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jueves, junio 29, 2017

Hasta los ovarios





Le amó. No lo duda. Hubo muchos momentos de pasión y ternura antes de llegar a esto. Melania recuerda cuando le conoció. No le deslumbró su fama, ni su riqueza. Simplemente la hacía reír. Donald, con ese nombre ridículo y su ridículo flequillo, le llegó a gustar sinceramente. Le encantó aquel detalle de traer a sus padres, por sorpresa, en su jet privado para celebrar un año de relación. Después vendría la boda con la visita ilustre de Hillary y Bill y los innumerables actos con celebs y el halo perfumado de la respetabilidad.
Melania se sentía en el centro del mundo y daba por concluida su tarea, los sueños de grandeza que fraguó en la pequeña habitación del hogar familiar, allá en Novo Mesto. Daba por buenos los sacrificios. Los trabajos de extranjis cuando llegó a Estados Unidos con una visa de turista. Los posados ligerita de ropa. Las miradas libidinosas de tanto viejo verde como pulula en el submundo de la moda. Porque antes de Vanity Fair y Playboy hubo muchos otras portadas de extraperlo. Melania era joven, ambiciosa, morena. Mostraba su desnudez despreocupada en cuartos de tres al cuarto. 20.000 dólares era una cifra suficiente para la supervivencia al principio de los tiempos.


Cuando llegó Donald ella ya desfilaba en la Semana de la Moda de Nueva York. Lo peor había pasado. Nada quedaba de los trabajos cutres para gente cutre. Él le gustó, sinceramente. Apenas tuvo que conquistarla. Se rindió sin complicaciones. El camino era diáfano y claro entre ellos. En el fondo ambos procedían de familias emigrantes y luchadoras aunque a ella nadie le entregó un millón de dólares para coronar su sueño de súper modelo. Apenas heredó buenos genes y la inteligencia y osadía de los países del Este.

Tras años de lucha, Melania se había aburrido. Estaba harta del bronceado naranja de su marido, de sus escarceos con scorts, de sus constantes y veladas humillaciones. Siempre sería la arrimada, la pobretona de la pareja. La que estaba allí compartiendo el despacho oval por guapa, por sus medidas.
Melania podía tolerar las putas, la vejez y la solitaria vida que llevaba —primero como nueva rica y después como primera dama— pero estaba hasta los ovarios de sus desplantes de su constante falta de tacto y cortesía. Detestaba fingir ante todo el mundo.

La admiración y simpatía que sintió por el ridículo Donald con su ridículo flequillo se trocó en resentimiento feroz. Todo en él le irritaba sobremanera. Y las cámaras de televisión lo captaban. Ahí estaba, la eterna mala leche indisimulable. Jodida, asqueada, con la mueca del vómito en su rostro. Los americanos salían en tropel a defenderla: Liberad a Melania. Pero ella no era un delfín en cautividad. Tal vez un pozo de aburrimiento y amargura.

Se alineaba junto a aquellas que han decidido abandonar el rol de cuidadoras de hombres que no les llegan ni a la altura de los talones. Barrigones o fumadores empedernidos, o borrachos, o mujeriegos, o calvos, o sempiternos hijos de puta insatisfechos que hacían de sus vidas un infierno. Melania había clavado sus ojos en otros objetivos. Como esas otras mujeres de su generación. Había otros hombres. Hombres jóvenes y bellos y que darían su brazo derecho por tomarse una copa con ella. Y ya no lo podía evitar. Y no lo quería evitar. Donald se le antojaba un estorbo molesto para la nueva vida que vislumbraba para ella.
Noche tras noche, soñaba que cocinaba el postre típico de su Eslovenia natal. Sacaba la "potica" del horno y se la metía a Trump por el culo.

sábado, marzo 17, 2012

Un anuncio ANTI LOEWE


Ani Lee Fall Winter 12' from ani lee on Vimeo.

Un vídeo de SITA ABELLÁN, antes de la polémica Loewe


Lo confieso. Ví ese anuncio y no dije nada. En él aparece una chica hija de una conocida mía, Isabel del Rey. Es de Murcia. Muy guapa, con un talento natural, genuino. No dije nada ¿Para qué? Lo mismo le perjudica, pensé. Se llama Sita Abellán y juro por Arturo que los tiene bien puestos y ha hecho vídeos nada pijos, nada monísimos; rompedores, brutales. Si los buscan por internet, verán que es cierto lo que escribo.

Como una es pobre pero tiene un mundo que te cagas, resulta que conoció a la familia Loewe en Madrid cuando estudiaba allí. No, no me hice íntima ni nada de eso. Era amiga de una amiga, Anna, cuyo padre era conde, cuya madre era alemana y cantaba en la coral Bach donde yo también cantaba, por eso la conocía. Por eso, y porque los Loewe tienen origen alemán. Mi amiga como la niña Loewe era muy rubia, guapa, inteligente, solidaria, buena gente. A veces me preguntaba qué hacía una vulgar gordita de San Antolín codeándome con aquel personal. Tenía inquietudes, les encantaban mis parlamentos, era divertida,decían..., fíjate tú, siempre dios me ha puesto en el camino gente que me ha querido. Familias que han cuidado de mi aquí y allí. Con algunas perdí el contacto para siempre, soy un desastre para esto. Dejo que la vida me lleve como un remolino y no me anclo a nada porque al final, nos iremos...Al final, se queda a tu lado quien dios decide, que lo escribo en minúscula porque para mi es como de la familia, también.
Pero a lo que iba, me habla su madre de Sita Abellán, a la semana la veo en una foto de un dominical y después salta esto del anuncio.
Es un spot vomitivo. Lo siento. Lo único bonito son los bolsos volando al ritmo de la música, lo demás es un capítulo de Gossip Girl rodado en Madrid. No va nada con la casa Loewe, ni con la gente que conocí. Familias ricas, sí, pero ricas, cultas, inquietas. Niñas que se iban los veranos a trabajar a fábricas de chocolate en Alemania para saber lo que vale un peine y para perfeccionar los idiomas que aprendían en ICADE. Niñas, como mi amiga, que estuvo un año entero en un poblado de África enseñando a los chavales a leer, antes de incorporarse a un puesto de trabajo normal.
De acuerdo, es gente que tenía la vida asegurada más o menos. Su lugar ya estaba escogido pero no eran capullos integrales como los del anuncio Loewe. Esta gente, los que yo conocí al menos, estaban comprometidos con la sociedad, con la vida, con ellos mismos y se autoexigían una perfección, un camino de rectitud en la vida. Sí, puede que esto se lo marcasen unas creencias muy concretas, pero a mi me da igual: el resultado es que eran personas sin tacha, con modales, cortesía, calidez y que miraban muy bien en qué se gastaban el parné. Vamos, que mi amiga, por muy amiga que fuera de las hijas Loewe, jamás llevó un bolso de 1.400 euros.
Este anuncio, con los tiempos que corren, es sangrante y al creativo lo deberían llevar a hacer un tour por los comedores sociales. Entiendo que hay gente con posibles que quiere darse un capricho ¿Por qué no lo va a hacer? pero también entiendo que se puede vender la clase y la exclusividad con algo más de gusto y estilo. Esto es zafio y vulgar. Señores, esto es anti Loewe.

