soñemos con los hombres que ya no existen. Esos que son capaces de arriesgar su hacienda, su honor por la mujer que aman. Esos que recuerdan con exactitud cada milímetro de piel de la mujer que les arrebata el aliento...y acaso, un poco la vida.

Lo mejor de cada casa ¡Gracias!

La presentación de "Tanto amor" fue un éxito. No porque la sala estuviera llena, que lo estaba, sino por la calidad de su público. Amigos de los de verdad. Amigos de siempre, de los más recientes, grandes escritores. Mientras soltaba mi rollo, me entró la tentación de levantarme de la silla para que cualquiera de ellos disertara. Cualquiera de ellos, mucho más talentosos que yo...empezando por María Dueñas que fue muy, muy, muy generosa y muy cariñosa conmigo.
Escritores como Ana María Tomás, Pedro García Montalvo, Manuel Moyano, Pascual García, Eloy Sánchez Rosillo, Dionisia García (la gran Dionisia, que me animó cuando pensé que nunca más volvería a publicar ficción) Aurora Gil Bohórquez, Paco López Mengual (y su mujer, que es estupenda), Santa Cruz Piqueras, Benjamín Amo, Julia (Tautina), Concha y Elena Fuentes, escritoras y jurados del premio Jara Carrillo; con Maria José y Rosa...al verla embarazada recordé nuestra última reunión y cuanto nos reímos. Y los que se dedican a otras cosas...como David Jiménez, que fue acompañado de Antonio Hidalgo; Pity Alarcón (madre mía, si sé que viene tanto famoso hago un photo call). Mariola Martínez Robles, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Molina que hizo hueco en su superapretadísima agenda, bien lo sé yo, y se pasó por el Museo Arqueológico: El editor Fernando Fernández de Alfaqueque, al que le tengo mucho cariño...Y gente muy entrañable como mi amiga del cole, Isa y la madrina de Gonzalo, Felisa; y los amigos que tanto me dan y que tanto quiero como Alfonso Pérez (ya he visto a la pitonisa, me ha encantado), Roberto Fuentes (Gracias por las fotos, eres un sol y otro beso a tu novia de mi parte, qué pareja tan bonita), el gran Mariano Pérez Ródenas, José Egea y Marisa (superqueribles los dos). mi Antonio Rentero, compañero de tantas cuitas; mi tía Mati, mi hermano Pedro, mi madre, mi Gonzalo, que se portó divino, Francisco, mi marido, (gracias por todas tus críticas), Vicen..La listísima y hermosa Pilar Ferdinand, la también muy querida Sylvia Arenas...y muchos amigos recientes del facebook y del blog.
Estaban muchos compañeros de La Opinión TV, Wendy y Lidia. Mi admirada y queridísima Paola Mairlot. Recuerdo aquel día con Sole Jiménez en Barranda.
Perdonad que no recuerde los nombres de todos. Sé que alguien me presentó a Falgas (que he de llevar al Black Coffee), que vi a gente de la Asociación de la Prensa, de AERMU, del Club de lectura, a Robert Pocklintong y que hubo mucha gente. Gente interesante, que hizo preguntas, que sacó lo mejor de María y de mi...
Gracias Tres Fronteras, gracias José Antonio Bascuñana, Museo Arqueológico de Murcia y gracias a todos los medios que se han echo eco y se hacen de "Tanto amor". Un placer, un lujo. Una suerte.

PD. GRACIAS TAMBIÉN A QUIENES NO PUDIERON IR, ENTRE OTROS A PACO JIMÉNEZ GRACIA, POR LA FE QUE PUSO EN ESTE LIBRO.

lunes, octubre 04, 2010

El candor, el optimismo



Pocas películas como West Side Story y pocas músicas como la de Leonard Bernstein, con las letras de Stephen Sondheim han expresado el ardor de la juventud. el candor, el optimismo, la obstinación y el odio. Siempre está en mi vida esta película. Su banda sonora acompañó un amor muy juvenil con un chaval 10 años mayor que yo y que cantaba como Josep Carreras. Después, Puerto Rico. Ese ambiente de Brooklyn, la jovialidad y la coquetería de las caribeñas. Los newyorricans y los puertoricans que tan bien se portaron conmigo cuando visité aquellas tierras y vi unas torres gemelas no aptas para turistas, a las dos de la madrugada, desiertas, acompañada de Luis, mi noviete y su tío, amigo del vigilante.
Os dejo hoy dos versiones. La original. Con una Natalie Wood deslumbrante y maravillosa, que hoy duerme en una pequeña y perdida lápida del cementerio de Westwood en L.A. y otra, que aparece en una película reciente. Jack Nicholson debe enseñar a Adam Sandler a contener su supuesta ira.
Desde luego, si hay una música para despertar con alegría es esta.

sábado, octubre 02, 2010

Rentero cumple 40

Rentero en el plató de Black Coffee



Ya vamos cayendo. Ya sois cuarentones. Pero os miro y me digo ¡No es posible!. Rentero cumple hoy 40 y está más en forma que nunca. La vida le sonríe, corre marathones, tiene una novia fantástica y aparte de su trabajo hace mil cosas creativas, entre ellas, colaborar con Black Coffee...Pero muchas más. Rentero lo quiere aprender todo. Lo quiere probar casi todo. Recorre con su moto el mundo, con sus piernas Manhattan y su mente está en todos los sitios posibles. Rentero bebe té, juega al Mag-hon no consume alcohol y lleva una vida la mar de sana. Colabora con causas solidarias y ejerce del acto de solidariad más bonito y menos valorado del mundo: una amistad a prueba de bombas. Rentero cuida mucho a sus amigos. Es imposible no quererle. A mi me ha aguantado malos momentos como pocos. Sí, es verdad, tengo muchos amigos chicos...parece que me entiendo mejor con ellos o...símplemente me aguantan más.

Un besico, Rentero. Que cumplas muchos más, que escribamos cosas juntos, que sigamos en el fondo de nuestro corazón forever young. Eres un tío grande.