PD. La familia de mi amiga Anna y parte de los Loewe vinieron a España huyendo del nazismo. Al abuelo de esta amiga, que era juez, lo ejecutaron los nazis en el salón de su casa delante de toda su familia porque estaba en contra del genocidio judío y se negaba a realizar el saludo de Heil Hitler

miércoles, febrero 08, 2012

La verdad de las mentiras


En el principio fue la mentira. Estamos rodeados de ellas; algunas, absolutamente imprescindibles para la supervivencia, para levantarnos cada día y seguir adelante. No hay mal que cien años dure, nos decimos. Si te esfuerzas, lograrás tus objetivos, te prometes a ti mismo.
El titular, robado con descaro de un libro de Vargas Llosa, pretende demostrar que estamos rodeados de ficciones. Los hombres no están contentos con su suerte, escribe Varguitas; y casi todos quisieran una trayectoria distinta a la que viven, por eso en el embrión de toda novela bulle la inconformidad.
Lo que funciona para la creación también ocurre en la vida real, pero de modo inverso. Las mentiras de la ficción surgen de la inconformidad. Tenemos el apetito voraz de experiencias y pasiones, pero –oh, desgracia—  una sola existencia. Los autoengaños cotidianos, sin embargo, los perpetramos para conformarnos. De hecho, los medios de comunicación creamos una especie de ficción de la actualidad: cumbres, congresos, elecciones. El mundo se desmorona, y la información se encarga de teñir las horas de “normalidad”. Probablemente, sin el efecto sedante y tónico de los medios, la realidad sería tan dura que por las mañanas nos quedaríamos bajo el edredón leyendo a Flaubert o  Dumas. Y que viva la vida Rita, que preferimos la ficción, esa ficción que encierra profundas verdades; los demonios y el desasosiego que procedan de un amor inconveniente, de un drama barroco. Perder el sueño por la hipoteca es algo muy vulgar.
Vamos de auténticos por la vida, y si contásemos la cantidad de mentiras que hemos de soltar al cabo del día nos faltarían dedos. Decir la verdad es, la mayoría de las veces, indecoroso, engorroso, incluso cruel. Cuando me preguntan, con cortesía, “cómo estás”, ¿debo responder la verdad? Me ha costado años y muchos disgustos descubrir que mentir es muy cómodo.
 ¿Quién soy yo para desengañar, refutar, descubrir, desilusionar? ¿Qué es verdad y qué es mentira?, se preguntaba Calderón. ¿Y si todo es un sueño? ¿Y si la auténtica verdad sólo la encontramos adornada de ficciones en películas, libros y canciones? Al igual que sucedía en "Blade Runner", quizá ni siquiera yo soy yo, sólo alguien con mi nombre y osamenta, una replicante que actúa según las expectativas ajenas y no las propias. En el principio fue la mentira. El Génesis, Adán y Eva constituyen un sabroso culebrón. Cuando el frío arrecia, enciendo el Ipod y comienzo a contarme
preciosas ficciones. La suerte que tengo es enorme porque muchas de esas mentiras se convirtieron en verdad. Así que miénteme, que algo queda.
La foto es de Germán Sáez

miércoles, enero 18, 2012

Marilyn, año cero




Imagen de Marilyn de aquí



Imagen de la habitación del  Roosevelt Hotel donde Marilyn pasaba largas temporadas y que cuenta con una imagen de la actriz al fondo y un espejo sobre la cama

Nunca fui muy de Marilyn hasta que visité la ciudad de Los Ángeles. Su fantasma está en el aire. En ocasiones es un disfraz a las puertas del Chinese Theatre, en otras, un parte de defunción tras la vitrina de un casposo museo donde flota, leve, el olor a zotal.
La constatación fehaciente de que todo el mundo hizo y hace caja a costa de Marilyn me sumió en una profunda tristeza. Un tipo pagó porque lo enterrasen encima de sus delirantes huesos en el cementerio de Westwood. La minúscula lápida llena de monedas y flores es una metáfora de su “gran” vida. Marilyn estuvo sola siempre, salvo escasos momentos. Pocos se molestaron en conocerla de verdad; ni el presuntuoso Miller, ni los hermanos Kennedy, amistades peligrosas que jugaban a asfixiarla metiendo su cabeza en una bañera. Hoy, la habitación del Roosevelt Hotel que presenció orgías y mañanas de resaca y angustia, lleva su nombre. Luce un espejo en el techo, el reflejo azulado de la piscina se cuela en la estancia. La luz es fresca e inocente, quién lo diría.
Todos los sueños y juguetes rotos danzan un vals macabro en las avenidas de Los Ángeles. Norma Jean fue una niña fagocitada por la ciudad y por la industria del cine. Al final de sus días vagaba por sus calles en busca de un chute orgásmico con desconocidos. Las portadas, los flashes, los fans jamás le dieron lo que ella necesitaba. La hermosa criatura vivió rodeada de gente que se enamoró de una fotografía.
Probablemente habría sido una persona normal si su padrastro y hermanastro no hubiesen abusado sexualmente de ella. Apenas contaba 11 años. Al igual que sucedió con grandes estrellas como Rita Hayworth (violada por su propio padre, el jefe de la troupe Cansino) fueron víctimas de su hermosura y supervivientes al horror ¿Pero quien puede sobrevivir mucho tiempo a una alienación continua de su persona? ¿Alguien quiso de verdad a la deliciosa Sugar?
Marilyn luchó sin cuartel para escapar del fantasma de la locura, heredado de su madre, esa cortadora de negativos de la RKO. Recurrió al psicoanálisis, estudió, vivió en Nueva York, todo por no embarrancar en el pantano de sus obsesiones. Al final, dejó un bonito cadáver exhibido sin respeto hasta la saciedad. Con ella, el ser humano descubrió una nueva forma de canibalismo que se ha repetido con tantos ídolos caídos y que abruma por su frialdad.
Marilyn era el sexo pero no por su espectacular físico sino por un perpetuo juego de seducción. El sexo era una herramienta para alimentar su maltrecha autoestima. Sentirse deseada por todos espantaba el vacío al menos por unas horas. Pobre chica guapa.
El 50 aniversario de la muerte de Marilyn que se celebra este 2012 quizá sólo sea otro ardid para que su nombre dé sabrosos dividendos – memorias, libros conmemorativos, una película— o quizá sirva para que por fin el mundo la comprenda y la conozca de verdad.
Donde quiera que estés, niña perdida, descansa en paz.



Artículo publicado en La Verdad de Murcia el 18 de enero de 2012

domingo, enero 08, 2012

El príncipe de las mareas (La peli de mi vida)




Barbra Streisand es uno de esos modelos de mujer que me ha marcado profundamente. La primera vez que vi “Tal cómo éramos” acababa de romper con mi primer novio. Un mes duramos. Fue también la primera vez que lloré viendo una película. Podía llorar porque estaba sola en casa. Tenía quince años. La Streisand me subyugó para siempre desde aquel momento. Cuando en 1991 estrenó su tercera película como directora “El príncipe de las mareas”, yo estudiaba en Madrid y disfruté en versión original del que es sin duda su film más maduro. Antes dirigió y protagonizó “Yentl” y “Loca”, pero aquí narra con maestría, limpieza, contención y emoción una historia que acaparó en su día 7 nominaciones a los Oscar, sin conseguir ninguno, y un Globo de oro que fue a parar a Nick Nolte.
Hay muchas películas protagonizadas por Barbra Streisand; cuatro que haya dirigido explícitamente pero sólo aquí la chica de Brooklyn cogió  por las solapas muchos de sus fantasmas y los enfrentó con valentía.
En “El príncipe de las mareas” se habla de las siempre conflictivas relaciones familiares. Hay patrones de conducta que reconocemos a diario en las noticias. Un padre violento, una madre ambiciosa. Unos niños atrapados en el matrimonio que se odia. Unos presos que escapan de una cárcel y cometen actos terribles; el suicidio, la rebeldía, la vida que se nos escapa en un mar de insatisfacciones imposible de abarcar y contener.
Streisand nos acerca a la infancia no feliz de la que tantas veces se olvida Hollywood. En “El príncipe de las mareas” hay abusos a menores, hay adulterio, hay cuernos, hay amor, hay recuerdo, hay sexo maduro sin complejos y, sobre todo, hay perdón.
El padre de familia, el entrenador Wingo, se enamora de la psicoanalista de la hermana. El hijo de la psicoanalista deja de ser un pijo creído, gracias al entrenador Wingo. La independiente mujer de Manhattan, esa que podría pertenecer al “one per cent", como dice Tom en determinado momento del film, rompe su coraza y se entrega a una pasión casi adolescente que la hace revivir. Lo increíble de esta cinta es que podría ser un culebrón malo de televisión y no lo es. Lo increíble de “El príncipe de las mareas” es que nos creemos la frialdad de Lila Wingo (la impecable interpretación de Kate Nelligan nos hace odiarla y compadecerla); nos creemos la frustración de Sally, la esposa de Nick, aparcada en un stand by que no entiende; Y, sobre todo, entendemos a ese hombre que aprende a llorar en los brazos de la doctora Lowenstein, pasados los 40 años.
En la corta pero perfecta filmografía de Streisand encontramos algunos temas recurrentes: la ausencia del padre (Yentl) o la omnipresencia del mismo de forma negativa mediante la violencia o los abusos (“El príncipe…; “Loca”) una madre que es más bien madrastra. Su ambición, su propia belleza está por encima de sus hijos.
Esta madre, mucho más suavizada, aparece en la muy recomendable “El amor tiene dos caras”. Y hay otro elemento que nunca falta en las películas “Streisand” la celebración del amor carnal sin complejos. La exaltación del sexo como culminación de un sentimiento desbordante que se muestra con ciertas dosis de realismo y comentarios picantes como el que le hace la doctora Lowenstein a su entrenador: "Tengo miedo porque sé que tu esposa te pedirá que vuelvas”
-¿Cómo puedes estar tan segura?
-Por que he catado la mercancía, concluye ella dándole un bocado en el pezón.

Una película con cierto sabor clásico por esos flash back continuos, por la brillantez de sus secundarios y por el gancho de sus dos protagonistas, hermosos en su madurez, bellos en su desastrosa vida emocional; grandes muy grandes, Streisand y Nolte. Todos quisieran una doctora Lowenstein en sus vidas. Todas quisiéramos a un tipo duro que se deshace en lágrimas en nuestros brazos. Nunca la Streisand ha estado más guapa, nunca Nick Nolte nos ha resultado tan tierno y fascinante. Es triste que Tom vuelva con Sally, su mujer, y con sus hijas pero ese es el auténtico Happy End al estilo clásico. Es el broche perfecto para una película que podría ser un pastelón insoportable pero que se convierte en una lección maestra de cine, vida y amor.
"The prince of tides"
(Barbra Streisand, 1991)

sábado, diciembre 10, 2011

Caperucita ninja mata a Blancanieves


Decía el maestro de periodistas Richard Kapuscinski, que él no tenía una vocación, que tenía una misión. Por eso cuando políticos y población civil juegan con nuestro derecho a opinar, e incluso con nuestro derecho a preguntar, me cuestiono si ésta es, de verdad de la buena, una sociedad democrática.
El otro día una tuitera criticaba a una comunicadora de gran prestigio porque emitía su opinión, al igual que hacen otros caballeros de las ondas. Pero, ah, ella no debía. Por dos razones. Primera: decía algo que no le gustaba. Segunda: era mujer y sin paranoias afirmo aquí y ahora que ser mujer y no ajustarse al estereotipo - es decir, ser independiente y no tener pelos en la lengua- se paga muy caro. Nosotras hemos de ser Blancanieves o Cenicientas, dormidas en nuestro estercolero decrépito a la espera de que un príncipe nos rescate. La que se sale del tiesto, colleja.
Hace poco una entrevistadora relamida de la ABC Channel le recriminaba a la Streisand su perfeccionismo. Ella le contestó: si fuera un hombre, sería una cualidad maravillosa, pero como no, soy un 'pain in the ass'. Dicho en machista paladino: un auténtico coñazo. En 'El color púrpura' el maltratador de la protagonista le escupía su desgracia a la cara: «Eres pobre, eres negra, eres mujer y eres fea. No eres nada». Así eran las cosas y no podemos permitir dar un paso atrás. Prefiero ser caperucita Ninja a Blancanieves -qué pava la pobre, todo el día roncando- e impedir que el poder y la ignorancia atrevida nos cierren la boca ¿Por qué no tengo derecho a opinar cuando todo el mundo lo hace? El periodista con más motivo. Está entrenado para seleccionar, cortar y pegar fragmentos de realidad. Tiene el olfato más entrenado que cualquier escritor superventas para saber qué ruge en las calles.
Esta caperucita Ninja no se callará ni bajo el agua. Ojo, opinar conlleva sus riesgos. Porque podría escribir sobre chorradas y prefiero mojarme y tocarle las pelotas a quien corresponda. Porque sepan que es así. Esto molesta pero ¿Por qué iba a ser menos chula yo que Pérez Reverte?
Manuel Vicent describió el columnismo como una mezcla de terrorismo y lirismo. El peculiar Umbral decía que el artículo «era la flecha rápida que se dispara al aire». Esto es acción, es diálogo y debate. Sin mesianismos, he de aprovechar este privilegio y que el arma de la palabra rompa los muros del sectarismo, venga de donde venga.
Prefiero ser mariposa del aire y dudar y escuchar que encerrarme en el sepulcro de las certezas. Desde mi imperfección, cumplo una regla básica para escribir esto, aquí y ahora: intento ser buena gente y el maestro de periodistas, Kapuscinski afirmaba que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos: «Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias». En ello estamos.

domingo, diciembre 04, 2011

Joana Bonet, un manjar


La imagen es de Gea Photowords

Joana posee una rara belleza. De cerca es más perceptible. Transmite armonía, contención...La reflexión en todos sus escritos. Recuerdo artículos memorables de Joana. Toma palabras sencillas del vocabulario y las convierte en trascendentes. Sin pretensión de nada. Su estilo es natural. A veces casual pero siempre impregnado de cierta esencia. De un algo elegante, fresco, clásico, con frases que podrían leerse veinte años después y mantendrían su pleno sentido.
Pero lo que admiro de ella, más que su gran hacer como directora de Marie Claire, como escritora de precisión, de fina y sofisticada puntería, es su humanidad. Su empatía. Ella cumple a rajatabla la norma de Kapuscinsky, esa que aseguraba que para ser buen periodista hay que ser, primero, buena persona, sensible a las necesidades, anhelos, problemas de los otros. Que ya nunca serán ajenos, que serán un poco propios. Ese sentido de la responsabilidad desconozco si procede de sus orígenes, de su afán incansable, pero se nota en las páginas de Marie Claire. Es una revista distinta. No es sólo moda. 
Joana escribe en su blog y es, también,  columnista. Con diplomacia asienta verdades que puede resultar incómodas. Pero hay que escribirlas, hay que ponerlas negro sobre blanco. Suele dar en la clave de un modo tan prístino que podría retirar a todas las noctámbulas de las cartas del tarot. Pero no hay bola de cristal. Hay un ser y un estar sobre el mundo. Eso es todo. A mi me lo ha demostrado personalmente, pero lo vemos quienes la seguimos de cerca, incluso no siempre tan personalmente.
Joana te admiro y te quiero. Esta profesión nuestra tan maltrecha necesita mujeres como tú. Incluso hombres como tú. Palabras que son manjar. Palabras que son fundamentales como aquella palabra que dio origen a las cosas, al mundo.



El blog de Joana Bonet se titula Cuatro Letras

domingo, noviembre 20, 2011

Julia Otero, not for sale




Recuerdo la primera vez que alguien me habló de Julia Otero. Fueron mis hermanos. Yo estudiaba en Madrid, no veía la tele en absoluto y en uno de mis  "regreso al hogar", Pedro me insistió: "Tienes que ver esto". Era el 3x4. Julia nos embobó a todos con su pelo pincho, su rapidez, su desparpajo, su gracia. Después la vimos realizar entrevistas magistrales en La Luna. Y era tan joven. Tan joven y tan experta. Paul MacArtney, Pertegaz, Guerra, Paloma Picasso. Julia era y es una gran entrevistadora. Ha demostrado con creces que para ella entrevistar es respirar y transpirar. Era una televisión mimada al detalle. Luego vino la Ronda y después volvía a la radio en 1991. Y ahí la voz de Julia, su encanto, su tenacidad, su temple, su terquedad, su pluralismo, su generosidad, su frescura, su estilo tan moderno,  me atraparon para siempre. Era el tiempo de las sintonías de Kenny G, cuando casi nadie sabía quien era, sólo mi amigo Juanillo, y cuando La radio de Julia era por la noche. Después pasó a las tardes. Iba de mis clases de idiomas, a las de baile, a mis citas con amigos por Madrid con mis walkman y Julia, siempre Julia. Sus risas incontenibles con Académica Palanca, las broncas a los gabineteros porque  "aquello parecía un gallinero". Otra vez, su gran estilo, su altura comunicadora y su cercanía. Qué difícil llegar a ambos extremos.
Julia es muy grande, sólo ella ha conseguido más de medio millón de oyentes en la tarde y dos millones en la tele y, a un tiempo, es muy cercana. Al menos para mi siempre lo ha sido. Los seis meses que estuve en Puerto Rico apenas extrañé España, salvo por el programa de Julia (allí yo realizaba mi propio programita y en el viejo San Juan abría la boca y todos me decían "Ah, tu ereh la ehpañola de Radio Universidad"). Ya existía radio por Internet  pero no tenía computadora, sólo una vieja y eléctrica máquina de escribir que pesaba una tonelada.
Recuerdo aquel fatídico día que sus más de 500 mil oyentes nos quedamos huérfanos. Lo que le hicieron a Julia, a nosotros, fue una canallada. Todos sabemos de donde salió. Los nombres de Aznar y César Alierta se unieron para hacer esto tan vil, tan feo. Lo recuerdo como si fuera ayer. En la radio estaba aquel tipo que sólo habla de música.
Hubo una época de silencio. Ella siguió haciendo tele en Cataluña. Pude ver algunas "Columnas", pudimos leer algunas columnas, de las otras, en El País. Julia, aparte de su oralidad magnífica también escribe muy bien. Es casi perfecta en todo la muy puñetera, qué se le va hacer; llegó la época de Punto Radio, volvió
a la tele con "Las cerezas" y por fin regresó a Onda Cero.
El hecho de reecontrarme con ella por Twitter ha sido una de las pocas alegrías de este 2011, de grandes ilusiones, de preciosos momentos, pero tan duro, por dios. A veces nos escribimos. A veces nos hacemos guiños. Qué honor. Porque ella es honorable. Una mujer admirable, supertrabajadora. Siempre al pie del cañón, en la trinchera. Abierta a los comentarios de sus oyentes a quienes quiere y respeta. Diría incluso que tiene una historia de amor con ellos, con todos nosotros, que es recíproca. Que nadie me la critique porque puedo asestarle una descomunal colleja.  Tiene todo el derecho del mundo a ser parcial, a mostrar sus opiniones. Todos los comunicadores lo hacen de un modo u otro pero ella va de frente, es irremediablemente directa y eso todavía no lo digieren determinados sectores de esta nuestra sociedad democrática. Y menos en una mujer. Mujer tenías que ser, Julia Otero. Pero no una, sino muchas, como cantaba Chaka Khan en esa canción que tanto te gusta "I'm every woman".

La única pega que tengo contigo, Julia, es que te admiro tanto que me impones una barbaridad. Cuando alguna vez participé en tus programas (en aquello de las tribus) me sentía algo estúpida. Me pasa siempre cuando conozco a alguien que he admirado tanto y tan largo. Me cuesta romper la barrera del fan,en el fondo, una fan muy tímida aunque parezca que me como el mundo.
Algo habrá que hacer ¿verdad? Quizá, algún día, nos tomemos una caña en algún sitio o nos vayamos de fiesta, a bailar (nada de entregas de premios ni cosas por el estilo) una fiesta sin metas. Después de tanto correr, corredora de fondo como eres, algo de juerga no te vendría mal. Así, sin objetivos. No me da pudor el escribirlo y el decirlo: que te quiero mucho, Julia; que eres muy grande como comunicadora. Como persona, aún más y que tenía que escribir esto en mi blog.Te escucho.

miércoles, agosto 24, 2011

La profecía de Marilyn



Marilyn en una de sus últimas imágenes, rodaba la película dirigida por G. Cukor, Something's got to give. Incompleta tras su muerte porque, según su director, ella era imposible de sustituir.
Los psicólogos dicen que todos inventamos nuestra historia personal. Nos sugieren que, ya puestos, creemos una ficción positiva porque de lo contrario nos puede pasar como a Marilyn. En realidad, no dan este ejemplo de forma tan taxativa. Esto es de mi cosecha. Ella es un ejemplo triste de la profecía autocumplida. Marilyn vivió angustiada por el estigma de su madre, una montadora de cine encerrada en una clínica mental. A Norma Jean le perseguía el fantasma de la vejez, de la precariedad, del miedo. Su inseguridad feroz la llevaba a mendigar el amor de los demás, a tolerar el desprecio de uno de sus esposos, el “intelectual” Arthur Miller; a buscar en espejos ajenos la aprobación. En los últimos días de su vida, esa aprobación la conseguía lanzándose a sórdidas aventuras nocturnas con desconocidos. Su vulnerabiliad interna la hacía muy atractiva. Era una criatura indefensa muy alejada del estereotipo de su personaje. Era lo contrario a esa hembra tan poderosa de los pósters.
Seguro que usted también cuenta con la narración personal de su vida. Con algunos prejuicios acerca de sí mismo. Y piense,  cuantas veces, el que alguien le repitiese una sentencia hasta el hartazgo la convirtió en realidad. Si profetizamos acerca de lo que sea, mejor hacerlo con buena simiente.
La profecía de la crisis que vivimos nos ha brindado una catástrofe sin precedentes. Si en lugar de cacarear tanto nos dedicáramos a reconvertir la realidad --que se puede, vive Dios-- otro gallo nos cantaría. Vivimos un tiempo desnortado. Sólo sobrevivirá el instinto (a veces la violencia) y la reflexión. Les invito a que lean un libro estén o no de vacaciones. Me lo recomendó mi querida Sylvia de Béjar y se titula “Felicidad flexible” de Jenny Moix. No es un manual facilón de autoayuda, se lo aseguro. Si es víctima de alguna profecía –propia o impuesta— deconstrúyala, nos dice Moix. Y si puede, siga la receta, la de mi instructora de yoga, Marisol Suances: Viva el momento. Es cuestión de disciplina mental. Tan simple, tan complicado.

domingo, julio 24, 2011

Adictos al amor (Burton-Taylor)

Cuando Taylor y Burton se conocieron en el rodaje de 'Cleopatra', él le dijo que, aunque guapa, estaba demasiado gorda. ¿Resultado? La Taylor se enganchó a este macho de por vida y viceversa. Aunque tuvo muchos maridos, en su lecho de muerte le acompañaba una carta de Sir Richard. Aunque él tuvo otras mujeres, ella estuvo presente en sus pensamientos hasta el último suspiro a tenor de lo que leemos en la biografía de los dos astros, titulada 'El amor y la furia'. Juntos atravesaron muchas fases: fase te bajo los humos, fase eres mi diosa, fase no hay nadie como tú, fase te doy celos, fase te odio, fase ¡¡cómo nos adoramos!!
Eran adictos al drama y eran adictos al alcohol. Ella incluso pasó por una clínica de desintoxicación y atrás quedaron las jornadas en las que ambos se encerraban en las habitaciones del Beverly Hills Hotel y se pedían para desayunar sendas botellas de vodka y caviar y daban paso a una batería de gemidos pasionales, cristales rotos, gritos, orgullo, desplantes, insultos. La locura.
Los que adoramos estas historias también somos adictos. Adictos al mito del amor romántico porque ese conflicto es el que nos regala la mejor ficción del mundo. Lo explica Carmen Posadas en el magnífico libro 'Un veneno llamado amor'. A modo de ejemplo, si su canción favorita es un bolero, fijo que es también víctima de esta lacra mental. El amor atormentado es un recurso narrativo de primer orden. ¿Pero qué sucede cuando una pareja vive cada minuto de su vida como si fuera un culebrón? Que esa pareja está enferma. Y eso le ocurría a los Burton. La psicoterapia actual habla de diferentes modelos de dependencia. Los adictofílicos viven un vacío intenso cuando se aleja su 'partenaire'. El 'craving' es un anhelo intenso de la pareja. Hay enfermos que se vinculan a otros porque quieren rescatarles o ser dominados. Un camino a la dependencia que termina en depresión.
Los Burton, en un atisbo de lucidez, decidieron terminar su relación antes de acabar por matarse mutuamente.

Publicado en La Verdad de Murcia el 22 de julio de 2011

jueves, mayo 12, 2011

LORCA....¡¡ESTAMOS CONTIGO!!

  • Mi pena por ese niño y las dos mujeres embarazadas fallecidas. Todas las víctimas duelen...pero estas más. Al menos a mi.

  • Ahora que no pase lo de siempre. Tengo un amigo que dice: todo interesa, pero nada importa. Que nos importe Lorca, sus víctimas. Que su dolor y sus pérdidas no caigan en saco roto.Y que los políticos no aprovechen la tragedia para hacerse la foto y nada más.
  • domingo, abril 17, 2011

    "Tanto amor" Humor, frescura, sensualidad (crítica de Gonzalo Gómez Montoro)



    Pocas cosas hay más difíciles en literatura que escribir un libro de cuentos orgánico, con vocación de unidad y en el que se profundice a través de los distintos textos sobre un tema en concreto. Para comprobarlo, basta con fijarse en la inmensa mayoría de estas colecciones, por lo general compuestas de diferentes cuentos que poco o nada tienen que ver entre sí al margen de su autor.
    Los treinta y nueve cuentos y microrrelatos que conforman Tanto amor representan una de esas excepciones y tienen -valga la redundancia- el amor como tema central, si bien éste resulta visto como a través de un primas de numerosas caras, como atestiguan los epígrafes bajo los que se agrupan los textos "Happy End", "Amor de piel", "Amour fou", "Amores de invierno", "Amor dolor", "Amor de verano" y "Amor de mentiras".
    De este modo, el amor erótico, así como el apasionado, el poético, el doloroso, el adolescente o el adúltero, entre otros, aparecen representados con sentido del humor, frescura y sensualidad en Tanto amor. En este aspecto, y sin menoscabo de los demás, habría que destacar el cuento que abre el libro "Engracia de Aguas Calientes", de ambientación mejicana, "La derrota del capitán", situado en la exótica isla de Tahití y con el capitán Cook como protagonista, y "La visita de las granadas", donde la voluptuosidad de la fruta sirve para trazar un interesante relato basado en el triángulo formado por la pintura, el sexo y la naturaleza. Sin duda, los diálogos vivaces, y con frecuencia, coloquiales que salpican los textos contribuyen a conseguir el estilo desenvuelto que caracteriza a Tanto amor, al igual que la variedad de situaciones y personajes curiosos que pululan por estas páginas y que, en más de una ocasión, arrancarán una sonrisa al lector. También hay que mencionar las frecuentes ilustraciones de Albert Buendía Mercadal, realizadas expresamente para esta edición. 


    Crítica aparecida en el periódico La Verdad de Murcia, suplemento literario "Ababol" 
    el 16.04.2011, página 5, escrita por Gonzalo Gómez Montoro

    jueves, noviembre 04, 2010

    Tea Party y etiquetas



    Esta tea partie me gusta más



    Todo el mundo habla del Tea Party. La resurrección de la derecha más radical. Dicen. Me molesta que el mundo se divida en derecha e izquierda ¿No hay un término medio? Servidora intervino un día en La Ventana de la SER con Gemma Nierga. Al día siguiente estaba con Cuca García de Vinuesa en Intereconomía. Y no pasa nada. No me han salido cuatro cabezas, ni tres brazos. Puedo estar de acuerdo y en desacuerdo con postulados de la izquierda y la derecha pero no me pienso definir. Así me va, claro.


    Hoy día todos los medios cojean de una pata o de la otra. Conozco pocas palomas sueltas. Y en el mundo de los profesionales pasa un tanto de lo mismo.


    El Tea Party siempre ha existido en América. Y en España ¿Es malo? No lo sé. Probablemente me sentiría como un elefante en una cacharrería en esas reuniones de mujeres de alto copete, quizá ni siquiera me aceptarían. Pero me gusta, por ejemplo, la familia. Me gusta, por ejemplo, el respeto a la tradición aunque sin obsesionarse y siempre que este tradicionalismo no asfixie a la mujer y la convierta en prisionera de su condición. Me gusta mi país, España, me siento muy orgullosa, pero también adoro palabras en catalán como "tieta" y defiendo el derecho que tienen mis amigos catalanes a hablar en su lengua. Además de añadir que todo catalán que conozco desafía los falsos tópicos: son generosos, son amigables, son muy, muy buena gente.


    Por un lado, de niña, iba a la obra social, una insitución franquista, y me enseñaron a hacer ganchillo unas hermanas buenísimas y estupendas que me trataban como a una hija mimada ¿Era malo? Creo que no. El ganchillo no me ha servido para nada pero aprendí otras cosas.


    Por otro, soy hija del bienestar social. Sin la beca que me dieron jamás podría haber estudidado Periodismo en Madrid. En aquellos momentos, reinaba el PSOE en nuestro país. Así que, si soy periodista era porque tenía una fe a prueba de bomba, porque trabajaba y porque me llegaron 500 mil pesetas al año para poder costearme una parte de la estancia.


    Defiendo a ultranza el derecho a la sanidad pública y creo que estos avances, no llegaron de partidos conservadores, cuyo objetivo, como su nombre indica, es conservar lo que tienen quienes los fundan. Las primeras sufragistas probablemente habrían contado con el rechazo de las mujeres del Tea Party pero eran mujeres de una buena posición social, que se podían permitir el "lujo" de estudiar, de protestar, de ir a mítines, mientras la chacha les limpiaba la casa.


    Con todo esto quiero concluir que nos dejemos de tonterías. Que en este mundo no hay izquierda y derecha. Hay ricos y pobres. Hay triunfadores y fracasados. Y, sobre todo y ante todo, hay personas. Personas libres de opinar, pensar y actuar. Y personas con miedo. Con mucho miedo. La inseguridad, la inestabilidad siembran el radicalismo. Tenemos derecho a tener miedo, a buscar la protección. Ojalá no hiciera falta y ojalá se acabasen para siempre las odiosas etiquetas, siempre falsas, siempre tramposas. Servidora tiene amigos de todos los signos. Y puedo estar en desacuerdo o de acuerdo, pero siempre serán mis amigos. Y me he propuesto no juzgar a nadie. A ver si así consigo que tampoco me juzguen.


    Un mundo sin prejuicios sería lo más cercano al paraíso.

    sábado, octubre 23, 2010

    París: la vitalidad



    París es hermoso. Nadie lo duda. De noche, de día. En cualquiera de sus calles encontramos un trozo de historia. Desde la muerte de Maria Antonieta a la de Lady Di. Los edificios cuadrados y neoclásicos nos hablan de Bonaparte, e innumerables calles lucen placas: Aquí vivió Edith Warton; aquí está enterrado Víctor Hugo. La rue de Vaneau que tanto le gusta a Vila Matas; las tiendas Louis Vuitton con, hasta, tres guardaespaldas en la puerta. Da miedo entrar. Una tienda Dior para bebés, imaginamos para vestir a los vástagos de algún jeque del petróleo. Quien puede pagar esos precios en ropa que dura unas semanas. Pero París, sobre todo, es estilo. Lo vemos en los adoquines, en los fantásticos escaparates en las imaginativas tiendas de decoración, en las golosas imágenes que nos ofrecen las boulangeries y en el vestir y deambular de los parisinos. Que se comen su pan chocolat o su baguette, al sol, o al nublo. Porque el parisino come por la calle y vive en la calle. La vitalidad de las aceras y calzadas cercanas al Montmartre (ese monumento al turista que ya no me puedo creer, con lo que me gustaba) con sus cientos de restaurantes de todos los estilos, con pequeños mercados de flores, pescado y vísceras. Y la gente. Tanta gente que come y ríe. Que se ponen sus boinas encarnadas, los gorritos de lana, los llamativos atuendos y los labios con el carmín, encantados de conocerse. El parisino lleva zapato bajo y ropa estilosa. Más cara, más barata. Depende.
    Visitar por fin La Nôtre Dame sin ninguna restauración que valga ¡¡Y gratis!! fue uno de los últimos lujos de París. Encender una vela, oler esas piedras vetustas. Sí, muchos turistas, pero sigue dejándome sin palabras. Al igual que El sagrado Corazón, y el Dôme y la Victoria de Samotracia y la maravillosa sala recién arreglada del arte griego (financiada por la televisión nipona) donde Palas Atenea nos cierra la boca con su majestuosidad. Heminway decía que París era una fiesta. Y es cierto. Cada día de la semana. A la hora del petit dejéneur. A la hora de la cena, a la de la merienda. Copas de vino, velas y terracitas, cientos y cientos de ellas, donde la gente se puede sentar a contemplar la vida mientras saborea un expreso.
    París es siempre la misma, aunque se nota la crisis.Se nota Sarkozy y su recuperación de "la grandeur" que, personalmente, no creo que todo lo que conlleve sea positivo.
    Y las tiendecitas y parlotear con todo el mundo ¿Quien dijo que los parisinos eran estirados? En absoluto. Y en cuanto pueda, volveré. He decidido hacerme una parisina ambulante. Traje mis gorritos para vestir como ellos y sentir el carmín, el vino rojo, el olor del pan en el corazón como las miguitas de Hansel y Grettel, que me permitirán regresar a la rue Sant Antoine.

    jueves, junio 10, 2010

    El verano es malo














    Ya lo dejé patente en unos versitos, pero me reafirmo. No me gusta el verano. Mi médico me ha preguntado muy extrañado por qué. Pues no sé. Quizá soy algo Morticia y me encanta la lluvia, la humedad y los días grises. El sol antes me gustaba, pero de unos años acá es dañino. Me molesta a los ojos, la piel...El pobre Michael Jackson tenía toda la razón del mundo en salir a la calle como lo hacía. Yo a veces calzo sombrero. El otro día mi hermano, que es muy clásico, me suelta por el interfono "¿Pero qué llevas en la cabeza?" "¿Por qué lo llevas?" Y yo le contesté: "Lo que no entiendo es porqué no lo lleva todo el mundo". En Murcia el sol es achicharrante. La ciudad a las 14,00 con 39 a la sombra es todo menos alegre. Uno tiene que encerrarse con el aire acondicionado si quiere trabajar o pensar con meridiana claridad. Y mi médico : "¿Pero no te gustan tantas horas dé luz al cabo del día?"..."Pues sí ¿Pero es que las puedo aprovechar?". Desde las siete comienza a sudarme la cara, los sobacos y otras partes menos visibles y es un horror ¿No os pasa a vosotros? ¿Os gusta sudar? ¿De verdad? Porque hasta para aquello que vosotros pensáis...a mi me gusta más sin sudores, que acaba uno con la tripa como un garbanzo y corremos el peligro de resbalarnos demasiado y acabar en el suelo...que,por otra parte, está más fresquito que la cama.
    Así que, mis valientes, ¿Por qué os gusta el verano?¿Por qué no os gusta?¿Qué soluciones se os ocurren para no sudar tanto, para sobrevivir a las altas temperaturas? Hala, no haced como mi médico...dadme respuestas claras y contundentes y convencedme de que el verano es bueeeeeenoooo.

    domingo, mayo 23, 2010

    Mujeres en el SICARM


    La semana pasada tuve infinidad de actividades. Es lo que pasa cuando una reza. Que Dios te hace caso y concentra todos tus bolos en cuatro días. Una de esas actividades fue una pequeña participación en una mesa redonda de la SICARM donde fui claramente de relleno. Pero, lo cierto y verdad, es que me encantó estar allí. Las ponencias, algunas amenas y otras plomo, decían cosas interesantes. Cosas como que las mujeres somos abrumadora mayoría en las redes sociales pero que, aún así, el techo de cristal no hay manera de quitárselo de encima. Y que sí, que servidora va camino de los 2.000 amigos en Facebook pero eso no se traduce en una mejoría vital de nada…salvo de la autoestima pero, qué quieren que les diga, yo no vivo de mi ego, ni me quita el sueño gustarle o no al personal.
    Eché de menos más participación de la gente pero me gustó Isabel Espinal y Mª Jesús del Olmo. Las sentí muy valientes. Llamando a las cosas por su nombre y mostrando la natural preocupación de las madres por sus hijas en el intricado mundo de las redes sociales.
    Y me gusté yo, para qué voy a engañarles. Fui de relleno, pero mi actividad en las redes sociales es, creo, bastante importante, quizá demasiado. Y con esto ni me hago rica, ni famosa, ni mi ego se infla. No soy más guapa, no me hace más alta, no me convierte en más influyente…pero me hace creer que, en ocasiones, existe auténtica democracia en este mundo.
    Y ya tengo cuatro nuevas amigas en el Facebook. Teresa Allepuz, Isabel Espinal, M Jesús del Olmo y un crack de mujer llamada Beatriz García.
    Os abrazo desde mi humildad y desde mi inmodestia...todo a la vez :)
    Imagen de:

    sábado, enero 23, 2010

    ¡Correos!


    Mientras no sea chula , famosa y rica, no contestaré correos chorras de nadie.

    Vale, chistes aparte (Y al que no lo pille que se mude de planeta porque su reino, definitivamente, no es de este mundo) No sé que hacer con la cantidad correos imbéciles que llegan a mi buzón. En ocasiones, incluso de personas allegadas. Una noticia para todos. No abro ninguno...porque no haría otra cosa en todo el día. Bastante tengo con el Facebook y, otra noticia para todos. No me pongo a enviar besitos, ni a devolver ni nada. Me limito a saludar a algunos amigos y aceptar las solicitudes de amistad que me llegan o a realizar algunas que me pueden ser interesantes desde el punto de vista laboral.


    Siento parecer un poco borde...pero estoy al borde de pasarme 15 horas al día enchufada al portátil y no puedo...soy madre, esposa, patatín, patatán. Compro brécol, limpio la casa, redacto proyectos de programas para ver si consigo colocar alguno; Black Coffee, Fábrica de chocolate, Miajica; Tesis, estudios, entrevistas y hago algo de gimnasia para que mis muslos no alcacen el tamaño de las Torres Kio.


    Queridas y queridos si no respondo los correos chorras no me lo tengáis en consideración. Si no os devuelvo un kiss, tampoco. No es que no os quiera. Es que no tengo tiempo.


    Agradezco a todos aquellos que siguen el blog, incluso a los que lo siguen para entrar e insultarme (Por cierto, me he visto en la obligación de moderar los comentarios, sintiéndolo enormemente).

    A estas alturas de mi vida: no me haré de myspace a no ser que grabe un disco de bossa; no me
    haré de twitter ni de ninguna otra red social porque...No llego. Entendedme muchachos. Soy mayor. He cumplido 39 y todavía tengo que luchar mucho para conseguir mi sitio... El día que me retire a una urbanización para viejos en Florida os prometo ser la reina del Chat.

    viernes, enero 15, 2010

    Quierete tú II. Yoga (Namasté)




    Mi historia con el Yoga se remonta a décadas atrás. En aquella época el Yoga me parecía simple, aburrido. Prefería dar botes en el aeróbic o las coreografías de funky de, ay, Luis. El rey del baile. Moreno, estilizado, guapo y…gay, por supuesto. Uno de los monitores que hizo historia en aquel gimnasio. Allí estábamos más de 30 pibas dispuestas a darle al f..unky un sábado a las cinco de la tarde. Como molaba. Pero a lo que voy, he regresado al Yoga gracias la invitación de mi hermano para hacer un taller de mantras “Om mani padme hum”. Tres horas más tarde tenía las corvas gritando de dolor pero, vaya, había estirado, había relajado los músculos, hasta los de la cara, que ya es difícil.
    Y entonces, sucedió, rescaté una maravillosa colección de DVD, denominados “Namasté”. Y ahí tienes a unas mujeres hermosísimas, elásticas, perfectas, sonrientes. “El referente que yo necesito para ponerme en forma”, me dije.
    La producción es excelente. Unos exteriores idílicos. La orilla del mar, un muelle de NY, los jardines de Central Park o, simplemente unos salones de impresión. Todo está cuidado al detalle. El maquillaje de ellas, incluso el viento –sí, que a veces se nota el ventilador popstar que no se han resistido en usar— la voz sensual, magnífica de una locutora…
    ”Beauty”, “relax the body, feel the body”, dice la tía. Porque es un video de Yoga, que alguno que yo me sé, se lo pondría para otros fines menos castos.
    Ah, y después de la relajación y el Savasanah una moraleja para rumiarla mientras permaneces con tus piernas cruzadas, tus palmas unidas…Frases que hablan de dar y recibir, de sentirse a salvo y seguro, de mejorar cada día. Pura inspiración para este desastre humano que les escribe.
    Después de esta promo que he realizado al magnífico trabajo de la instructora de Yoga Kate Portter, que por cierto, no aparece en los videos y no es tan mona como las chicas que estiran la espalda a lo cat. Después, digo, he de comentar lo siguiente. Si nunca ha hecho yoga, póngase el video unas dos o tres veces antes de colocarse sobre la esterilla manos a la obra. Y, por su bien, sobre todo si quiere continuar con la rutina y la disciplina tan positivas –de verdad que sí— para cuerpo y mente, no tenga un espejo cerca. Porque las chicas del DVD son perfectas, sus movimientos son certeros, todo estirado, hermoso…pero si uno se ve a sí mismo…ay, corre el serio riesgo de no volver a intentarlo. Sin embargo, créanme, por muy ridículos que se vean a sí mismos, si son constantes y se ponen a estas flacas a menudo, poco a poco irán mejorando su postura, llegando más lejos… Y terminarán la sesión con una sensación de casi, casi felicidad.
    La voz sensual te lo dice…no importa como lo veas, importa como lo sientes. Toma ya.
    Las tablas de ejercicios y las posturas son las tradicionales del yoga aunque también Portter innova. A una sesión la denomina Sunmoon dance; a otra, Open gate.
    También encontramos las posturas más tradicionales “Exalted warrior” o guerrero y otras casi imposibles para principiantes como –madredelamorhermoso—“El pájaro de fuego”.
    Lo dicho, una delicia para la vista, para los oídos y un buen modo de aficionarse al Yoga.
    Me quedo con ganas de hacer un seminario de fin de semana con Kate Portter, que es pelirroja y hace giras por Mexico y Estados Unidos para impartir sus clases en seminarios de fin de semana.

    Pues, ¡Hala!, Namasté.

    sábado, diciembre 19, 2009

    Nieve para la Murcia del paro


    Como si fuera un milagro, había niños con sus madres asomados a las ventanas. Y los copos caían, redonditos, perfectos, del tamaño de pequeñas albóndigas. Y rápidos. Chocando contra los coches sembrados de hielo blanco. La sorpresa de la nieve llega en la Navidad cruda de mucha gente en la calle. Entre ellos, muchos periodistas. Entre ellos, yo misma. Mientras los poderosos siguen con sus fastos y sus guerras absurdas, nadie se para a buscar una solución eficaz para el modelo económico de nuestro país y de nuestra Región.


    La alegría es hermosa cuando todo está garantizada, lo básico, la supervivencia. Cuando eso flaquea la nieve nos da esperanza. Un milagro puede ocurrir. Una cabeza bien estructurada en un sitio de mando que no vaya a salvar sólo su culo, sino a luchar con ímpetu por la mejoría de todos.


    Desgraciadamente, he visto muchos ejemplos recientes de esos jefes que se limitan fingir tristeza y venden a su plantilla por un plato de lentejas. Pero cuando veas las barbas de tu vecino cortar....


    ¿De qué podrá vivir nuestra Región? La agricultura es insuficiente...y no hay agua. La construcción ha demostrado ser un gigante con pies de plastilina ¿Donde están las famosas I+D+I? ¿Cómo es posible que directores de empresas de comunicación no se den cuenta de la profunda transformación que viven los medios?

    Y siguen sin creer que el futuro está en los Ipod, en los móviles, en nuestro portátil mascota y que se acabaron las grandes cifras de negocio de un sólo y gordo cliente. Que habrán de ser muchos.

    Personalmente, siento una profunda decepción por nuestra profesión. Denunciamos los males ajenos pero no los propios. Los sueldos son de miseria en la mayoría de los casos, salvo los de los directivos (hay honrosas excepciones, pero son muy pocas)
    Al igual que sucede con la política ¿Donde están esos políticos que se han bajado el sueldo? Yo no conozco ni uno. No se han reducido puestos en la Administración, están todos recolocados comiendo de todos nosotros forever and ever.
    ¿Donde está la auténtica vocación del periodista hoy día...si tiene su medio comprado a la publicidad de la Administración?¿Pero cómo si no van a sobrevivir?

    Esto es un cortijo donde los cuatro dueños se reparten, para que a ellos no les falte, ni a sus hijos, ni a sus parientes. Los que somos palomita suelta estamos condenados a la miseria, por muy buenos profesionales que seamos. Por mucho que nos digan "Nena, tú vales mucho". Pero hay inútiles con patas en cargos de mediana responsabilidad.
    La nieve es ciencia ficción en nuestra Murcia del alma...tan madrastra y tan puñetera y tan adorable y maravillosa. Por eso, creo hay lugar para la esperanza...pero ya no seremos periodistas. Seremos otra cosa.

    Oficialmente, abandono la profesión de periodista. Hoy por hoy, soy muchas cosas...directora, guionista, presentadora y productora de un programa. Escritora de artículos, creadora de eventos, coordinadora de los mismos y colaboradora de medios que no me pagan...Algunos porque no pueden. Otros, porque no quieren. Pero un periodista cuenta lo que pasa en la calle...¿Lo cuentan los compañeros de mi redacción? Pues depende. Lo intentan...no me cabe duda.
    Abandono este carro. Y me dedico a todo esto...pero no me llamen periodista. Sólo superviviente.
    Y la nieve...la nieve nos recuerda que estamos vivos a pesar de todo. Que hay nuevos caminos y que es una pena que hayamos malgastado media vida en uno que no nos ha conducido a ninguna parte.

    Eso somos hoy los periodistas, o lo que queda de nosotros, Viajeros a ninguna parte.

    Y nieva.

    sábado, diciembre 12, 2009

    Murcia sin dinero


    Aquí no toca la lotería. Lo dicen las estadísticas. Así que, algo hacemos mal porque también dicen que tenemos los sueldos más bajos del país. La diosa Fortuna nos castiga con sequía, paro, corrupción y pocas salidas en este mundo competitivo. El murciano de dinamita tiene la mecha floja, harto de que la saquen el saín, harto de apostar todo a la vida sin resultados.Pero también las estadísticas dicen que se crean 170 empresas. Incluso un nuevo centro comercial ha tenido la osadía de abrir con estos vientos. Por algo será. Sin lotería pero con optimismo, Murcia saldrá de su desastre. Y quien dice Murcia, dice Pepito, María o Pepe. A todos nos ha tocado de algún modo la NO lotería de la crisis. Que también es una lotería. Llega la Navidad con sabor a derrota para muchos pero también con el sabor a la esperanza porque las calles están llenas. Y hay risas...aunque no haya dinero